Mi madre tuvo un abuelo materno llamado Robín Siwiesky (se pronuncia Siviesky), era originario de Polonia. El siempre contaba como había llegado a parar en Venezuela a pesar de que hablaba muy poco el español, contaba que durante la segunda guerra mundial, el era un soldado judío, los nazis alemanes habían logrado entrar en su país, se llevaban a los niños para hacer horribles y crueles experimentos, como inyectarles los ojos para tratar de cambiar su color, o introducir pigmentos blancos en la piel para que su piel fuera tan blanca como el algodón, también aplicaban potentes ácidos en el cuero cabelludo para intentar cambiar el color del cabello del negro al rubio, todo esto para tratar de convertirlos en la «raza perfecta». A las mujeres y hombres débiles se le metían a todos en una habitación y si realmente tenían suerte se les asfixiaba con gas, si no se les rociaba con agua hirviendo. Mientras que a los hombres restantes se les obligaba a trabajos forzados, sin alimentación, morían lentamente por desnutrición o deshidratación. A todos los cadáveres los enterraban en gigantes fosas comunes. Mi bisabuelo que en ese entonces tenia no más de 19 o 20 años estaba prestando servicio militar para su país, al saber que los nazis estaban cerca mi abuelo cuenta que logro escabullirse junto con 100 judíos más a un barco, el cual se iba escondido del país, sin ningún rumbo en especifico. El barco logro llegar sin inconvenientes a Latinoamérica, a las costas caribeñas entre Venezuela y Colombia pero los dos países tenían miedo de aceptar el ingreso de los judíos, porque Hitler podría tomar represarías contra el país. El barco quedo en la deriva durante 3 días la gente empezaba a desnutrirse y estaban muriendo de sed. Llego un documento desde Alemania firmado por el propio Hitler que le decía a los países que no dejaran entrar a los judíos y que los dejaran morir en el barco. En ese momento la primera dama venezolana, con un gran corazón, convenció a su esposo el presidente de hacer caso omiso de la carta alemana y que no podía dejar que esa gente muriera, y dejo entrar el barco a las costas venezolanas del estado Vargas. Toda la gente incluido Robín fueron recibidos con festejos y mucha comidas para todos los judíos. (Toda esta historia que contaba mi abuelo era verdad hay registros históricos de este hecho). Mi abuelo vivo unos meses en la capital venezolana de Caracas, luego se le dio la oportunidad de viajar en avioneta al centro económico de esa época en Venezuela que era el estado Zulia, específicamente en Maracaibo. Llego a esta tierra y empezó una nueva vida como comerciante, conoció a su futura esposa en cómo le decía él “un bar de mala muerte”, donde mi bisabuela era cajera, a pesar de sus diferentes culturas y de que mi abuelo entendía castellano pero lo lograba hablar muy poco, a los pocos meses después de conocerse, se casan y empiezan a forjar una familia mestiza. Pasaron 60 años tuvieron 4 hijos, entre esos mi abuela Honoria Siwiesky quien también tuvo 4 hijos entre esos mi madre.
5 años después de haber nacido yo, una mañana muy asoleada mi bisabuelo Robín se levanto como lo había hecho durante 60 años, tomando un café y viendo desde la ventaja al magistral puente Rafael Urdaneta, que él mismo trabajo en su construcción. Espero que todos se levantaran, toda la gran familia de unas 18 personas que vivían juntas por suerte en una gran casa de dos pisos. Cuando todos se levantaron el se paró de su silla los abrazo a todos y les dijo que los extrañara mucho, volvió a su habitación se acostó en la cama para dormir por siempre.
Si piensas que esta historia, es sobre mi abuelo, pues estas equivocado, en realidad esta historia es sobre la travesía de mi abuela por descubrir los secretos que dejo Robín Siwiesky después de su muerte. 5 años después de la muerte de mi bisabuelo mi abuela decide ir hasta Caracas (capital venezolana) para ir a la embajada polaca, para pedir su pasaporte europeo por ser hija de un polaco. Por su apellido fue muy rápido el proceso y en unas semanas ya se estaba preparando para viajar a Polonia, y visitar a la familia que su padre dejo en ese país. Llego a la capital de Polonia, Varsovia. Con guías telefónicas y ayuda del gobierno logro encontrar rápido a la familia Siwiesky, fue muy bien recibida por el único hijo de Robín en Polonia del cual nunca hablo, mi abuela conoce a su hermano. Después de comunicarse con traductores lograron entablar una conversación, el hermano de mi abuela trae unas fotos de su padre Robín Siwiesky, cuando mi abuela las ve se da cuenta inmediatamente que ese hombre en las fotos no era su padre, impactada mi abuela saca fotos que ella trajo y comparan las fotos, y es muy obvio que no son las mismas personas. Todo es muy extraño, después de esta confusión pide disculpas a la familia y regresa a Venezuela, entonces mi abuela empieza a investigar este misterio. Logra que el gobierno venezolano, les enseñe los documentos de aquel barco que llego desde Europa hace tantos años, busca el nombre de su padre entre los 100 nombres que venían en el barco, misteriosamente el nombre de su padre no se encuentra en el documento. Mi abuela encuentra los papeles de mi bisabuelo, la partida de nacimiento polaca y la envía a Polonia para verificar su autenticidad, resulta que tales papeles son falsos, y que el padre de Honoria mi abuela, había robado la identidad de este hombre Robín Siwiesky.
