Me encontraba en mi gran mansión viendo un partido de fútbol, era sábado al medio día, cuando en eso oigo el timbre de mi casa, me asomo por la mirilla y alcanzo a ver un hombre vestido de traje gris, muy bien peinado, lo que mas se notaba en el, era ese maletín color marrón muy grande, mas de lo normal.
Cuando abrí la puerta, el, se pasa con mucha confianza como si ya me conociera y fuera bien recibido en mi gran mansión, se sienta en el mueble color blanco, se cruza de piernas y se pone con los brazos extendidos; tenia un olor muy fuerte a azufre, yo me quede muy extrañado con tal acción de ese hombre.
–¿Quien es usted?–, le pregunte muy curioso.
–Vengo por su alma señor–, respondió aquel misterioso hombre
–¿Que? ¡¡ja ja ja!!–, solté una carcajada muy abierta, no sabia si era por que estaba nervioso, por que sabia que esa cosa que olía a azufre, no era humano.
–Soy el ángel de la muerte, y he venido por que tu alma es impura, eres un humano que no ha valorado su vida, por eso he venido a llevarme tu alma–, cuando menciono aquellas palabras lo único que pensé, fue que solo se trataba de una persona enferma, tratándome de asustar y estafar para llevarse todo el dinero que pudiera de mi.
–Escucha muchachito, no tengo tiempo para tus bromas, a si que solo dime cuanto quieres y ya lárgate de aquí, que no tardan en venir mis hijos y mi esposa para ir a comer– lo decía mientras sacaba mi chequera del bolsillo.
Aquel hombre misterioso, se levanto demasiado enfadado, me levanto la voz y
dijo:–¡¡ Escúchame tu maldito viejo, soy el ángel de la muerte y he venido hasta aquí para llevarme tu alma!!– su voz estaba distorsionada, se oía como eco y en sus ojos se alcanzaba a ver que salían flamas, y estaban extremadamente muy dilatados, literalmente, la pupila estaba llenando el espacio ocular blanco,– o, ¿a caso ya se te olvido que fuiste tu quien hiso ese tremendo fraude a tu empresa, para quedarte con millones?, dejaste sin comer a mas 100 empleados, solo para quedarte con el poder, ¿ya lo olvidaste?–
–¿Quien te dijo eso? ¿como lo sabes?– le pregunte un poco asustado, ya que nadie sabia de aquel fraude de millones, ¡ absolutamente nadie !. –de seguro una especie de hechicera te lo dijo, haber dime, ¿cuanto te doy para que no habrás la boca?– yo seguía sin creer que el era la mismísima muerte.
Después de decirle esto, el, con una sonrisa demoníaca, se sienta, saca un puro del bolsillo de su saco, lo prende y después habré su maletín color marrón. Al abrirlo, se oyen unos gritos desgarradores, unos muy agudos y otros llenos de dolor, –¿sigues sin creerme?– me pregunto, esta vez un poco mas calmado.
Al oír esos gritos, me incline ante el y llore, y le suplicaba que por favor me diera una oportunidad mas, — ¡por favor!, por lo que mas quieras, ¡dame otra oportunidad!, ¡ten piedad de mi!– pero lo único que conseguí fue un ignoro por parte de el.
La muerte se sentó y se siguió fumando aquel puro, yo desesperado, le dije:
–Dame tiempo para despedirme de mis seres queridos, por favor, termina de fumarte ese puro y cuando se acabe me podrás llevar– pensé que obtendría una respuesta negativa, pero no, el accedió.
Tenia 30 minutos maso menos , y lo primero que hice, fue ir al baño para lavarme la cara para despertar de esa terrible pesadilla, después de todo, tener a la muerte esperando en mi propia sala, no era normal, todo parecía indicar que era una pesadilla… pero no, desperdicie 10 minutos en el baño y oí que la muerte grito: –¡20 minutos!–, después de eso, me di cuenta que estaba viviendo mis últimos 20 minutos de vida, durante 5 minutos estuve recordando mi vida, y al rato decidí llamarles a mis padres:
–¿Bueno?,¿quien habla?– al oír la voz de madre, al instante me eche a llorar, despegue de la bocina mi boca para controlar mi llanto, respire profundamente y después le conteste:
–Hola mama, soy yo, tu hijo, ¿como están?–
–¡Hay hijito, que milagro! estamos bien, tu padre se encuentra descansando , pero ¿tu que tienes?, ¿por que te oyes un poco triste?–
–No tengo nada mama, lo que sucede es que me encontraba durmiendo y me desperté con la idea de quererles hablar, eso es todo.– No podía decirle que iba a morir en 20 minutos, no, eso la haría entrar en una crisis nerviosa, o algo parecido.
