Plaga

Estoy sentado en mi escritorio con la computadora encendida y un trago servido, tratando de plasmar en escrito el extraordinario suceso que viví hace poco. Eh de decir que incluso después de haber sido testigo, ¡de haberlo vivido!, me resulta difícil aceptarlo como real. De hecho las marcas en mi cuello son las encargadas de recordarme lo horriblemente real que fue.

Omitiré mi nombre pues no deseo fama, fortuna ni nada similar, solo saber que no estoy loco. Pero creo que estoy divagando y lo más correcto sería narrar los acontecimientos que sucedieron hace escasos días.

Mi vida diaria es común, corriente y en cierto modo, monótona. Me suelo levantar tarde y lo primero que hago es ver las noticias y enterarme de los sucesos que acontecen en el mundo casi siempre es lo mismo. Asesinatos, robos, contaminación, amenazas de guerra entre naciones, los excesos de los famosos, lo de siempre supongo. Pero esa ocasión fue diferente. Toda la mañana el noticiero estuvo hablando sobre una lluvia de estrellas que sucederían esa noche y lo espectacular de dicho evento y para mayor suerte el lugar donde mejor se podría disfrutar del acontecimiento seria en un pequeño pueblo al norte de la capital el cual resulta ser mi lugar de residencia.

Debo decir que el pueblo al ser tan pequeño no tenía muchas cosas interesantes de las cuales charlar pero ese día mientras me dirigía a comprar semillas para plantar parecía que a nadie le interesaban ninguna otra cosa, en todo el lugar no se hablada de nada más. Lo cual me sorprende ya que la presencia de un jeep en el pueblo con soldados armados para mi es más interesante.

Esa noche la lluvia de estrellas se llevó a cabo según lo anunciado y fue incluso más sorprendente que lo que las noticias dijeron. El cielo parecía vivo, se veía tan cerca que pensé que nos caerían encima las estrellas.

Quizá por eso no me sorprendió del todo el anuncio del día siguiente.

Al amanecer y comenzar mi rutina y tratar de prender el televisor lo primero que supe fue el hecho de que no había luz. Revisé los fusibles y estos se encontraban bien. Trate de llamar por teléfono a la compañía de luz pero tampoco funcionaba, lo cual me extraño bastante. Salí de mi hogar y me encontré con mis vecinos los cuales tenían el mismo problema. Nos encontrábamos hablando sobre la posible causa de esto cuando un oficial se nos acercó y nos pidió volver a nuestras casas, la razón fue que aparentemente un pequeño meteorito cayo esa noche cerca de las líneas de luz y teléfono, dañándolas y que tomaría un día o dos más o menos repararlas. Y ya que íbamos a estar incomunicados y para evitar accidentes se nos pidió no salir. También nos comentó sobre la presencia militar en las inmediaciones pero todos concordamos en que seguramente era para recuperar el meteorito para su estudio o algo similar. Está de más decir que ese día seguimos charlando un poco más antes de acatar la orden del oficial.

Siento importante comentar que la razón por la cual me mude a un pueblo pequeño fue debido a que mi mayor hobby es la jardinería y en la ciudad me hubiera sido imposible tener un vivero. Lugar donde aconteció el suceso por el cual escribo esto.

La noche siguiente a la lluvia de estrellas cerré mi vivero y me fui a descansar. El cerrarlo fue más por costumbre y por evitar que algún animal se introdujera en el, que por protegerlo de ladrones después de todo no había nada de verdadero valor en él, solo flores y vegetales. Aun así esa mañana parecía que alguien se había introducido. Faltaban flores y algunas hortalizas estaban desenterradas. Me molesto bastante aunque solo por poco tiempo ya que lo primero que pensé fue que algunos jóvenes del pueblo se habían introducido y me habían jugado una maldad una simple travesura impulsada por la ausencia de luz. El daño no fue importante y lo deje pasar.

