En un sitio que ahora maldito, habitado por demonios y bestias ocultas que con solo su presencia el mas valeroso hombre huiría, pero este lugar no siempre fue así.
Asomándose en la puerta aquel hombre inexpresivo no salía de su escondite, se decía cosas de él, que era un asesino, un violador, un violador y asesino, que guardaba cabezas de sus victimas, porque desde que él llego todo se puso extraño, la gente desaparecía, todo se marchitaba, la mas humilde y efímera presencia de aquel hombre constituía una maldición para todos los habitantes. La gente no mencionaba siquiera su nombre porque según dicen era «de mala suerte» mencionarlo así que de esperarse se olvido por completo. A lo que me quede.
Asomándose en la puerta aquel inexpresivo hombre que no salía de su escondite me miraba con una sonrisa burlona e incitante a que entrara a su casa, aquel hombre cerró lentamente la puerta, no sin antes mirarme de reojo con lo que estaba entreabierta la puerta, yo no era lugareño de aquel lugar pero con lo que la gente cuenta se que ese hombre no incitaba mas que maldiciones,
-«Después de todo es una leyenda»- me dije estas palabras de las cuales me arrepentiría de por vida y me seguirían hasta que muera.
La puerta no estaba cerrada con llave por lo que no me fue difícil entrar y cuando lo hice parecía una casa común y corriente. ¿Si supiera yo el destino que esta casa maldecida?Entrada ya a la casa no sentía nada extraño, era una casa de dos pisos ancha y amueblado rustico, en las paredes eran huecas y si las tocabas su eco resonaba en toda la casa. Hasta aquí ninguna anormalidad evidente, hasta que entre al primer cuarto y entonces vi las mismas características que antes de entrar a este cuarto excepto que las paredes estaban manchadas de sangre, mucha, es como si la propia casa se estuviera desangrando, horrorizado por esta imagen sub-alterna, regresé a la misma puerta por donde entre y la imagen fue peor aun, la misma sangre excepto que las paredes ahora estaban destrozadas y con cadáveres adentros, repulsivos, con partes faltantes, desnudos, en los pezones de las mujeres se veía sangre y pus escurrir y a los hombres les faltaban miembros. Desesperado me fui a la puerta principal donde para mi mala suerte estaba la misma escenas, solo por un pequeño detalle, los cadáveres me miraban y el segundo piso ya no estaba.
Trate de caminar hacía delante para buscar una salida o para ir a la cocina y terminar con todo esto, un problema me detenía, las frías y espantosas miradas de los cadáveres me seguían y lo peor de todos es que no podías dejar de verlos, cada vez que los dejabas de ver sentías como si se pararan y efectivamente, cuando no los mirabas se paraban, lentamente y sonreían. Encontré una salida, la puerta tenía una pequeña ventanita para ver hacía el exterior y veía efectivamente, el exterior y sin pensarlo 2 veces atravesé la puerta y otra vez esa horrorosa escena y como siempre los detalles eran imprescindibles, los cadáveres estaban ya parados, sonreían, me miraban y una soga esta en medio, cuando apenas avance un paso los cadáveres se movían, en las paredes aparecían cabezas y un dibujo de un hombre alto, delgado y sin rostro aparente Lo comprendía todo, tenía la opción de que me atraparan vivo y unirme a los cadáveres vivientes o suicidarme y aparecer entre las cabezas. No lo pensé otra vez, con una fuerza casi inhumana que me costo romperme el brazo rompí la única parte de la pared que no estaba plagada de estas bestias y huí no me importo a donde pero huí hacía algún lugar del bosque y no recuerdo nada.
Me encontré en mi casa tendido en la cama, me dieron fuertes dolores de cabeza y en mi mano encontré una nota: «Él te vigila, sabe donde vives, nos vigila a todos, la única diferencia es que nos vigila mas a unos que a otros» Lo que me horrorizo mas fue el autor: «Slenderman».
Creacion propia
Manuel