“Creer es crear”
Esta frase me la dijo mi abuelo, que dudo mucho que la haya inventado él, supongo que alguien más ya la había deducido o algo por el estilo, pero eso no va al tema.
Aún lo sigo extrañando, él era mi único amigo por decirlo de alguna manera. Hace poco que murió, y si preguntan por mis padres, yo quedé huérfano a muy temprana edad, en ese entonces no comprendía bien lo que era la muerte así que no fue doloroso saberlo. Mi abuelo fue el que se quedó encargado de mí. Vivíamos en una casita alejada de la ciudad, en un pueblo a penas y con 100 habitantes, calculando.
Esta cifra no fue suficiente para que el gobierno nos construyera un colegio en el pueblo. Pocos de nosotros, que teníamos oportunidad, asistíamos a una escuela de la ciudad, aunque el trayecto fuera casado y muy largo, ida y venida, sabíamos que eso sería la base de ser alguien en la vida. Claro que quería que alguien, no quería quedarme estancado en donde estaba. Lo digo en pasado por que ahora es mucho más difícil, gracias a un amigo.
Para un niño normal, los primeros días de escuela son los más difíciles, y conforme pasa el tiempo se va adaptando a todo lo que se acostumbra en una escuela. En resumen, un alumno normal.
Yo era todo lo contrario, Desde que ingresé cada día en la escuela era un infierno. Yo no tenía amigos, el rechazo que me daban por ser “un ser inferior” según ellos por venir de las afueras. Me decían: ¡indio! Regresa a tu pueblo” o en ocasiones “¡Ve a pastar a tus ovejas!”.
Si, era pobre, pero al menos trataba de Ser alguien, ya lo he mencionado. Pero esto me fue arrebatado por esas personas que me hacían sentir menos. Esa sensación de que nadie me quiere, que todos me odian, que soy un asco, fueron las razones que me hicieron a hacerlo.
Siempre le contaba a mi abuelo lo que me ocurría en la escuela, él solo me miraba con preocupación y me decía: “Tranquilo hijo, no llores, recuerda que yo estoy contigo, nunca te fallaré y seré tu mejor amigo”. Esto me calmó durante unas semanas, y Cuando pasó ese tiempo yo ya no podía aguantar más la discriminación. Dime, ¿cómo te sentirías si estuvieras en mi lugar? ¿Qué harías?
Seguía aguantando y aguantando hasta que me harté, fui con mi abuelo, derramando en llanto, y le expliqué la misma historia de siempre. Esta vez me dijo algo diferente: “Mira hijo, No es necesario tener ese tipo de amigos para ser feliz, yo conocí en mi infancia a una persona que tenía un amigo imaginario, le pregunté que si no se sentía solo, me respondió que no, que tenía a su mejor amigo y que era imaginario. Entonces tú también puedes tener un amigo imaginario, ¡e incluso muchos! Recuerda lo que siempre te digo, Si lo crees lo tendrás”. Me guiñó el ojo y yo sonreí.
Fue una noche con neblina cuando recordé que podía crear a mi amigo imaginario. Lo recordé porque con él me sentiría más seguro durante esa noche escalofriante. Entonces lo empecé a imaginar. “Quiero que sea alto y fuerte, que me proteja de todos lo que me hacían daño, que sea amigable y que nunca me abandone, que nunca me abandone.”
Ahora es que entiendo por qué dicen que los niños son especiales con una fuerza de voluntad increíble. Tal vez alguna vez has escuchado que un niño le habla a su amigo imaginario, o incluso, que ve a personas pero sus padres no las ven.
Después de imaginarlo, escuché en un lugar oscuro una voz que me decía: “Hola, amigo”. Entonces yo me puse muy feliz. Al fin, al fin tenía un amigo con quien podía compartir mis experiencias, a quien contarle todo, un amigo.
