Me tomó años para darme cuenta de que mi padre era un narcisista. Veinticuatro años, para ser específica. Eso fue veinticuatro años de escuchar al único hombre en la tierra que debía protegerme y guiarme en la vida, señalar repetidamente el pedazo de mierda inservible que yo era.
Las amenazas de muerte no eran tan malas, le gritaba lo mismo a los conductores en la carretera que lo sacaban del camino, así que creo que me desensibilicé ante ello. La peor parte fue el raspado paulatino de mi… alma, ¿supongo?
Fue un bucle infinito de no ser lo suficientemente buena, no ser suficientemente inteligente, no ser suficientemente importante, y, en sí, no ser suficientemente valedera de su tiempo o amor. Así que cuando estaba sentado frente a mí, sollozando entre pausas y rugiéndole amenazas al hombre silente que estaba parado a mi lado, fue extrañamente satisfactorio.
El único otro sonido mientras él suplicaba por mi vida era del agua goteando desde las paredes cafés cubiertas en mugre, a donde este sujeto nos había arrastrado, pero todo lo que podía oír eran las palabras por las que había esperado tanto.
—¿Quieres dinero? Te daré todo lo que tengo, haré todo lo que quieras, solo, por favor, por favor no le hagas esto a mi pequeña…
Mi padre abusivo, absorto y de personalidad tipo A estaba suplicando de verdad.
Fue la única vez que había visto a mi padre mostrar cualquier tipo de afecto hacia mí. Honestamente, fue la única vez que me sentí como su hija.
Moviéndose entre nosotros, el hombre con el cuchillo me miró a los ojos bajo un manto de lo que pudo haber sido reticencia cruzando sus facciones. Batió el cuchillo serrado y lo incrustó en la carne de mi muslo, y ya no eran solo los gritos de mi padre lo que llenaba esa habitación miserable.
En tanto el hombre inexpresivo caminaba a una mesa llena de armas más viciosas de las que podría nombrar, mis ojos se encontraron con los de mi padre, y él se disculpó silenciosamente por todo; sentí que una sensación de paz me bañó. Al menos moriría sabiendo que mi papá finalmente me amaba.
Cuando nuestra mirada se interrumpió, observé de nuevo al rostro frío e inquebrantable de nuestro carcelero, y sonreí.
Este sujeto había valido cada centavo.
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4 comentarios
No entendí
Quiere decir que la protagonista le había pagado a un hombre para que los secuestrara, solo para que su padre le demostrara que la quería
Yo tampoco.
Estuvo increíble