–Te amo mama, te amo a ti y a mi papa– esas fueron las ultimas palabras que les dije.
No deje que me respondiera mi madre, quizás la mejor decisión. Minutos mas tarde, decidí hablarle a mi esposa, que en ese momento se encontraba de compras con mis 2 hijos, y claro con mis dos nietos. Mi gran felicidad eran ellos, mi todo eran ellos y dejarlos sin disfrutar de mis nietos de 2 años no iba ser tan fácil.
–¿Que paso cariño?– contesto mi mujer, sabiendo que era yo.
–Nada mi amor, solo quería decirle algo importante a mi hijo, ¿se encuentra por ahí?– No podía hablar con mi esposa, andaba demasiado sensible después de hablar con mi madre.
–¡Claro, claro! ahorita mismo te lo paso.–
–¿Que paso papa?– cuando oí la voz de mi hijo me tranquilice un poco.
–Hijo, quiero pedirte algo muy importante ¿ok?–
–Claro papa, pídeme lo que quieras, lo que se te ofrezca–
–Hijo, dile a mis nietos que los amo, y a tu hermana, a tu madre cuídala, igual que a tus hijos, por favor.–
Después de esto le colgué el teléfono a mi hijo, me dirigí hacia donde se encontraba la muerte, el, apagando el puro, se dirigía ha abrir el maletín, yo a un queriendo luchar me incline ante el y le suplicaba una y otra vez.
–¡Por favor!, ¡¡por lo que mas quieras!!, ¡¡Dame otra oportunidad!!, ¡¡TE LO SUPLICO!!, ¡¡ QUITA ME OTRA COSA QUE NO SEA MI VIDA, POR FAVOR, TEN PIEDAD DE MI!!, ¡¡ QUITA ME MI TRABAJO, MI DINERO, MIS PROPIEDADES, LLÉVATE LO QUE QUIERAS, PERO POR FAVOR DAME OTRA OPORTUNIDAD!!–
–¡Y yo para que quiero tu dinero!, tu vida no vale ni todo el dinero del mundo–
–Por favor ten piedad, ten piedad de mi…por favor…te lo suplico… por lo que mas quieras, ¡por favor dame otra oportunidad–
La muerte solo se detuvo y se volvió a sentar y me dijo algo que me alivio mucho, pero algo que fue el peor error de mi vida:
–Dame 5 minutos para pensar, como yo te di 30 creo que es justo que me des solo 5 minutos mas, ¿no crees?–
–si, claro, todo el tiempo que quieras–
La muerte se quedo ida por 5 minutos, como si se hubiera quedado hipnotizada, luego de un rato desperté tirado en la sala, vivo, pero con un dolor de cabeza muy intenso, ya no estaba el ángel de la muerte, pero mi felicidad duro solo un instante ya que después tocaron el timbre de mi casa, como yo me encontraba mas feliz que nunca, abrí la puerta sin fijarme quien llamaba a la entrada, era un oficial de policía, yo aun feliz le pregunte que que se le ofrecía, a lo que el respondió:
–Señor,… me apena ser yo quien…–
–¡Estoy vivo!, ¿puede creerlo?– lo interrumpí sin dejarlo terminar, yo estaba casi seguro, que la muerte me había quitado mi libertad y que ese oficial era el que me arrestaría por ese fraude…pero no… hubiera preferido mil veces eso, pero no.
–Lamento lo que sucedió señor, el coche en el que se encontraba su familia, quedo hecho añicos, al parecer, testigos dicen que un extraño hombre vestido de traje gris con un gran maletín apareció de la nada frente a la camioneta en que se trasladaban y este exploto en mil pedazos…pero la camioneta quedo hecha trizas y al parecer venían su esposa, sus hijos, sus dos nietos y sus padres… mi mas sentido pésame —
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Que cabrón!