Al día siguiente, fui a la escuela sin preocupación de la discriminación, porque sabía que con mi amigo en mi presencia, podría dejar pasar eso. Pero fue todo lo contrario, Ellos aún herían mis sentimientos de una manera más horrible, esta vez porque decía que tenía un amigo imaginario. Al salir de la escuela y llegar a mi casa, esta vez no le conté nada a mi abuelo. Esa noche estuve platicando con mi amigo, entonces él dijo “¿Recuerdas que me dijiste que te protegiera? Lo haré, pero es necesario que ellos puedan verme para que sepan que tienes un amigo que te protege”.
Me quedé pensando y le pregunté: “¿Pero cómo?”. Me respondió “Lo que te dice tu abuelo, eso puede ayudar, Creer para ver, o, si crees lo tendrás y creer es crear, todo es igual. Así que solo tienes que hacer mi cuerpo y solo tienes que creer que yo soy él, el cuerpo que me hiciste”. Me quedé pensando y acepte su petición. Un grave error.
Al día siguiente, tomé la libreta de varios de mis compañeros de clase. Llegué a mi casa apresurado y me dispuse a trabajar. Estaba en la sala y mi abuelo me preguntó: “¿Qué estás haciendo, hijo?”. Le respondí: “El cuerpo de mi amigo imaginario, abuelo. Me dijo que se lo hiciera para poder protegerme”. Él solo soltó una carcajada, pensando que se trataba de la imaginación de un niño inocente, entonces me dejó hacer mi trabajo.
“Al fin acabé, quedaste muy bien amigo. Bien, Entonces, Solo tengo que creer”. Cerré los ojos y comencé a Creer. No pasó nada. Me quedé muy decepcionado de él. No le tomé mucha importancia a que no hubiera pasado nada. En fin, esa vez me fui a dormir.
A la mañana siguiente, no era un día como cualquier otro, estaba todo nublado, y al salir de mi casa directo hacia la escuela escuchaba cómo crujían las hojas en un ritmo constante, es decir como si fueran pisadas de algo o alguien, estaba muy aterrado, el clima por las mañanas nunca fue así, o al menos en ese lugar. En serio sentía que alguien me estaba persiguiendo, entonces decidí apresurar un poco más el paso. Las pisadas también aumentaron al ritmo de mis propias pisadas, estaba cien por ciento seguro de que estaba siendo vigilado o perseguido. Al fin llegué a la escuela sano y salvo. Creí que algo malo me hubiera pasado, pero me tranquilicé poco tiempo después de eso.
Ya entrando me di cuenta de que un compañero, porque no se le puede llamar amigo, regresó después de una semana de suspensión. Él se llamaba Alex, uno de los chicos que más odiaba ver cada día porque me atormentaba más que a nadie; me golpeaba, pero era lo suficientemente inteligente para no dejar huellas de sus acciones, así que no tenía cómo culparlo. siempre me esperaba afuera de mi salón para seguir con su rutina de hostigarme cada receso. Esta vez al salir, él me dijo: “¿Me extrañaste?” yo simplemente lo ignoré y traté de escapar de él; no pude. Quizá durante esa semana de suspensión pensó muy bien cómo hacerme sufrir, porque este receso fue el que más odié en toda mi vida. No se despegó de mí en todo el receso diciéndome en la cara: “¡Pordiosero!”, supongo que ese era su sobrenombre favorito hacia mí. En fin, terminó el receso y me dirigí rápidamente a mi salón, para que no siguiera molestándome.
Ya estando en el salón escuché el grito de una chica, después varios gritos. Venían de afuera, por las escaleras; Era Alex, Estaba tirado en el piso sangrando de su cráneo. Todos estábamos ahí viendo la tragedia, y nos preguntábamos cómo pude haber pasado, si alguien lo arrojó desde la planta alta o fue un accidente. Yo era uno de los más sorprendidos. “¿Acaso alguien sabría que él me maltrataba e hizo eso para que ya no me atormentara?” me pregunté. Salimos temprano dadas las circunstancias, así que me dirigí a mi casa pensando que fue lo que ocurrió momentos antes.
