No hay Esperanza

No hay Esperanza

Ninguno sabe de donde vinieron. Y si en un rotundo caso una persona lo supiera, no había forma de comunicarlo hacia los demás. La «Guerra» se había terminado en cuestión de semanas.

«Caminantes de piel» le hemos acuñado. Buscaron cada intención y propósito, como personas, pero si tienes la oportunidad de ver el tiempo suficiente, usted podría ver… algo… retorciéndose debajo de su piel. Algo inhumano y algo terrible. Usted podría sentir que una vez que usted lo sabía estaba allí, esa injusticia, como un hedor.

La Segunda peor cosa de los Caminantes de Piel, es que pueden cambiarte totalmente con solo un simple toque, apenas posa su mano en alguna parte de tu cuerpo estas acabado. Tu ya no eras tu, tu te habías ido para siempre. En tu lugar está algo que se ve igual a ti, suena igual a ti, actúa igual que tu en exactamente todas las maneras. Y eso, es lo peor de los Caminadores de Piel. Ellos no son rápidos, ni fuertes, ni nada que usted pensaría que ayudaría a asumir el poder rápidamente. En lugar de eso, ellos podían hacer copias exactas de lo que tocarán, indistinguible de las cosas reales. Su piel no se retuerce a menos que ellos lo permitan, y al parecer, cualquier prueba de sangre siempre tornara positiva.

Cualquiera que se atreva a irse sólo, no se puede volver a confiar en el. Por qué simplemente no sabrás sí realmente es esa persona. Ellos pueden hablarte como sí fuera tu mejor amigo, tu pareja, tu pariente, no te darás ni cuenta si hay alguna diferencia. Eso es (además de sentir su mano en tu hombro) la peor cosa de ellos. Tener a alguien que amas, que tu confías plenamente y que a la final sea una de esas cosas para siempre. Usted no tenía forma de saber cuando el cambio había sucedido – sólo que había confiado en un monstruo todo ese tiempo.

Como e dicho, «La Guerra», si se puede llamar así, a terminado rápidamente. Yo no puedo revelarte muchos detalles de ella porque simplemente ni nosotros mismo los sabemos. Mi mejor amigo Ryan y yo nos habíamos conseguido con un par de chicos, Jeff y Bobby. Nos los encontramos corriendo en los primeros días de pánico. Con los caminantes acercándose y no encontrando otro lugar en donde correr, nos tuvimos que refugiar en el apartamento de Jeff. Lo primero que intentamos fue colocar barricadas en los puntos de entrada, lamentablemente, eran demasiados. Por esa razón agarramos todo lo que pudimos y nos quedamos en el cuarto principal de Jeff. Sortariamente para nosotros, Jeff y su madre fueron rápidamente a las tiendas de abastecimiento cercanas para obtener alimentos y agua al descubrir el pánico en la calles. Ella había sido agarrada justo antes de poder abrir la puerta del carro, con nada más que hacer además de poner el seguro a las puertas. Ignorando las suplicas y la mendicidad de aquella cosa que no era su madre, pone pie en el acelerador. En camino a casa se consigue y recoge a Bobby. En ese momento fue cuando los vimos, corriendo en frente de nosotros, estúpidos asustados y sin ninguna pista de lo que ocurre. Estúpidos bastardos nos llevaron. Fue suerte para nosotros, pero era un riesgo para ellos y aún así lo hicieron. De cualquier manera, con la improvisada compra, los alimentos y el agua no era un problema.

El problema que afrontamos fue bastante simple, ¿Qué tan lejos podía ir un hombre sin esperanza?, la «Guerra» terminó rápidamente, de eso si estábamos seguros, la última cosa que vimos en la televisión antes de que la energía muriera no fue muy prometedor en lo absoluto. Estando encerrado en un cuarto con otros 3 hombres sabiendo que la humanidad muere poco a poco. ¿Qué tan lejos puede ir un hombre sin esperanza? Me hago esa pregunta cada instante, sabiendo que seguramente tu eres todo lo que queda. Estas atrapado en un cuarto, no tienes ningún tipo de energía eléctrica, haciendo tus necesidades en un balde que era vaciado por la ventana. Hay sólo un colchón para dormir así que se toman turnos para usarlo, por lo tanto, la mayoría del tiempo que estas durmiendo es en el piso. Y luego están los golpes a la puerta. Inició como un intento de entrada forzada. Trataron de derribar la puerta. Pero habíamos apilado suficiente material contra la puerta que pronto resultaron infructuosos. Trataron de subir a través de la ventana, pero al parecer, es imposible en un punto determinado de la escalada, perdieron varios caminantes intentandolo. En su lugar tocan la puerta. Tocaron y luego hablaron. En un principio sería cosas simples, peticiones para abrir la puerta. Mentiras sobre paz y malentendidos, tratos y terribles promesas. Luego de eso utilizaron a las personas que amábamos, lloraban, suplicaban y pedían que abriéramos la puerta. Prometen que era mejor así. No más dolor, no más ocultos. Una vida nueva y mejor. Viejos secretos, recuerdos olvidados, nada podían utilizar contra nosotros, nada de lo que hemos escuchado a lo largo de esa maldita puerta. ¿Cuánto tiempo puede ir un hombre sin esperanza?.

