Mi esposa, la artista

Jen y yo amamos Halloween. Le damos con todo cuando decoramos nuestra casa y patio. Los niños del vecindario aman ver lo que exhibimos cada año, e incluso sus padres están impresionados por la escala de sofisticación de las decoraciones que utilizamos. No solo repartimos caramelos; invitamos a los niños a nuestro hogar para que vean nuestra instalación. Calabazas, arañas, esqueletos, fantasmas; nómbralo, y lo tenemos. Nuestro periódico local llegó a hacer un artículo sobre nosotros el año pasado. «Un lugar seguro y tenebroso para niños locales». No fue nada más que una pieza modesta, pero se sintió bien que nuestro trabajo fuese celebrado.

El proyecto en el que Jen ha estado trabajando en el curso de los últimos quince años, más o menos, es su «Pueblo de los Horrores de Halloween». Es la parte más importante de nuestro viaje para los niños alrededor de la casa. El pueblo abarca toda la mesa del comedor, y es un enfoque más lóbrego de esas villas de Navidad que a las personas les gusta colocar en diciembre. La arquitectura es bastante Tim Burton-esca; muchos edificios de aspecto extraño, colores exagerados y salpicaduras de sangre, mientras que los habitantes del pueblo merodean en las sombras como pequeños zombis púrpuras y alienígenas espaciales. A medida que los años transcurren, Jen ha llevado su pueblo de Halloween desde unos cuantos edificios pequeños, al paisaje de pesadilla extensivo y populoso que es ahora.

Este año, Halloween vino y se fue. Nos divertimos demasiado. El pueblo de Halloween de Jen fue un éxito mayor. Incluso los adultos del vecindario llegaron para darle un vistazo. Jen amó la atención; ella había querido ser una artista desde que crecía, pero, tristemente, eso no pagaría las facturas.

Mientras limpiábamos la casa, Jen levantó uno de los muñecos de los habitantes. Su vestimenta tenía una ruptura que necesitaba ser reparada. Suspirando con buena actiud, recolectó a los demás en una caja. A mí me encantan esos muñecos; su estética funciona bellamente con el pueblo en el que Jen los pone. El rango de su tamaño va desde una pasa hasta un limón. Algunos tienen rasgos distintivos, mientras que otros no. Le toma un poco de tiempo para crear cada uno —entre dos a cinco meses—, pero su esfuerzo siempre concibe un producto que es perfecto para Halloween. Hasta que sea capaz de llevar un embarazo a término, decidimos que no se tenían que desperdiciar.

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La traducción al español pertenece a esta página. Fue escrito en inglés por Max Lobdell:
http://unsettlingstories.com/

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11 comentarios

EXPLICACIÓN, para todo aquel que tenga dudas <3.

¡Lee esto después de haber terminado el creepypasta!

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Jen utiliza fetos muertos para sus personitas. Su pueblo de Halloween está compuesto por sus hijos <3.

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