Perfecta

Me pregunto cómo habrá sido. Es decir, morir sin darte cuenta. ¿Qué se sentirá? ¿Pacífico, porque no imaginas qué sucede?, o en el último suspiro de vida, ¿Da pánico saber que ya no hay tiempo?

Estoy viendo a las personas que caminan en la calle. Todos tan tranquilos, tan ajenos a la triste realidad; demasiado inmersos en sus cosas como para darse cuenta de que en un segundo puede terminar su conciencia, el sentido, sus metas aún no realizadas.

Ya quiero pulsar el botón. Quiero saber cómo actuarán con la detonación. Que pudieran escuchar el clic del control en mi mano, que se incendie todo. Eso sí, que reaccionen rápido para verlos a tiempo; ¿Cómo conoceré sus emociones, tan claras en sus caras, si no estoy viva para verlo? Deseo saberlo, escucharlo, sentirlo de primera mano; pero yo no lo viviré de esa forma. Yo sé lo que pasará. Por eso no podré experimentar lo que se siente.

No soy mala.

Sólo soy perfecta para el trabajo.

-“Hey, mira ésta, Tony. Es la adecuada para la Capital” -le dijo Dante a Tony en una mirada interesada, luego de que me reclutaran de mi destruido y olvidado pueblo. Después de que los soldados acabaran con mi familia, cuando ya no hubo nada que me retuviera ahí.

Recuerdo bien ese día, se me quedó grabado. Yo había salido a buscar setas, bayas, algo, lo que sea que fuera comestible para mi pequeño hermano hambriento. Sólo después escuché la granada y me converti en huerfana…

Mis salvadores me apartaron del resto y me cuidaron muy bien. Me hicieron sentir segura, a salvo. Les debía la vida y ahora necesitaban cobrar el favor.

Soy perfecta, porque, ¿De qué otra manera un terrorista entraría a la ciudad con una bomba poderosa oculta en un oso de peluche? No, no lo lograría. Cualquiera (excepto yo) tendría mala pinta, sería claro que provenía del campo de guerra. Pero a mí no se me nota; no si oculto una vieja cicatriz de bala en mi espalda.

Todo había ido de maravilla; el aeropuerto fue un juego de niños. No se dieron cuenta de que el relleno felposo ocultaba un dispositivo muy distinto al sistema de habla mecánica de un juguete. Pero claro, como YO soy perfecta, no sospecharían ni siquiera si les pusiera un letrero en sus frentes. Mi vestido azul fue de gran ayuda.  Confeccionado en telas suaves y de colores claros e inocentes, lleno de holanes y uno que otro moño, a juego con las mallas blancas y contrastante con los zapatos negros. Quedaba bien con mi piel oscura, mi cabello marrón y mis ojos color miel.

Me dejaron hace media hora. Las indicaciones fueron claras:

-“Camina hasta el otro lado del parque, enfrente del Edificio Presidencial. Y a las once horas tendrás tu oportunidad de lucirte” –me sonrió Alma, la señora que me ayudó desde que llegué al estado.

No hubo necesidad de despedidas; nadie me iba a extrañar al igual que yo extrañaría a nadie. Lo que quería era irme con mis padres, hermanos y amigos, que esos soldados como los que custodian la entrada me arrebataron sin vacilación.

Pero se les olvidó acabar conmigo, y dudo que mi corta edad de ocho años fuera impedimento para ellos si estuviera en mi hogar.

No me preocupo. No corro peligro, no aquí, donde guardan apariencias de “héroes” y no se les permite asesinar sin permiso.

La gente sigue igual. Caminan de un lado a otro, chismorreando, riendo, hablando de la buena vida que llevan. Hasta ahora.

El alto reloj del edificio de pilares color marfil, tan nuevo y bien cuidado, sin manchas de sangre o dolor, marca las diez cincuenta y nueve. Estoy parada viendo directamente a los guardias que están afuera (los demás deben estar dentro, los oigo como un enjambre), descargando la furia que no puedo hablar por mis ojos. Un defecto de nacimiento, una ventaja para Tony y Dante. No confesaría nada aunque pudiera, no hablaría con esos monstruos aunque quisiera. A ellos no les debía nada.

Me devuelven la mirada, como sopesando entre llevarme a “Objetos perdidos” o con mi madre. Sin embargo, no necesitaré su ayuda; basta con presionar el pequeño botón casi invisible depositado en un cuadrado de plástico, éste que tengo en mi mano. Al final, no se mueven de sus lugares; son sólo dos y no se permiten el lujo de abandonar la puerta principal. Deciden ignorarme como sus colegas del aeropuerto.

Tic, tac, tic, tac. Se mueren los segundos. Veo el reloj que está cruzando la calle, avanzando las manecillas al final.

