La Santa Compaña

Esta historia me esta pasando ahora mismo, y siento que la tengo que compartir con alguien:

Aquí en Galicia, desde hace cientos de años existe la leyenda de que una procesión de ánimas a menudo puede acompañarte a tu hogar en el medio de la noche como despedida por tu próxima muerte o de la muerte de algún familiar o amigo que también viva en tu casa. De esta maldición cuentan que te puedes librar subiendo a uno de los muchos cruceiros que son unas cruces de piedra instaladas en muchas rotondas de Galicia ya puestas con la intención de que si a alguien le pasa lo que me ha ocurrido a mi, pueda librarse de esta terrible maldición.

Comencemos…me remonto a hace unas horas cuando decidí ir a la taberna de el pueblo a echar unos tragos como hago de costumbre los fines de semana. Como hacía tan buena noche decidí ir andando a la taberna situada a no mas de 500 metros de mi casa. El camino fue tranquilo, decidí llevar chaleco reflectante porque la instalación lumínica de las carreteras del rural gallego no son de lo mejor.

Cuando por fin llegué a la taberna pedí una Cola ya que no bebo alcohol desde que me produjo una úlcera. Me reuní con mis amigos y pasamos una buena velada hasta las cuatro de la noche, cuando decidí volver a casa.

De camino a casa, pasé por delante del cementerio de la aldea, sorprendentemente allí estaba el monje, encapuchado con su vestimenta marrón como siempre, pero lo extraño es que estuviera despierto en el medio de la noche. Yo le dije un simple «¡Adios!» al cual el no me contestó.

Continué mi camino a casa, alguien me seguía, después de mis pasos oía la sombra de mis pasos , como si alguien caminara detrás de mi. Me detuve, los pasos que venían de atrás también cesaron, no había nadie. Continué la marcha y los pasos volvieron a sonar, cada vez más fuertes, cada vez más cerca y cada vez más aterrorizantes.

Empecé a correr, sabía que lo que me seguía no era un animal ni un amigo de la taberna, era alguien desconocido. Llegué a mi casa, abrí la puerta, entré dentro y pasé el cerrojo. A oscuras dentro de casa y mirando por mi gran ventanal esperé a ver si veía algo…Con el miedo se me había olvidado pasar el cerrojo de la cancilla…algo estaba entrando…se trataba de un monje, quizás el que había visto antes, igualmente encapuchado, con un bastón y una luz . Detrás suyo toda una fila de ánimas, desprendían algo de luz y tenían caras alargadas con los rasgos poco definidos. Se pusieron en hilera a diez metros de mi ventana y me miraban fríamente, pidiendo con los ojos que me una a ellos.

Fui rápidamente al teléfono…no hay línea…me conecté a a Internet mediante satélite y ahora estoy intentando compartir mi historia con gente, para que me ayude, para que me tranquilice y para que acuda a mi rescate.

Como bien dije antes, puedo intentar subir al cruceiro de mi aldea para librarme de la maldición, pero eso supondría salir de casa, justo donde están las ánimas y el fraile.

También he comentado que la santa compaña siempre se lleva a una persona que vive en el hogar…VIVO SOLO

 

Proviene de un mito popular gallego

David

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