Una carta del asesino de mi hija

7 minutos de lectura

¿Crees en las coincidencias?

Es una pregunta extraña, ¿no? Yo tampoco lo había considerado mucho hasta ahora. Hay varias cosas que debo explicar.

Ayer se cumplió un año desde que mi hija desapareció. Nunca hubo ninguna nota para el rescate, no se descubrieron los restos y ni siquiera hubo una pizca de evidencia para respaldar las teorías estándares de secuestro u otro acto criminal. Aparte de su ausencia misma, toda la situación se veía impresionantemente limpia.

A solo catorce años de edad, había desaparecido sin dejar rastro.

Su nombre era Emily. Ahora puedo utilizar el funesto «era» con seguridad. Es una bendición agria, una que acarrea un costo enorme para todos nosotros.

Cuando Emily desapareció, nos dejó a todos en un estado de ansiedad perpetua. El limbo monstruoso de la incertidumbre. Cada llamada telefónica era una aguja presionada contra nuestra piel, y cada reportaje televisado sobre esa pobre chica que «seguía desaparecida y se presumía muerta» se sentía como sofocar nuestras gargantas con agua hirviendo.

El no saber, esa es la tortura real. Hasta ayer, en verdad lo creía.

Hasta ayer, cuando recibí un correo de un remitente desconocido. Un correo que declaraba contener la verdad de lo que le pasó a Emily aquel terrible día.

Lo siguiente es el contenido del correo:

De: [email protected]

Asunto: Una disculpa por lo que he hecho

Hola, señora Stanfield.

No le diré mi nombre. Eso no es importante aún. Lo que importa es lo que he hecho, y lo mucho que me arrepiento por haberlo hecho.

Seré breve y honesto. Emily está muerta, yo la maté. Me encantaría decirle que fue rápido y piadoso, pero no fue ninguno. Murió lenta y terriblemente. Supongo que mi gozo inicial del suceso no servirá como ningún tipo de consuelo.

Amé a Emily por mucho tiempo de una manera a la que podríamos referirnos como inapropiada. La parte más difícil era saber que ella nunca podría corresponderme, aunque no por falta de intentarlo. Le había hecho insinuaciones antes. Muy sencillas, en verdad. Pero ella nunca fue muy receptiva ante mi afecto. Sentía asco hacia mí, y eso me hacía sentir pequeño y enojado. Aunque estoy agradecido por el hecho de que nunca les contara nada a ustedes. Supongo que habría sido poderosamente embarazoso para ella si ustedes se dieran cuenta.

¿Sabe lo difícil que es lidiar con una fantasía? Había tenido sueños tan desagradables sobre Emily, y sabía que eran desagradables, pero no podía evitar encontrarlos excitantes. Me he preguntado muchas veces a lo largo del último año si fue la fealdad del asunto lo que lo hacía tan apasionante.

Cuando lo único que tienes es una fantasía, una fantasía que consideras inalcanzable, pasas mucho tiempo afinándola, como un escultor tallando una estatua esperando hallar la perfección escondida en el granito. No importa cuántas veces aflojes las válvulas en secreto, eso solo apagará la fantasía, pero no la destruirá; no podría destruirla. Solo le da otro componente. Quizá sean otros quince minutos de tortura, otro grito. Quizá sea una herramienta diferente que se añade a la caja.

Cuando la fantasía ha llegado a su punto de ebullición, su complejidad ya no puede ser satisfactoria si solo se mantiene como un juego del pensamiento. Tienes que convertirla en carne. Carne cálida y gratificante. Y lo hice, señora Stanfield, en verdad lo hice.

Debo ser honesto: no fue tanto sobre querer vivir la fantasía, fue querer saber si tenía la voluntad para llevarla a cabo. No había dignidad en sacar placer de conjeturas violentas, pero sí lo había en poder decir que tuve el coraje para hacer la única cosa que le podría dar propósito a mi vida.

Y hoy, hace un año, demostré que sí tenía el coraje.

Mis pequeñas indiscreciones estaban en el pasado. Fui paciente, como un cocodrilo, y jugué el juego largo. Hice que Emily confiara en mí de nuevo con el paso del tiempo. Dejé que se sintiera cómoda cerca de mí, que bajara su guardia.

Iba caminando hacia la escuela cuando al fin tomé la oportunidad para hacer mi jugada. Había seleccionado de antemano una cabaña malgastada en el bosque. Preparé unos grilletes e incluso encendí unas cuantas velas para efectos románticos. Aunque admito que más para mí que para ella.

Emily estaba ansiosa al comienzo, pero logré convencerla a que visitara la pequeña cabaña conmigo.

Ya había cerrado la puerta con seguro antes de que Emily viera la pistola que sostenía. Pero cuando lo hizo, se portó bien y no gritó. Debo decir que estuve un poco decepcionado por eso.

No soy un pornógrafo, así que no seré atroz con los detalles de lo que hice. Estoy consciente de que fue perverso, pero poco importa el viento cuando eres un huracán. Toda mi vida fue perversión, oculta y encerrada; Emily fue el canal de esa perversión. Una parte de mí piensa que solo llegué a amarla porque era conveniente, porque era accesible.