La siguiente noche todo cambio. Escuche el ruido de una maceta al romperse y me levante en el acto como impulsado por un resorte. El reloj marcaba las dos treinta de la mañana y hacia bastante frio. Me acerque a la ventana pensando en que los intrusos habrían regresado. Me puse furioso ya que hacer algo así dos veces seguidas ya lo consideraba algo más que una simple travesura y no podía evitar que la sangre me fluyera a la cabeza, después de todo eran meses de trabajo los que tenía ahí . Me asome por la ventana de mi recamara y desde el segundo piso pude apreciar la entrada de mi vivero y ver como esta estaba abierta y una sombra parecía caminar hacia ella. Rápidamente tome mi celular el cual a pesar de no tener señal debido al lugar donde estaba, utilizaba a menudo como cámara y reproductor de música. Mi intención era fotografiar al intruso y después exigirle a él o a sus padres una retribución por los daños. En cuanto la sombra salió presione el gatillo el flash se disparó y la fotografía se tomó. Debido a la luz tan repentina no pude ver directamente al personaje pero al revisar mi teléfono mi sorpresa no pudo ser mayor. Lo que ahí parecía estar no era para nada alguien del poblado, !Dios ni siquiera parecía humano¡ lo que aparecía en la foto era un ser enorme y para nada humanoide, era solo un torso que se convulsionaba y retorcía sobre sí mismo como si sus órganos en caso de tenerlos lucharan por escapar de su cuerpo y el cual parecía tener una coloración putrefacta, se desplazaba sobre dos extremidades largas y lisas como colas de serpiente las cuales eran aparentemente las únicas extremidades que poseía.
Por un momento que me pareció eterno me quede quieto en la ventana, sin creer lo que había visto y sin saber que debía hacer a continuación. No fue sino el ruido de un disparo lo que me saco de mi ensimismamiento. Al asomarme nuevamente por la ventana note movimiento en los arboles detrás del vivero y sin pensármelo mucho Salí disparado de casa, tome mi celular y un bate de béisbol y Salí descalzo, usando únicamente el pantalón de mi pijama y una camisa blanca. Ahora que lo pienso no sé por qué hice eso, salir casi desnudo de casa, tomar un viejo bate como arma (a pesar que la tv siempre nos demostró que son inútiles) y lo peor ir detrás de “algo” de lo cual ni siquiera sabía si era real. Tal vez por eso lo hice, tal vez quería saber si era real.

No me tomo mucho encontrarlo. Solo había avanzado 100 metros dentro del bosque que rodea el pueblo para dar con “eso”. Se encontraba encorvado sobre un mapache muerto aparentemente a causa de una trampa. La forma del ser era aún más repulsiva de cerca su piel despedía una especie de limo que le cubría todo el cuerpo y el movimiento de su cuerpo era aún más caótico de lo que hubiera imaginado parecía como si en cualquier momento pudiera estallar y liberar lo que fuera que estuviera dentro.
Di un paso y se dio cuenta de mi presencia. Rápidamente se deslizo a escasos tres metros de mí y se irguió frente a mi persona dejándome ver no solo su forma si no también su tamaño debía medir cerca de dos metros, era espantoso y repulsivo y aun así no podía dejar de verlo. No podía articular palabra alguna o sonido y mucho menos moverme, estaba paralizado de la impresión. Y entonces lo impensable ocurrió. Esa cosa hablo. Fue solo una palabra que parecía venir de todos lados y de ninguno.

“PLAGA”

Y justo cuando termino de decirla en el momento exacto en que la última letra era asimilada por mi cerebro una larga apéndice surgió del cuerpo principal de la criatura y como un látigo se amarro alrededor de mi cuello y comenzó a asfixiarme. La acción fue rápida y contundente, su fuerza era abrumadora, no importaba cuanto me sacudiera y tratara de zafarme el limo de su cuerpo me impedía asirle. Entonces su cuerpo comenzó a cambiar cientos de ojos comenzaron a formarse por todo su ser al igual que bocas. Ojos de todos los tamaños y colores, bocas de todas las formas y las especies aparecían y desaparecían fundiéndose en su cuerpo. Podía sentir un odio inmenso en la criatura mientras me asfixiaba y a pesar de que sentía que tenía la fuerza para romperme el cuello se esforzaba por privarme únicamente del oxígeno como si tratara de prolongar mi agonía privándome del preciado gas.

Después de un par de minutos mi conciencia comenzó a abandonarme como si cayera en un profundo sueño todo mi ser se relajó y dejo de importarme todo. Lo último que pude percibir con mis sentidos antes de caer inconsciente fue el sonido de una detonación.

Fue hasta la mañana siguiente que desperté en el bosque justo en el mismo lugar en el que pasara todo la noche anterior. Solo que no había nada. No había rastro de la criatura ni de ninguna evidencia de que hubiera pasada nada esa noche. Lo único diferente era el hecho de sentir un dolor lacerante en mi cuello y que mi celular al igual que la criatura había desaparecido.

Volví a mi casa y me lave la cara comprobé que en efecto en mi cuello tenia largas marcas y moretones que lo recorrían. Lo cubrí lo mejor que pude y Salí a buscar a mis vecinos. Nadie pareció notar nada extraño más allá del hecho de que la presencia de militares se había esfumado casi tan rápido como había aparecido y que los servicios de luz y teléfono se habían reanudado.

Trate de preguntar si alguien escucho los ruidos de disparos y me dijeron que aparentemente la policía local había ahuyentado algunos ciervos que se habían acercado mucho al poblado.

No quise seguir preguntando. Por lo visto solo yo fui testigo de eso.

Después de lo sucedido volví a la ciudad. Pero desde entonces hay algo que me tiene preocupado y hace que me despierte por las noches bañado en mi sudor.

No fue el hecho de haber estado a punto de morir. No fue el hecho de haber visto “algo” que no puedo siquiera describir. Ni siquiera es el haber visto en las noticias el anuncio de otra lluvia de estrellas. No, fue la palabra que me dijo. La palabra que parecía venir de todas partes y de ninguna, que parecía dicha por un solo individuo y toda una especie.
Y es porque muy dentro de mí siento.

Que significa más… más de lo que cualquiera piensa…

https://creepypastas.com/

Carlos

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