Odisea Zombie

Voy corriendo por las calles de la ciudad donde yo solía salir a caminar a distraerme, pero todo esta diferente esta vez, todo esta desierto y solo me acompaña un cuchillo desafilado y algo muy aterrador persiguiéndome… La verdad les mentiría si les dijera que no tengo miedo. Mientras iba corriendo recuerdo como era todo antes, como solía salir con mis amigos, como solía pensar que todo estaría bien… Por estar recordando me distraje tanto que no me percate de la pared que estaba junto a mi y me desmaye, mientras estaba aun semiconsciente vi como esas tan aterradoras que me perseguían se acercaban a mi y cerré los ojos. Pero bueno, tendré que contarles como inicio todo esto…

AGOSTO 23, 2015
Todo empieza en esta fecha.

Estaba sentado en la sala de mi casa, tan feliz de que era mi cumpleaños, pensaba que recibiría algunos regalos, que vería a mis amigos y que llegaría a mi cama sin ningún contratiempo, como todas las mañanas, salí a caminar con mi perro, pase saludando a algunos vecinos que iban caminando por la calle de nuestra pequeña colonia y era un día hermoso, no había nada raro, es mas… Todo estaba tan callado y tranquilo que no me percate de la gracia que había hecho mi perro Hachiko frente a mi. Lo único que rompió el silencio tan hermoso fue el sonido de una sirena a toda velocidad, era algo raro, pues vivo en un lugar tranquilo y un poco apartado del ruido de la ciudad, aparte es muy raro cuando pasa algo malo y como es un lugar pequeño todo se sabe pronto.

Fui a mi casa y encendí el televisor y puse las noticias locales para ver si pasaba algo, de pronto golpearon mi puerta como si no hubiera un mañana y salí a ve que pasaba y vi como algunas personas corrían desesperadamente, lo único que pude pensar fue que estaba pasando algo verdaderamente malo y mi instinto me hizo entrar corriendo nuevamente, me dirigí a mi habitación y desde mi ventana intente comprender lo que estaba pasando… ¡Carajo! Algunas personas atacaban fieramente a mis vecinos, mientras algunos vecinos con sus armas les disparaban pero sus balas parecían no importarles y les seguían atacando, como un niño cobarde me escondí bajo mi cama, pasaron alrededor de dos horas y las balas cesaron, pero a lo lejos en la ciudad se escuchaban sirenas y muchos disparos muy seguidos.

Decidí salir a la calle a ver si había alguien que pudiera ayudarme, o poder ayudar a alguien, cuando por fin me armé de valor y salí a la calle, veo que algunos de mis vecinos están muy mal heridos y como un pequeño grupo de vecinos juntan todos sus víveres y cosas de valor en la casa que esta frente a la mía, yo vivo solo, así que busque algunas cosas y las junté con los demás, me preocupan las heridas de mis vecinos, parecen mordidas y rasguños, bueno lo importante ahora es entender que esta pasando y ayudar, por que no quiero ser una carga para nadie.

Al llegar la noche todos nos quedamos a dormir en la casa de enfrente, eramos solo 16 personas… Y mi perro, nadie sabe lo que esta pasando.

Agosto 24, 2015

El reloj marca la una de la mañana y mi perro empieza a ladrar como loco, entre el sueño y el cansancio logro despertarme… Y lo que vi fue aterrador, uno de los vecinos heridos con lo que parecen mordidas esta mordiéndole la cara a una de las ancianas del vecindario, literalmente triturandole la cara, creo que la anciana se llamaba Rouse.
Volteo y otros de los vecinos heridos se levantan y empiezan a atacar… Solo logramos salir cuatro personas, y mi perro.

Al salir pusimos cosas en la puerta y desde afuera escuchamos gritos, desde la ventana vemos como todos los que estaban dentro ahora están de pie, pero ya no se hacen daño entre ellos y todo esta en silencio, creo que ya se lo que esta pasando, es un kdmasjkdakl apocalipsis zombie.

Son las seis de la mañana y estamos en mi casa sentados en el sofá preguntándonos como fue que paso todo esto, solo estamos vivos cuatro personas de toda la colonia.
Megan, una chica de 19 años con la que realmente nunca había tenido algún tipo de conversación.
El señor Richard, es el sastre de la colonia, no se su edad pero creo que ha de tener unos 50 años.
La señora Esperanza, es la esposa de el señor Richard, ella tiene 45 años.
Mi pero hachiko, y yo… Que tengo 18 años.

Nuestras únicas armas eran las que logramos sacar de la casa de enfrente, un cuchillo sin filo, unos palos con punta y el revólver del señor Richard que solo tenía ya cuatro balas, perfecto para nosotros cuatro si es que llegáramos a necesitarlas, no tenemos comida puesto que toda la que teníamos la dejamos en la casa donde están todos esos zombies, y no quiero que nadie se arriesgue a entrar allí.

En lo que pensábamos que hacer, Megan enciende la televisión y puso las noticias, pero la señora esperanza quiere ver sus telenovelas. Lo poco que logramos escuchar antes de poner la telenovela, fue que es un virus que se transmite por el aire e infecta solo a algunas personas, pero que si alguna persona entra en contacto directo con los ojos, boca o alguna herida, con la sangre de alguien infectado también se infecta y la infección tarde entre 3 minutos o 12 horas, antes de hacer que la persona se comporte como un infectado.

La verdad no me gusta la palabra zombie, porque no es un jodido juego y son solo personas enfermas, o bueno, así lo quiero ver yo, así que empezaremos a llamarles infectados.

Después de una larga conversación con el señor Richard, decidimos que solo él y yo iríamos a buscar alimentos a la ciudad, Megan y la señora esperanza se quedarían, y esperarían a que regresáramos.