Llegué a mi casa y le conté lo sucedido a mi abuelo; “¡Dios mío, Qué tragedia! ¿Y no sabes quién fue o cómo fue?”, me respondió. “No lo sé abuelo” Le dije. “Bueno, pues hay que rezar algo por su muerte y también para el consuelo de sus padres” Me respondió. Claro que no quería rezar por él, de hecho, me sentía bien con lo de su muerte, ya nunca más volvería a molestarme. En fin. Nada más ocurrió interesante en ese día con excepción de la muerte de Alex, ni si quiera mi amigo me contactó, por cierto, esa noche no encontré su cuerpo de papel.
Como era de esperarse, el día de mañana de nuevo la escuela. El recorrido hacia ella fue igual que el anterior, solo que esta vez me sentía menos temeroso ya que iba concentrado en la muerte de Alex, aún me quedaba esa duda de qué fue lo que ocurrió.
Llegando a la escuela y entrando a mi salón todos se me quedaron viendo, murmurando. El maestro se me acercó y me dijo: “¿Tú tuviste algo que ver con la muerte de Alex?”, Le respondí: “¡No, claro que no!”. Contestó: “Porque se te vio que estabas con él ayer, el día de su muerte después del receso. Quizá tú lo hallas…”. “¡Yo no sería capaz de hacer algo como eso!” Le respondí rápidamente. “Está bien, ya arreglaremos este asunto después” Me contesto y regresó a su escritorio. Las clases pasaron rápido, pero todos se me quedaban viendo casi igual que cuando llegué a la escuela por primera vez, como sea, nada interesante pasó durante ese tiempo
Al toque para salir e ir a nuestra casa uno de los amigos de Alex me estaba esperando a la puerta de la escuela, me tomó con fuerza y me grito: “¿¡Tú fuiste el responsable de su muerte, verdad!?”. “¡No, te juro que no, déjame ir!” Le supliqué. Levantó su puño y estaba a punto de golpearme, yo cerré los ojos como reflejo, ¿o tú no lo harías? De pronto sentí que me soltó y escuché como calló al piso, abrí los ojos y lo vi; estaba tirado con la espalda hacia arriba, creí que se había desmayado o algo así, pero entonces le di la vuelta a su cuerpo y me di cuenta que sus ojos estaban en blanco. Me asusté bastante no por la escena, si no, que me podían acusar de haberlo matato yo. Me fui corriendo a mi casa.
Le expliqué lo acontecido a mi abuelo, no lo podía creer. “¿Pero qué es lo que está pasando?”, me dijo. “No lo sé abuelo estoy igual de confundido que tu”, le respondí. Nuevamente hicimos oración por él al igual que para Alex.
Ese día era viernes, pero mañana sábado teníamos un convivio entre los de mí salón al que no quería ir, le dije a mi abuelo y accedió sin problemas, así que no tenía que ir a la escuela. Nos quedamos viendo la Televisión mi abuelo y yo ese día. Cuando me fui a dormir, estuve a punto de apagar las luces cuando: “Hola amigo, ¿cómo estás? Era mi amigo, ¡esta vez mi amigo de papel! “Estoy bien, gracias, a excepción de que dos alumnos de la escuela murieron” le respondí. “Si, ya sabía, yo fui” Me dijo. “¿Qué? ¿Fuiste conmigo a la escuela?” Le respondí. “Bueno, también, pero me refiero a que yo fui quien los mató” Me dijo. “¿Qué? ¿Pero por qué?” Le contesté. “Porque me pediste que te protegiera y eso hice, lo hice para que ya no te volvieran a lastimar” Me dijo. “¡Pero ahora me has traído más problemas! Todos piensan que yo maté a Alex”, le contesté. “Ya me ocuparé de ellos, pero ahora tengo que irme, no es fácil tener un cuerpo físico, cuesta mucho trabajo manipularlo…”Me respondió. Salió corriendo por la puerta y yo traté de alcanzarlo; no pude. La puerta no estaba cerrada, así que la tuvo que abrir pero para eso tenía que hacer ruido, lo hizo, entonces mi abuelo rápidamente se despertó y fue corriendo hacia donde yo estaba. Le conté lo que ocurrió. “Tenemos que irnos de aquí, esto puede ser peligroso incluso para ti, Gracias a Dios que tengo dinero guardado, el suficiente para alejarnos y sobrevivir unos días al menos hasta que consiga un trabajo. Pero por ahora solo hay que tratar de dormir” Me contestó y me dijo que durmiéramos juntos por seguridad. Es más que obvio que no logramos dormir esa noche. Por mí no había problema, mi insomnio se debía a que mi abuelo no lograba conciliar el sueño por lo que le conté.