Giro el rostro para ver el sol resplandeciente y feliz  en el cielo, a salvo. Bueno, tal vez sí extrañe sus rayos dorados y calientes.

Los niños ricos con sus trajes costosos se me quedan mirando, y me distraen paseando sus cochecitos caros por la acera, al lado de árboles y césped verdes. Se ven tan pulcros, tan bien alimentados y sin temor; no como yo cuando vivía en el pueblo.

No obstante, sigo siendo perfecta, ¿No? Aún no me han eliminado, sigo siendo una amenaza.

Pero… ser perfecto ya no importa. Lo que importa ahora es el botón en mi mano.

Cuando las campanadas suenan, inundando el hueco amorfo de ruidos en la plaza, anunciando el fin de la hora diez del día, descubro a una familia en una banca cercana; juegan con un bebé pequeño. Está muy sano, tiene la piel clara y cabello rubio; ni rastros de guerra en su sonrisa a diferencia de mi hermano. Su carita se ilumina cuando sus padres le hablan.

“Y así debe ser la expresión de morir sin saberlo”, pienso cuando oprimo el detonador, y ya no soy capaz de ver nada.

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Orihime

Soy una niña tierna y sencilla que se asusta muy fácil y que cree en muchas cosas sobrenaturales. Mi abuela era curandera y mi abuelo santero, el unico recuerdo que llevo de ellos es una sirena de plata que llevo siempre como amuleto y que me ha dado suerte y protección.

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30 comentarios

Me gustó, se me hizo triste, pero me gustó. Te hace pensar de que como puede ser que los soldados sin mas maten familias sin pensar en sus sentimientos.
5/5

@Darkaura, Lola, a mí me pasó algo similar a lo tuyo. No creí que necesariamente la hubieran abandonado, pero sí que seguían vivos. A esta parte:

«…Está muy sano, tiene la piel clara y cabello rubio; ni rastros de guerra en su sonrisa a diferencia de mi hermano. Su carita se ilumina cuando sus padres le hablan».

De alguna forma mi mente le añadió un «a su lado», tras «hermano», dándome la impresión de que era su familia. Tanto ese final como el original me gustan <3.

Woooooow!!!!
me ha fascinado…..
la triste realidad de muchos pequeños en la guerra….
la narrativa me envolvió y no vi ni la ortografía n.nU
me ha gustado mucho aunk siento pena por la nena…. u-u

Me gusto mucho, el modo en el describes todo atraves de las palabras de la niña es marvilloso, muy fluido y envolvente. Te felicito de corazón amiga. 5 estrellas y +1

Buena historia chiquilla, no hay nada más crudo que la guerra y usando una dulce niña has retratado la amargura de perder a una familia por las armas y los ocultos deseos de venganza que hasta el alma más pura puede desarrollar.
Excelente trabajo, 5/5 y +1

Wow!. uno muy perturbador. Combinando la inocencia de los niños con lo enferma que puede ser la mente humana o lo homicida también, sacan buenas cosas. Buena elección de elementos. Esta genial

Muy buena! Me gusto el hecho que la niña de 8 años se cuestionara esas cosas, ya que, yo también me pregunto que se sentirá…
En fin, excelente! 5/5 (Y)

No se si sea digno de dar mi opinion sobre esta historia, o de cualquier otra, pues para mi, se requiere bastante imaginacion para crear un cuento/historia/creepy, pero hago una exepcion en este caso, pues es una historia que, ademas de reflejar la realidad actual, de mostrar que en una guerra no hay lado bueno, pues siempre van a haber perdidas, y mucho dolor; hizo que me sumergiera en esta, tanto como para sentir el dolor, y la sed de venganza de nuestra protagonista, el leer el final, me hizo recordar las noticias que leo diariamente sobre ese tipo de atentados que se viven dia a dia, bueno, sin mas rodeo, te quiero felicitar por tu exelente redaccion (Y) 5/5 , e invitarte a que sigas escribiendo. aun no he tenido oportunidad de leer tus otras publicacione s, anhelo que sean tan buenas como esta 🙂

cuando empese a leer imagine que dejaria el oso de peluche en algun punto estrategico, se alejaria y detonaria la bomba, de esa manera estaria lejos y ya adulta escribiria esta historia, ya que esta narrada en primera persona, por eso no da miedo puesto que le falto realismo, a menos que los espiritus dejen mails en internet.

Muy bien hecho,con un final que va a la perfeccion con la historia,se sabia desde el principio que terminaria asi ,deverdad me gusto mucho! felicitaciones,la ultima frase que dijo antes de apretar el boton ese fue perfecta xd me da igual que no sea realista,creo que queda muchisimo mejor asi,si hubiera sobrevivido no tendria sentido,deverdad hiciste un muy buen trabajo,me encantaria poder escribir como tu lo haces :DD como te inspiraste para escribir esta? C:

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