La mujer de la casa.

Luego de pasar por unos malos momentos de mi vida, decidí mudarme lejos de donde vivía para así comenzar de nuevo y ver que podía hacer con mi vida, me fui a un pequeño pero acogedor lugar a unas 8 horas de donde quedaba mi antiguo hogar, un amigo me hizo el favor de conseguirme un lugar con el dueño de un aserradero y con ello un trabajo con el cual sustentarme, mi amigo me dijo que ese lugar era muy tranquilo según el dueño del aserradero de ese lugar. Al llegar al lugar note que la gente de sus alrededores no era muy expresiva y eran un tanto extrañas, yo pensé que era normal pues como era nuevo en el pueblo quizás no estaban acostumbrados a ver gente nueva por allí.

La casa donde me iba a quedar era pequeña y muy cómoda con un gran patio hacia atrás en el cual terminaba donde empezaba un pequeño río que por allí pasaba. La casa  tenia todos los objetos y pertenencias de los antiguos habitantes de esta, eran objetos muy viejos pero en buenas condiciones casi como si no se hubieran usado. En fin ya en casa pensando en que el lugar donde me quedaría era perfecto ya que al ser pequeño era un lugar tranquilo y sin muchos problemas, la principal fuente de trabajo allí era el aserradero por lo que estaba decido comenzar a trabajar allí y así sustentarme.

Antes de ir a hablar con el dueño del aserradero para el trabajo decidí primero darme un baño en ese maravilloso rió que pasaba detrás de mi casa, al ir caminando hacia a este veo a una mujer al lado de mi casa que se me queda viendo de manera fija, pero había algo raro en ella, era pálida y con una mirada profunda, no le di importancia y me fui a meter al río para mi sorpresa antes de meterme salio un niño del rió corriendo, fue algo que me sorprendió mucho porque no lo había visto, en fin el niño se fue con la señora que estaba al lado, dije seguro es su madre y lo estaba vigilando. Aunque los dos estaban muy pálidos.

Fui al aserradero, conocí al dueño un señor muy serio y muy respetado por sus empleados hasta tal punto que pensé que era miedo. En fin me dijo lo que tenia que hacer y mi horario, cumplí con mis deberes y al terminar el trabajo muy agotado decidí irme a casa, estaba cerca de anochecer y me tocaba un camino solitario en el que las calles eran de tierra y las aceras eran solo maleza y arboles altos, solo un faro que alumbraba una parte del camino era lo único que mantenía ese lugar alumbrado, con un poco de temor me dije a mi mismo que tenia que acostumbrarme pues tendría que pasar por allí todos los días al salir.

Al pasar el faro quede en completa oscuridad mientras caminaba a mi destino, pasaron unos segundos cuando siento unos pasos cerca de mi, fue entonces cuando comencé a temblar y seguí caminando mas rápido pero sin voltear, fue entonces cuando sentí que me habían tocado la espalda, estaba perdiendo mi cordura ya, confuso voltee hacia atrás y grite: ¿QUE QUIERES DE MI? no vi a nadie, saque mi teléfono para alumbrar a ver si estaba alguien allí. Al alumbrar no vi a nadie, gire nuevamente hacia adelante y vi a la misma mujer de la tarde con un vestido lleno de sangre, sus ojos muy oscuros y sombríos tanto así que me infundieron un terror indescriptible al verla, mi corazón comenzó a palpitar de manera muy rápida la mujer se me quedo viendo fijamente, en ese momento estaba totalmente en shock, casi pierdo completamente la cordura cuando finalmente pude dar un paso y arranque a correr desesperadamente gritando de manera horrorizada.

Llegue a casa horrorizado con esas terribles imágenes que vi, estaba muy asustado tanto así que comencé a caminar dentro de la casa y sin querer golpee un gran armario que allí estaba y tumbe una caja que estaba arriba, al caer la caja se abrió y lo primero que salio fue un retrato, en el que salia la mujer que había visto con su hijo y su esposo, para mi sorpresa el esposo era el dueño del aserradero, me quede aun mas sorprendido y al girar ante mis ojos estaban los dos, la mujer y el niño, fue algo horrible la mujer tenia el cuello cortado tanto que casi estaba decapitada y tenia una gran herida en el estomago abierta, el vestido roto,lleno de sangre y sucio, el niño tenia el cráneo abierto por la mitad tanto así que se le podía ver el cerebro destrozado y tenia un brazo arrancado, al parecer los dos habían sido atacados con el mismo arma, estaba horrorizado pero no fue hasta que se quedaron viéndome fijamente y sonrieron de una manera macabra y espantosa los ojos se les hicieron  mas pequeños y negros, la sonrisa se les hacia mas grande y los dientes mas delgados y largos, fue entonces cuando me desmaye de la impresión.

Al levantarme ya era de día y no se me vino otra idea mejor que irme de ese lugar inmediatamente, fui a buscar mi maleta pero no la encontraba decidí ver bajo de la cama y me fije que había una especie de puerta oculta bajo la cama, quería irme pero me mato la curiosidad por saber lo que había allí temiéndome lo peor, la abrí y allí estaban…Los dos cadáveres que veía estaban enterrados justo debajo de mi cama, sin pensarlo dos veces salí ahuyentado de la casa y mas nunca volví a hablar del tema con nadie mas, tampoco nunca mas me comunique con el dueño del aserradero.

Creación propia.

juan rodriguez