Slidy Anellyn.

Vasado en un sueño. Puede que les parezca aburrida esta historia, pero me gustaría mucho compartirla con aquellos interesados, provecho.                       Ooclarí.

En la parte más profunda y oscura de un bosque cuyo nombre no sé, existe un lugar que alberga a aquellos seres que viven en la espera. Seres tan altos como árboles y delgados como sus ramas, esperando pasivos a que alguien los llame para poder salir del sofocado ambiente en el que yacen.

Ellos aguardaban de pie, con un reloj en la muñeca izquierda sin quitarle la atención ni un segundo a la hora que el reloj marcaba.

Tres hermanitas iban tomadas de la mano por el bosque, eran niña preciosas de pálida piel, dorados cabellos, ojos azulosos y mejillas invadidas de pecas, jugueteando inocentemente por los rincones silenciosos de aquel bosque y sin sospechar lo que pacientemente aguardaba por el tacto del exterior se adentraron hasta encontrar aquella torre siniestra. La menor de ellas quién se ahogaba en una tremenda curiosidad, insistía en persuadir a sus hermanas mayores para inspeccionar aquella morada que las seducía con su lúgubre ambiente.

Tas! Tas! Tas!

Retumbaron los golpes del portón haciendo punzante el ruido con el eco que velozmente recorría hasta el ultimo rincón de la torre. Las hermanas aguardaban a alguien que abriera los gigantescos portones de madera putrefacta, sin embargo el Sol comenzaba a perder su luz, por lo que comenzaría a descender la temperatura.

Sin un lugar fijo donde descansar las tres hermanas decidieron partir del bosque llegando a la casa de una joven pareja que estaba apunto de retirarse a descansar. La pareja se vio seducida por el encanto y la inocencia de las pequeñas, así que fue inevitable accederles el albergue.

A la mañana siguiente, la pareja apenas comenzaba a despertar mientras que las niñas ya se encontraban jugando a la entrada del bosque con una pelota que le pertenecía al hombre de la casa, se la lanzaban una a otra, sin embargo, el hombre que desde su ventana las observaba en paz, se percató que siempre que era turno de la menor esta lanzaba la pelota a un árbol en la entrada del bosque. La mayores comenzaban a cansase por la jornada que hacían por cada ocasión que debían ir por la pelota.

Finalmente quedaron exhaustas dejando a la menor para jugar sola ó eso pensaban, la hermana menor corría al bosque, balbuceando cosas. Las hermanas mayores no toleraron más la curiosidad y decidieron preguntarle a su hermanita que era lo que hacía en el bosque.

«Quiere amigos, odia estar solo».

Fue la única respuesta que esta les dio y de entre los árboles, comenzaron a moverse las ramas , la hermana mayor sintió un frío tacto que la tomó del brazo, al voltear observó el mayor esperpento de su vida. Era una persona alta como un árbol, sus brazos eran largos como ramas y su cara no poseía gesto alguno.

Las hermanas huyeron a la casa de la pareja, aterrorizadas, no podían darle una explicación a la pareja de lo que ocurría. Era el atardecer, apunto de anochecer, la pareja intentaba apaciguar a las niñas pero era imposible hacerlas dejar de temblar, tenían frío y mucho miedo, sin embargo la hermana menor postró una expresión de alegría.

En la puerta comenzó a aproximarse una sombra alargada que entraba, cubriéndolas de oscuridad por esta, unas manos alargadas se precipitan por la entrada invitando a las inocentes niñas a salir. Por un momento las pequeñas perdieron al fin  el miedo y el frío tomando cada quien una de las manos, tomando los cuatro rumbo a la torre. La pareja quedo tan impactada por la aparición que se presume enloquecieron.

Después de aquel paso que darían las hermanitas para entrar a otro extremo de la puerta…

Slidy Anellyn cierra los portones con sus alargadas manos, donde tres seres  más aguardarían pacientemente la hora en la que pudieran hacer sus propios amigos para así jamás ser olvidados.

 

Creacion propia

Ooclarí

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