Le pedí de favor a Hachiko que cuidara mucho a Megan y a la señora Esperanza.

Empezamos a caminar y lo único que me acompaña es mi mochila, el señor Richard con su pistola, y mi cuchillo desafilado. Mientras íbamos caminando, pudimos ver en todo el camino, restos de lo que parecía una feroz batalla entre el ejército y una gran cantidad de infectados, mirábamos casas destruidas y uno que otro infectado pero al parecer no son muy rápidos, además eran las 12 del mediodía y no tenía ánimos de correr con el tremendo sol que hacía.

Cuando por fin llegamos a la ciudad lo primero que buscamos fue algún lugar de donde abastecernos de alimentos y agua, por lo que buscamos el centro comercial.

El señor Richard iba contándome historias sobre él y su esposa, la verdad es un señor muy platicador, y es una lástima que todo esto allá arruinado todo lo que socialmente conocíamos como estable, pero bueno, él y su esposa seguían juntos y eso lo llenaba de fuerza y fe.

Con todo este desorden, había olvidado… ¿Cómo estarán mis padres y mi hermana?

Ya que no viven conmigo, lo primero que busqué fue un teléfono público pues las líneas de los celulares estaban muertas. Como todos aquí.
¡Carajo! Las líneas fijas de los teléfonos públicos también estaban muertas.

Bueno, primero sacare a estas personas de aquí, y luego buscare a mi familia, mi padre es una persona muy inteligente, y creo que las ha de estar cuidando muy bien.
Tengan paciencia pronto iré con ustedes, decía en mi mente, mientras el señor Richard me miraba con una cara preocupada.

Hubo un sonido algo raro.

Parecían pasos, y gemidos a lo lejos, es raro, ese sonido ya lo había escuchado antes.

Volteamos a ver y… Era una gran cantidad de infectados, no pude contarlos pero a juzgar por el ancho de la calle y el estruendoso sonido de los pies arrastrándose, me atrevería a decir que eran alrededor de unos 1000 infectados.

Nunca pensamos que habría tantos, además pensamos que si llegáramos a encontrar infectados serian pocos, pues pensamos que el ejército se encargaría, nunca pensamos que serían tantos. Mientras íbamos corriendo buscando algún lugar donde ocultarnos o protegernos, cruzamos por una calle, donde al voltear a ver hacia la derecha, vimos otro grupo de infectados muy grande, así que decidimos cruzar a la izquierda… Y AL CARAJO! … no había salida. Y al voltear para intentar regresar por donde veníamos, corrió un escalofrió por mi espalda, y la cara del señor Richard no era muy buena que digamos… Pues los infectados habían avanzado mientras pensábamos y nos encontrábamos atrapados entre la pared, y la gran cantidad de infectados frente a nosotros,

Nuestra única alternativa era, cruzar por en medio de todos ellos, esperando que su lentitud jugara a nuestro favor. Contamos hasta 3.

1…

2…

3…

Y nos echamos a correr, Solo recuerdo haber entrado a la oscuridad de los cuerpos putrefactos, heridos y ensangrentados, y no dejé de correr, en lo único que pensaba era en regresar con Megan y la señora esperanza, y luego ir con mi familia, nunca dejé de correr, y recuerdo que por fin vi un pequeño rayo de luz. Y corrí con todas mis fuerzas, y salí del otro lado, ileso…

Pero…

El señor Richard, no aparecía por ningún lado.

Empecé a gritar su nombre, pero no tuve ninguna respuesta. Entonces, mis gritos atrajeron la atención de los infectados y además el segundo grupo que habíamos visto ya estaba demasiado cerca así que empecé a correr.

Llegue al centro comercial y me abastecí lo más rápido que pude de agua y comida.

Cuando salí mi sorpresa era que estos infectados, al parecer habían seguido mi olor y me habían seguido hasta el centro comercial, ¡CARAJO! Me eché a correr nuevamente, pero ahora mi mochila pesaba.

He aquí donde empecé a recordar cómo era mi vida tan solo 2 días atrás, y me distraje tanto que me di de frente con una pared, que no logré ver a tiempo, y me desmayé.

Entonces, abrí los ojos y pude sentir el olor de alguien que ya conocía, aunque solo veía su espalda, podía notar que estaba muy mal herido, y aun así iba cargándome en sus hombros.

Llegamos hasta una casa que cerramos y atrancamos, la oscuridad no me dejaba ver su rostro.
Y cuando por fin encendió la luz, me sorprendió ver que era el señor Richard.

Me conto que le costó salir cuando nos echamos a correr, pues uno de los infectados alcanzo a agarrarle la pierna, y cuando cayó al suelo algunos lo mordieron.

Esa tarde llore como una niña por el señor Richard e hice de todo para curarle las heridas, aunque en mi mente sabía que de nada serviría, estuve con el unas horas, y vi por una pequeña ventana. Pude ver que los infectados ya habían llegado hasta esa casa. Entonces le dije al señor Richard.

Señor Richard, no pienso dejarlo aquí, saldremos por la puerta de atrás, ya tenemos todo lo que necesitamos, lo llevare conmigo, tal vez usted nunca se infectara, Aunque en el fondo, sé que él sabía que yo solo estaba siendo optimista, pues no quería aceptar la realidad.

Y el contesto.

Ve y cuida a mi esposa por favor, mientras me daba su arma.

Dio un leve suspiro, y su corazón dejó de latir, no quería irme sin antes saber si realmente sería un infectado, o si las noticias estaban equivocadas.

De pronto, sus ojos se abrieron.

Pero… Ya no era él.

No me atreví a matarlo.

Tal vez algún día existirá una cura y regresare a curarlo señor Richard.

Esas fueron mis palabras mientras salía por la puerta trasera, y el intentaba seguirme.

 

De mi cerebro

Ashleyyy

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