El Vigilante

Me encuentro tan cansado. Todos los días son lo mismo. Entrar a trabajar a la hora de siempre, terminar mi horario a la misma hora, responderle el saludo a quienes por cortesía me saludan. Ni siquiera recuerdo lo que pasa después de que termino mi turno de trabajo, esta rutina acabara por enloquecerme.Imagen tomada en un Suburbia

Tal vez debí haber escogido alguna otra profesión, ser guardia de vigilancia tal vez no es mi vocación, cuando empecé en la fuerza, mi meta era proteger a la personas, salvar sus vidas, hacer algo que me hiciera ser diferente.

Mi padre de seguro me miraría triste si viviera, tanto me aferre a no ser el profesionista que él quería, que al verme aquí, custodiando una tienda, viendo quien sale y quien entra, atento a alguna alarma, solo para resguardar la seguridad de unos objetos.  Ver a su hijo reducido a un guardia de seguridad de un simple suburbia, escuchando el ajetreo de los aviones que por aquí se escuchan muy a menudo, de seguro se moriría de vergüenza de nuevo.

Casi finaliza mi turno, la hora es la misma de hace tantos años, tantos años llevo aquí que no puedo recordar cuanto llevo haciendo lo mismo. Aunque el día de hoy fue un poco diferente, llevaba poco de mi turno, que empieza a las 8 de la mañana, cuando una joven vendedora se aproximó al departamento de costura, solo estábamos una señorita de aseo y yo, nos hablo con cortesía y ambos respondimos a su saludo, cruzo la puerta de bodega de esa zona y me quede solo.

Ese vacío, esa soledad, esa sensación de estar en un lugar pero saber que no se esta del todo. El llanto cubrió mis ojos, no podía soportar esto mas, mi dolor me ínsito a tomar mi bastón de seguridad y golpear un poco unos probadores que se encontraban justo ahí, eso me tranquilizo. Caí de rodillas, sabia que mas tarde seria reprendido por mis superiores por mi conducta.

En ese preciso momento la joven vendedora abrió un poco la puerta de bodegas, seguramente extrañada por el intenso ruido, trate de esconderme, por fortuna no me vio, me incorpore, alinee mi uniforme y antes de seguir con mi rondín, la joven abrió la puerta nuevamente, me quedo viendo sorprendida, bajo la vista hacia mis pies, un rostro de horror nublo su vista, esto me alarmo, sentí un mareo y no recuerdo mas de lo sucedido.

Recobre la conciencia sentado en un probador, me frote los ojos y continúe mi trabajo, nadie me llamo la atención a lo largo del día, ni vi nuevamente a la joven vendedora. Sin mucho ánimo seguiré con mi trabajo, quiero hacer algo diferente, sin embargo, algo me detiene, me siento atrapado aquí.

Diana escucha, se me hizo tarde el día de hoy, había mucho trafico pasando metro Zaragoza y me costó mucho llegar a metro aeropuerto.

Cuando llegue al suburbia, me cambie y fui a mi área, al departamento de costura, estaban ahí un guardia muy extraño que no había visto y nuestra amiga de limpieza.

Los salude, ambos me respondieron y me apresure a entrar a mi sección, por fortuna mi gerente no estaba ahí, abrí la puerta, solo la hoja de abajo, lo suficiente para poder pasar, mientras menos ruido haga mejor, pensé.

Pero al poco tiempo escuche que golpeaban los vestidores, abrí la hoja de arriba y me asome, pero no vi nada, eso me extraño, pero seguí con mis actividades.

En eso volví a escuchar los golpes, me asome y vi al guardia, se veía muy pálido, su rostro estaba desencajado, cuando le iba a preguntar si se encontraba todo en orden, baje la vista a sus pies, Diana. No tenía pies. Volteé a verlo nuevamente y desapareció.

Creación Propia
http://www.youtube.com/watch?v=jOgOQVpaiY0

Emmanuel Sebastian Adonay

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1 comentario

És decir… qué el guardia, el narrador en todo caso, ¿se sentía así ya que nadie lo veía?, ¿era un fantasma al igual que él otro guardia ó la joven vendedora?, y, ¿qué és eso de «Diana…»?.

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