La perfecta muñeca

Hola a todos, esta es mi primera historia a si que espero que os guste, y no seáis  muy críticos 😉

Era de noche, Marta estaba sola en su casa. Sus padres habían salido al teatro y volverían muy tarde. La familia de Marta era una familia adinerada… aunque mejor decirlo sin medias fintas, mas que adinerada era rica. Tenían una casa de dos plantas a las afueras de la ciudad con un gran jardín y un garaje para al menos 3 coches.

Marta se despertó a las nueve de la noche, después de una larga siesta tras una noche de fiesta. Antes de dormirse había quedado con su novio en su propia casa, y cuando comprobó la hora se dio cuenta que no tardaría mucho de aparecer. Su novio, el típico malote de chupa de cuero y violento a mas no poder, el típico chico por el que las niñas buenas pierden la cabeza, porque antes de conocerle Marta era una niña buena. Fue al baño parra despejarse y ponerse guapa para el, volvió a su cuarto para coger una cajita de madera del cajón de sus calcetines, escondida al fondo del mismo para que nunca la encontrara quien no debía

Bajo las escaleras de la segunda planta, donde estaba su cuarto y el baño, para dirigirse al salón. Se sentó en el sofá enfrente de una mesita de cristal que tenían en el centro del salón  Abrió la caja y de ella saco una pequeña bolsita de un polvo blanco. Cocaína  Uno de los malos hábitos que había adquirido de su, como ella decía, fantástico y perfecto novio. Sus padres no lo sabían pero desde luego su comportamiento había cambiado.

Y fue después de la primera ralla, fue cuando empezaron a ocurrir cosas extrañas. Se recostó en el sofá  para relajarse cuando escucho un golpe detrás suyo, un golpe seco. Se giro lentamente y dirigió su mirada hacia las escaleras y fue entonces cuando vio algo rojo en el suelo, cerca de la puerta de su cuarto. Decidió subir para ver que era y cuando estuvo enfrente se dio cuenta de lo que era. Una muñeca de cuando ella era pequeña, una muñeca con un precioso vestido rojo… esa muñeca le encantaba de pequeña. Pero ahora no significaba nada. Prefirió no pensar como había llegado hay por lo que la cogió y la tiro contra la cama.

Bajo y tras mirar la hora y ver que su novio se retrasaba deicidio tomar otra dosis de cocaína y tras hacerlo escucho el mismo ruido, pero esta vez mas fuerte. Miro nuevamente a las escaleras volvió a ver su muñeca, pero esta vez la veía perfectamente y no estaba en el umbral de su cuarto. Esta vez la muñeca estaba de pie, arriba en las escaleras, mirándola con esos ojos fríos y sin vida propios de las muñecas. Subió las escaleras corriendo y cogió la muñeca, la volvió a tirar dentro de su cuarto y esta vez cerro la puerta. Bajo corriendo al salón y se sentó en el sofá  con el corazón acelerado y asustada. Se convenció a ella misma de que eran alucinaciones provocadas por las drogas. Tuvo la magnifica idea de meterse otra dosis y cuando se recostó para tranquilizarse volvió a escuchar de nuevo ese extraño sonido, y al volverse vio nuevamente a la muñeca, mirándola  con esos fríos ojos. Pero esta vez estaba mas cerca, al pie de las escaleras. Marta del susto se levanto del sofá gritando mirándola atemorizada. Tropezó con la mesa y callo al suelo. Se coloco boca abajo y se intento tranquilizar «Es cosa de las drogas…tengo que dejarlo…solo son alucinaciones…» pero al levantar la cabeza la vio. Justo enfrente de ella a tan solo dos palmos de su cara. Se levanto todo lo rápido que pudo, gritando sin saber a donde ir. Subió corriendo las escaleras, dispuesta a encerrarse en su cuarto hasta que su novio o sus padres llegaran. Cuando llego enfrente a la puerta de su cuarto la abrió  Y hay estaba… la muñeca… de pie en la cama, mirándola pero esta vez con los brazos extendidos y sus ojos, esta vez no eran fríos y sin vida. Esos ojos emanaban odio. Marta grito con todas sus fuerzas, pero el grito quedo en el olvido en la vacía casa…

Su novio llego dos horas después de la hora acordada, había tenido problemas y tenia pensado colarse en la habitación de Marta y pedirla disculpas. Pero cuando el llego sus padres ya estaban allí, al igual que tres coches de policía .. Habían encontrado el cadáver de Marta sobre la mesa de cristal del salón. Según los informes había caído desde la barandilla del segundo piso de espaldas sobre la mesa, provocando le una enorme brecha que la hizo morir desangrada. Desde la verja de entrada se escuchaban los llantos de la familia al descubrir a su niña muerta y rodeada de cocaína  Ya no era su niña, ya no era su muñeca… Su madre pidió verla una vez mas, antes de que se la llevaran. Destaparon la sabana y ella se acerco para darla un ultimo beso en la frente. Y entonces de fijo en la ropa de su hija, nunca le había visto ese conjunto, pero le sonaba muchísimo .. ese vestido rojo era igual que el de la muñeca favorita de su hija. Cuando su hija también era una muñeca…una perfecta muñeca

Creacion propia

Nacho

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