Mi abuela y toda la familia queda impactada al saber que todo este tiempo el hombre que llamaban Robín Siwiesky era un farsante. Honoria no puede creer esto, pero quiere saber la verdad, quiere saber quién era su padre en realidad. Mi abuela logra contactarse con un polaco que vivía cerca, y decide llevarle el diario que estaba escrito en polaco. A primera vista el polaco se da cuenta que el diario no está escrito en polaco, era otro idioma, así que mi abuela lo lleva al centro electrónico de idiomas, donde le notifican que el diario, no está en ningún idioma conocido, lo compararon con más de 300 idiomas, e incluso con 50 idiomas extinguidos, el diario no estaba escrito en ningún idioma conocido, mi abuela entonces se pregunta ¿Qué idioma hablaba mi padre?, les dice algunas palabra que su padre repetía mucho, los profesores le notifican que es muy claro que no es polaco, que es Francés, pero con un acento polaco el cual mi bisabuelo le agrego para que nadie se diera cuenta de su farsa. Todo esto es tan extraño, mi abuela viaja a España Madrid, donde entrega fotografías de mi bisabuelo, a las autoridades Europeas, quienes les confirman que no es ningún soldado de la segunda guerra mundial. Entonces mi abuela se dirige directo a Francia, de donde probablemente era su padre. Llega a París Francia, según ella un paraíso en otro idioma. Publica la fotografía de su padre en un periódico nacional, una semana en la espera de la llamada que revelaría la verdad, la cual nunca llego. Mi abuela decepcionada, en el hotel espera la salida del sol para tomar el primer avión a Caracas Venezuela. Sale el sol y mi abuela decide tomar un baño para luego irse sin saber quien fue su padre, entra a la habitación de mi abuela una anciana quien se dispone a limpiar, esta anciana llamada Carlota Villadiego quien de un reojo logra mirar la fotografía de mi bisabuelo, inmediatamente reconoce a ese hombre en la foto, solo con verlo se estremece y se lanza al suelo a llorar, mi abuela sorprendida sale del baño inmediatamente Carlota le pregunta en perfecto español: “¿Cómo tiene usted la foto de este hombre?”, mi abuela le responde diciéndole que es su padre, Carlota no lo puede creer, no lo quiere creer “Imposible, este no puede ser su padre” con voz desgarradora, mi abuela le pregunta si conoce a este hombre, Carlota le responde que sí, que es un lejano pariente al cual tenía más de 60 años sin ver, mi abuela por fin esta cerca de la verdad, van a la casa de Carlota y en el camino mi abuela llama muy alegre a Venezuela diciendo que ya pronoto sabrá la verdad. Carlota le cuenta que ese hombre era amigo de su padre, era como el hermano de su padre, incluso ella misma le llamaba tío. “¿Cual es su verdadero nombre?” Pregunta mi abuela, Carlota le responde que eso no se lo puede revelar, lo que si le puede decir es que este hombre salió huyendo de Francia hace muchos años, y luego nadie supo de su paradero. Mi abuela sorprendida insiste y le pregunta que hizo él para tener que huir, entonces Carlota es convencida y decide contarle toda la verdad.
Pasan 2 días y mi abuela llega a Venezuela, todos contentos le preguntamos cuál es la verdad, ella no respondió, ella no dijo una sola palabra, durante 3 meses no escuchamos su habla. El hermano de mi abuela, quien tenía el mismo nombre de su padre, el mismo nombre falso de su padre, vivía en España decide venir a Venezuela, para hablar con mi abuela, haber si esta decide hablar. Se encierran en el cuarto, de repente se escucho un grito ensordecedor de Robín hijo, mi abuela había decidido contarle la verdad sobre su padre. Mi tío salió corriendo de la habitación, no supimos más de él durante 3 días, hasta que sale en las noticias que encontraron el cuerpo de un hombre a orillas de la carretera, ese hombre era Robín el hermano de mi abuela quien se había suicidado después de haber tomado cianuro. Desde ese día mi abuela juro no contarle a nadie la verdad sobre mi bisabuelo, una verdad que parecía ser tan impactante que te podías hasta suicidar al saberla.
Escuche tontos rumores en mi barrio, que decían que mi abuela no dice la verdad, porque en realidad mi bisabuelo era un extraterrestre que fue abandonado en la tierra y su diario estaba escrito en el idioma de su planeta, otros rumores más crueles decían que la verdad es que era uno de los médicos nazis que hacían crueles experimentos, y salió huyendo de Europa por la derroca de Hitler y que su diario estaba escrito en clave nazi, y otros rumores más escalofriantes que culpan a mi abuelo de ser el más famoso asesino de la historia Jack el destripador porque las fechas en que los asesinatos pararon concuerdan perfectamente con la llegada de mi abuelo a Venezuela. Mi abuela no niega ni confirma ninguna de estas acusaciones, juro llevarse a la tumba el secreto. Bueno, quien sabe quizás se descendiente de un extraterrestre, de un nazi, de un asesino o de cualquier otra cosa. Nunca lo sabré.
5 comentarios
Joder, que buena historia.
Pero… se considera un creepypasta?
No.
es una de las historias que mas me atrapo hasta ahora y me dejo pensando
Esto es una verdad? O es una fantasia? Porque en culquier caso es una rollazo si no desvelas la verdad
Nos dejas con «las bolas azules». Muy buena, buena gramática y puntuación, sólo te fallaron unas cuantas palabras, sigue así!