Ambos nos levantamos con los ojos rojos del no haber dormido. Como sea, empacamos todo lo necesario e indispensable; ropa, fotos familiares y algunos objetos de valor, no nos podíamos llevar todo, solo teníamos un par de mochilas y fue todo lo que cupo ahí.
Partimos hacia la ciudad cuidando de que nuestro nuevo hogar se encontrara lo más lejano posible de la escuela. Llegamos a una especie de vecindad, en donde la renta no estaba muy costosa y por lo menos la casita era acogedora. Fuimos a la recepción para poder alquilar esa casita. “Muy bien, ya está todo en orden, pueden empezar a instalarse.” Nos dijo la dueña de la vecindad. “Pero tengan cuidado, ¿si supieron que hubo una matanza en la escuela primaria del centro?”, Nos dijo casi al irnos a nuestro nuevo hogar. “No se sabe que fue lo que ocurrió realmente, solo se supo que algo entró repentinamente a un salón, creo que era el 6to grado grupo A. Digo que fue algo por que unos testigos, como el profesor, dijeron que no era humano, dijo que era pequeño y que era de papel. Quizá se traumó tanto que comenzó a imaginar cosas, un ¿asesino de papel? Suena que fue sacado de la imaginación de un niño. Los que fueron asesinados fueron todos los alumnos del salón, y mientras los asesinaban, el profesor sacó de su portafolio una especie de pistola y le disparó al asesino. La pistola era algo así como una de seguridad personal que no mataba a nada, pero si hacía daño considerado. Pero mejor tenga este periódico con la información necesaria para que le entienda bien. ¡Nos vemos, Cuídense!”.
Nos fuimos rápidamente a nuestra casa e inmediatamente le echamos un vistazo al periódico: [Asesino Escolar] Aparecía de encabezado. […Varios alumnos muertos en la escuela primaria del centro de la ciudad…] […Solo un Testigo: el Profesor quien se dice tenía en sus manos una arma de defensa personal y le disparó al asesino…] […Estas fueron las Palabras del profesor Ramiro quien también resultó herido por cortaduras: “No sé cómo explicarlo… era.. era.. ¡UNA COSA! Era de papel, no era una persona común, me cortó la cara con sus manos y antes de que los alumnos pudieran salir los asesinó a todos de una manera violenta cortándoles el cuello, Entonces saqué mi arma y le disparé, no lo maté pero estoy seguro que salió herido, iba como arrastrándose por las escaleras, después lo perdí de vista…”]. “Qué barbaridad, seguramente fue tu amigo de papel, es lo más lógico en este contexto” Me dijo mi abuelo, “Pero ahora estamos más seguros. No creo que nos encuentre aquí. Por lo mientras, comienza a desempacar. Tendremos que acostumbrarnos a esta nueva vida, hijo. No será fácil pero estoy seguro que lograremos salir adelante”, continuó. Yo asentí con la cabeza y me dispuse a desempacar.