Usé un martillo, un cuchillo, un par de pinzas y un taladro mecánico. Fue más desordenado de lo que anticipaba. Tanta sangre, y tanto… de lo demás. En total, pasaron horas hasta que al fin murió, lo cual admiro, pues nunca me dejó divertirme. Emily fue una chica fuerte. Debería estar orgullosa de ella, señora Stanfield.

Para resguardar mi orgullo, quiero decir que no la violé antes de que muriera. No me pude forzar a cruzar esa barrera, sabiendo que sus ojos estarían en mí mientras sucedía. Ese pensamiento me disgustaba. Murió —hasta donde sé— virgen.

Una vez que había terminado con ella por completo, y la euforia de todo ya había pasado, surgió en mí la realización de lo terrible que fue lo que hice. Mi placer se tornó en repugnancia, y toda la dulzura que estaba dentro de mí mientras la mataba se sintió amarga. Me di cuenta de que no estaba destinado a ser un asesino, que eso no encajaba conmigo. Que, más allá del placer temporal del acto, el pensamiento de tomar la vida de alguien me indignaba.

Fui un soñador que cometió un terrible pero terrible error, uno que le costó la vida a una joven prometedora. Si había un plan mayor del que todos somos parte, podía sentir que lo que hice fue un desvío de la ley natural. Estaba decepcionado por mis acciones y de mí mismo. Ese pequeño experimento me había reventado en la cara por completo. No tenía la habilidad para sobrellevarlo.

Una vez que había superado la ola inicial de miedo y pánico, corté el cuerpo de Emily en pedazos pequeños que eran fáciles de cargar. Tomé todos los pedazos, envueltos en tela, y los quemé en el bosque utilizando combustible. Luego de eso, enterré el lote de huesos achicharrados y cenizas, deseando que pudiese simplemente olvidarme de todo.

Matar a Emily y hacer las cosas que le hice a su cuerpo no fueron actos de coraje. He comprendido esto a lo largo del último año. Fueron actos de obsesión y cobardía, de una persona que no fue lo suficientemente fuerte para superar sus impulsos más oscuros. He estado invadido por la culpa, envuelto en recordatorios de la vida que he tomado y que nunca podré devolver.

Es por eso que he decidido hacer lo más cortés e informarle que tomaré otra vida: la mía. Lo único que podré llegar a ser es un peligro para las personas que me rodean, una bomba de tiempo destinada a estallar y herir a otro inocente. El único altruismo para una persona en mi posición es removerse a sí misma del problema.

Lo siento por lo que le hice a Emily. No espero que me perdone, ni tampoco creo que lo merecería. Solo espero que esto le dé algún tipo de cierre y que le permita seguir adelante.

Mis más sinceras disculpas.

Tras leer el correo, lloré por horas. Esta reacción violenta no fue porque hubiese sido contactada por el asesino de mi hija, sino porque sentía que alguien le estaba jugando a mi familia una broma horrorosa luego de todo por lo que habíamos pasado. Y en el aniversario de la desaparición de Emily, para colmo.

No se lo mostré a mi esposo ni a mi hijo. Cargué con la cruz por mi propia cuenta y vestí un rostro valiente para ellos, sabiendo que el aniversario era duro para todos. No dejaría que el monstruo al otro lado de ese correo destruyera a mi familia.

Pero esta mañana escuché un disparo sonoro desde la habitación de Joseph, mi hijo. Para cuando mi esposo y yo forzamos la puerta, ya era muy tarde. De alguna forma, había conseguido un arma y se disparó en la frente.

Así que, con esto en mente, te lo preguntaré de nuevo: ¿crees en las coincidencias?

===============

Anterior | Todos los Creepypastas | Siguiente

La traducción al español (y edición ligera) pertenece a esta página. Fue escrito en inglés por DoubleDoorBastard:
https://reddit.com/user/DoubleDoorBastard/submitted/?sort=top&t=all

Creepypastas

Please wait...

30 comentarios

¡yo si creo en las coincidencias!.. la verdad fue un buen creepy me encanto mucho.. pero es feo saber que tu propio hermano estaba obsesionado contigo wow.

Osea no entendiste nada. Crees en las coinsidencias significa que si fue coincidencia que se mato el mismo dia o que no fue una coincidencia y si estaba obsesionado

El hijo no violo a su hermana, de hecho el afirma que ella murió virgen.El solo quería sentir la satisfacción de matar a su hermana…

«Para resguardar mi propio orgullo, me gustaría decir que no la violé ANTES de que muriera.» , ¿después si lo hizo?, es un creepy que me dejó pensando mucho en quién es el culpable, todo a punta al hermano pero hay varias cosas que no son esclarecidas 😮

Jujujuy
+MUY curiosillo y cul,nunca dice quien la mato ni quien mando la carta :o. Yo creo que fue el papa porque la mama no le conto nada :0000 :,v

Dios!, leí esto en su momento, ya hace mas de un año y pese a saber el giro argumental del hermano…
Me sigue asombrando la calidad tanto narrativa como argumental, Muy bien llevada, de mis creepypastas favoritas c:

Maje si dicen que creen en las coincidencias es porque NO creen que el sea el asesino xD lean más para que trabajen esa comprensión lectora x100000

Responder a Chako3scobarCancelar respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.