Mí abuela materna era viuda de guerra como otras muchas y siempre vivió con nosotros, los otros abuelos todavía vivían los dos y estaban en su casa, por lo tanto tenía mucho más roce con ella, incluso compartíamos habitación no como ahora que la mayoría tiene la suya propia, pensándolo bien jamás he dormido sola, salí de mí casa para casarme y sigo igual por suerte, me gusta la soledad a ratos pero no la soledad impuesta por alguna desgracia.
Hace por lo menos 15 años de esto y siempre me acompañará. Estaba durmiendo un mes de enero hacía bastante frío, había nevado, recuerdo que era el 21, santa Inés, el nombre de mí abuela precisamente, noté como me estiraban del pié derecho con tanta fuerza que me desperté, no sentí miedo pero no le dije nada a mí marido porque pensé que era un sueño.
Pasaron los días y cada vez era más fuerte el tirón, me desperté abrí la luz y se lo conté a mí marido, me dijo que me calmara que habría sido un sueño, yo sabía que no pero que le iba a decir, me tomaría por loca, me volví a dormir y no comente nada más, aguantaba los tirones yo sola y no tenía miedo pero necesitaba contárselo a alguien que supiera de estos temas, pero a quién, no quería que nadie se riera de mí.
Paseando por la Avenida Gaudí de Barcelona me enteré que había una reunión de meigas, mediums,etc cada año la hacen en un sitio diferente, era gratis y decidí entrar, iba sola y nunca había estado en un sitio así. Entré, me recibieron con una rosa de Jericó y me hicieron sentar, era una sala enorme y estaba repleta. Me sentí un poco fuera de lugar hablaban en varios idiomas, había francesas inglesas y sobre todo gallegas.
Como no quería estar mucho tiempo les dije que solo quería hacerles una pregunta pero que no se rieran de mí. Les conté los tirones del pié y dijeron que era una cosa muy normal, que era una persona que había estado muy pegada a mí y sé quería comunicar conmigo. En esos momentos me acordé de mi abuela y que el primer día que noté aquello era el día de su santo, les dije que el último pensamiento siempre era para ella, pues tengo una foto en mí habitación y la veo constantemente. Me dijeron que a partir de ese mísmo momento, ya no me tiraría del pié pues su mensaje había llegado y ella descansaría en paz, me quedé tranquila al ver que nadie se rió de mí, llegué a casa con la rosa y le conté todo a mí marido, me miraba incrédulo a la vez que me comprendía, pues él sabe que tengo premoniciones que se cumplen y él las ha vivido conmigo.
Desde aquel día no me ha vuelto a tirar del pié, mi abuela siempre me decía, qué no había que tener miedo de los muertos, pero sí de los vivos, bueno os dejo que todavía no le he dado las buenas noches, y me está esperando a los pies de mi cama…
2 comentarios
mmm… muy tierna n.n
si hay abuelas asi…. n.n
me gustop n.n
Claro Gracias
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