Me avergüenzo de decir que yo fui el primero en renunciar. E durado 6 semanas, fue la desesperación la que me atrapó. Eran tan las duras condiciones de vida y la monotonía que no podía manejarlas. También fue el conocimiento de que ya no había más nada, que el resto de la humanidad se había extinguido y en vez de ella estaban esos seres horrorosos. No importaba lo que nosotros hubiésemos hecho, éramos una pequeña vela que trataba de mantenerse prendida en un pequeño pedazo de tierra a la cual esta estaba rodeada de un furioso y huracanado mar. Nosotros no podíamos mantenerlos por mucho tiempo, algo que nosotros sabíamos muy bien. Las provisiones se habían prácticamente acabado, pero antes de saber eso, la barricada no iba a durar mucho más. Un día ellos atravesarían la barricada y luego nos reclamarían como de ellos. Seis semanas, seis largas semanas, eso fue lo más lejos que pude ir sin esperanza.

Lo hice a medianoche, teniendo cuidado de no despertar a los demás. No deje un mensaje porque realmente no había nada que decir. Abrí totalmente la ventana y me arrojé, me aseguré de caer con la cabeza sabiendo que si no moría al impacto moriría en poco tiempo después de este. Seis semanas fue mi límite.

Ellos siguieron sin mi. Yo supuse que no había nada más que hacer. Bobby fue el próximo, el duro otra semana, el dejó una nota, no se qué pudo haber escrito.

No se cómo a ellos se le pudo ocurrir. No se cómo a ellos le pudo haber llegado esa idea. Al parecer con la muerte de Bobby no le quedó opción. A los otros dos, Ryan y Jeff, finalmente se dieron cuenta de que no querían morir así, atrapados y asustados en un marginado cuarto hasta su último respiro. En cambio a eso decidieron salir y escapar o morir en el intento. Se hicieron, con partes de la barricada, armaduras improvisadas. Tratando de obtener la mayor distancia que se pueda entre ellos y los caminantes. Realmente llegaron al coche antes de que Jeff fue derribado. Mi amigo ya estaba en el coche. Fueron completamente rodeados. Podía intentar y salvar al pobre bastardo y ambos podían morir allí o podía correr y dejarlo, viendo como esa armadura se abre fácilmente.

El tomó la primera decisión. ¿Qué hubieses hecho tú?

Calculó que lamentó conocerlo tan bien. Hay algunas cosas que un hombre no podría pasarlas solo.

Él esta en el Ártico en algún lugar ahora que yo sepa, escondiéndose salvajemente. El último hombre. Pasando día tras día, sin esperanza. No sé cómo lo hace. No importa, al final, se podrá encontrar eventualmente. Lo conozco, sé cómo piensa. Si alguien lo puede localizar, soy yo.

Nunca miré hacia abajo, ese fue el problema. Yo sabía que si hubiese visto la tierra no me podría haber lanzado. Me hubiese regresado para seguir comiendo pura mierda porque no se le puede llamar comida, haciendo mis putas necesidades en un balde, las voces, los golpes a la puerta, el hueco vacío que genera la maldita desesperación. Así qué no miré abajo, no hasta estar en el aire. Me hubiese gustado hacerlo antes de lanzarme, nunca impacté en el piso, eran demasiados. Esperando, mirando, sonriendo.

Es mejor así. No más dolor, nada oculto, no más miedo y no más desesperación. Es mejor así. No hay necesidad de esperanza, ni necesidad de calor, no más preocupación y no espera. Es mejor así. Odio en lo que me he vuelto. El hedor, que sin un explicación, me rodea. Asfixia, sofocación, escrito bajo mi piel. Lo odio. Odio todo. Pero es mejor así.

Propia

Samuel Djekki

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