Todo ocurrió muy bien después de eso, pudimos vivir normalmente en la vecindad. Decidimos quedarnos ahí ya que nos hacía bien un poco de compañía y apoyo durante los momentos difíciles. Estuve muy emocionado de tener en esa vecindad amigos normales. Sus nombres son Carlos, Alonso y Michael. Fuimos a la secundaria y a la preparatoria, juntos, así que no me preocupaba el no tener amigos, es más, tenía aún más amigos, en esas escuelas tuve una aceptación fantástica. Nunca más volví a sufrir por no tener amigos. Cuando entré a la universidad, mis amigos y yo fuimos a universidades diferentes, así que no íbamos a estar juntos, aunque no me desanimé mucho porque hice rápidamente amigos tan pronto ingresé. También mi abuelo y yo nos mudamos a otra casa, ahora sí de nosotros ya que la compramos, para que me quedara cerca llegar a la universidad.
Ahora yo estoy en la cárcel por ser un presunto asesino. ¿Les mencioné que mi abuelo murió hace poco? Pues sí, seguramente ya saben que fue lo que pasó, pero les contaré bien qué fue lo que ocurrió: Salí tarde de la universidad y además mis amigos y yo decidimos ir a un antro. Llegué a mi casa oliendo a alcohol y con una botella en la mano. Mi abuelo se enfadó muchísimo y me dio sermones en forma de regaño. Estaba asustado, ya que mi abuelo nunca se había enfadado conmigo y fue la primera vez que lo hizo. De pronto, la casa se empezó a llenar de una neblina espesa y escuché a mi abuelo gritar después de que alguien dijera “Al fin te encontré”. Se fue la neblina y vi a mi abuelo tirado, al igual que con el amigo de Alex, con los ojos en blanco, pero esta vez degollado. Solté la botella, se rompió, y en seguida comencé a llorar, tomé el cráneo de mi abuelo y le pedí disculpas por lo que ocurrió. Pasaron los minutos y decidí llamar a la policía, entonces llegó y les expliqué lo que ocurrió. Claro que no me creyeron, ¿quién iba a creer a un borracho con las manos cubiertas de sangre y cristales rotos al lado del cuerpo de la víctima? Como sea, esa fue la razón por la que terminé aquí.
Entonces… te digo una advertencia: Recuerda que creer es crear así que no creas que algo está debajo de tu cama, no creas que al entrar a tu cuarto alguien te está observando por la ventana, no creas que cuando cierras los ojos para bañarte alguien está a tu lado, no creas que en tu closet está un monstruo, no creas que al dormir alguien te está vigilando, no creas que hay fantasmas en el ático ni en el sótano, no creas que al final de un pasillo algo te está esperando, no creas que mientras usas la computadora alguien está detrás de ti, no creas que cuando estas solo en realidad no lo estás, no creas que los crujidos que se escuchan en tu casa son espectros quejándose, no creas que si escuchas un grito es el alma de una niña muerta, no creas que cuando escuchas azotar una puerta algún espíritu entró a buscarte, incluso…
NO CREAS QUE ESTE RELATO ES VERDADERO
12 comentarios
Me gusto, es una historia diferente, el niño de papel eso si estuvo wow, me recordaste mucho a la manera de escribir de Stephen King, sigue escribiendo mas como esta, aquí tienes un fan de ahora en delante espero la siguiente
Um poquito de miedo al final pero esta buena la historia te ganaste una fan mi verdadero nombre es lili
Una historia genial se convierte entre mis 5 favoritas que gran historia sigue asi
Me encanto
genial historia
Una de las mejores historias que eh leido, esta en mi top 10, desde ahora cada ves que publiques algo, lo leere.
Lo mejor que he leido. Por poco creo que hay alguien detrás de mi jaja.
muy buen , me gusto (Y) ¡¡ n.n
muy buena la historia
Muy buen escrito, se desarrolla de manera intrigante y el final no deja que desear, sin dudas me gustó.
la imaginacion no tiene limites me encanto esta muy vien escrita
Ya me imaginé todo lo que nombró :s