¿Alguna vez te has preguntado por qué todo lo terrorífico tiene que ser deforme?
¿Por qué todo lo que nos asusta es asqueroso, tiene garras, enormes colmillos o simplemente un asqueroso «olor putrefacto»?
¿Realmente todo lo espantoso es así? Y, de ser así, ¿te has preguntado si alguno de los «sobrevivientes», o autores de «cartas suicidas», o cualquier otro personaje que haya vivido alguna de esas «experiencias traumatizantes», en verdad saben lo que es el miedo?
No. No mientas. Sé que nunca te ha pasado por la cabeza. Sé que jamás has dudado de si eso es realmente horrible, porque si quiera imaginarlo te provoca pánico, ¿me equivoco? Por supuesto que no.
Juguemos con tu creatividad.
Imagina esto:
Estás completamente solo en una oscura habitación (qué típico), no puedes ver nada, no escuchas nada, estás amordazado, atado a una mesa (vamos, todo esto lo sabes de memoria), la atmósfera se siente pesada, el olor, algo que no sabes definir, porque jamás en tu vida has olido carne putrefacta, sin embargo, tu instinto te dice que no puede significar nada bueno.
(Aquí entra en juego la imaginación de los autores), comienzas a forcejear, mueves desesperado la cabeza hacia todos los lugares posibles buscando algo de luz, una figura, lo que sea que te de un indicio de que puedes escapar o morir.
Logras zafar tu mano derecha, no tienes idea de cómo, pero le agradeces a tu dios; liberas tu mano izquierda y te quitas la mordaza, torpemente buscas la manera de quitarte lo que te mantiene atado a la mesa a la altura de tu pecho. Lo logras. Perfecto.
Te levantas, sientes el peso de tu cuerpo en tus débiles piernas, ¿cuánto tiempo has estado ahí? No importa, lo principal es buscar la manera de salir.
Caminas con los brazos extendidos hacia el frente, caminas y caminas, y sigues caminando hasta topar con… ¿una pared que palpita? apartas rápidamente las manos sólo para darte cuenta de que las tienes pegajosas (¿te suena familiar?), se te pasa por la mente que puede ser cualquier tipo de gel, pero no quieres engañarte, sabes que es sangre (¡Ja!).
No hay manera de continuar buscando que no sea con una mano en la pared y la otra al frente, y continuar andando hasta llegar a algún lugar.
Acercas tu mano temblorosa y lo posas en el muro palpitante, te das cuenta con asco que está tibio pero no hay otra manera; caminas, paso tras paso, cansado, hambriento y deshidratado, no sabes si llevas minutos, días o años ahí pero continuas tu «viaje».
Quieres dar un paso, mas tus rodillas se doblan y caes pesadamente hacia delante logrando darte un fuerte golpe en la boca que te hace sangre en el labio. Bendito sea ese fluido, hace saltar tu lengua de gusto, una leve sonrisa se forma en tus labios, ¡por fin, algo líquido! Aunque el gusto no te dura porque pierdes el conocimiento y mueres.
Abres los ojos, la luz hiere tus pupilas acostumbradas a la oscuridad, con un brazo cubres tus párpados. Espera, ¿no estabas muerto? (claro que no, campeón), creías haber muerto. Entonces ¿dónde estás?
Retiras el brazo y abres lentamente los ojos; un escalofrío sube por tu espalda, el sudor cubre tu cuerpo, tu respiración se convierte en jadeos: el cielo es de un hermoso color azul.
Levantas tu torso y te arrastras hacia atrás, miras frente tuyo y tus ojos se abren de pavor, kilómetros de césped verde te regresan la mirada, árboles y flores de todas las formas y colores imaginables te saludan; todo es tan bello, ¿qué está mal contigo?
Tu espalda toca una superficie rugosa y volteas rápidamente la cabeza para observar el tronco que frenó tu huida. Te levantas lentamente, no muy seguro de si todo eso podría saltar sobre ti. Das un paso alerta ante cualquier movimiento ajeno a ti, otro paso (muy bien, ¡has recordado cómo andar!) uno más, y decides iniciar una caminata.
El sol te regala luz y calor, luz y calor que aborreces.
Los árboles te regalan sombra y alimento, cosas que jamás tocarías.
Todo es brillante, colorido, hermoso… perfecto. ¿No deberías estar brincando de emoción y llorando de alegría?
Escuchas extraños ruidos, ramas crujiendo, pasos ligeros; ves hojas cayendo, sabes que te siguen, ¿quién es? (no es Slenderman, tranquilo), quieres hablar (amenazar a quienquiera que ose perseguirte) sin embargo tu voz está rota, simple y claro: la has perdido, sería la falta de uso seguramente.
Giras sobre tus talones buscando. No ves a nadie. Regresas a tu sitio suspirando aliviado. Te quedas quieto, te agachas listo para correr o atacar, lo que suceda primero, y miras los ojos del bello ciervo que te observa curioso.
Pasan los minutos y tu estás bañado en sudor, finalmente el animal pierde el interés en ti y se marcha.
Sientes tu corazón golpeando fuertemente tus costillas, no crees aguantar un segundo más en ese lugar.
Quieres regresar al lugar anterior, sí, ése de las paredes tibias y palpitantes, ése oscuro y vacío sitio en el que te sientes tan confortado. Las lágrimas caen libremente por tus mejillas, las recoges con la punta de tu lengua saboreando el sabor salado.
Sientes una mano en tu hombro, giras y quedas frente a un hombre que te mira preocupado, te dice algo que no comprendes, examinas su cuerpo de arriba a abajo, asustado sacudes la cabeza y tratas de huir. Horrorizado observas cómo más personas se acercan a ti.
Un terrible dolor en el pecho paraliza tu brazo izquierdo, ¿qué pasa? sientes que caes y tocas el piso; no puedes respirar, pero sonríes. Sonríes porque sabes que estás muriendo. Sonríes porque dejarás ese perfecto y terrorífico lugar atrás. Sonríes porque ya no tienes más miedo. Cierras tus ojos, y esta vez, es para siempre.
Seguramente ahora piensas que esto fue una estupidez. Quién sabe, quizá lo fue. O quizá fue que no comprendiste realmente lo que es el terror.
Puedes interpretarlo como quieras. Cada uno tiene su manera de ver el miedo, cada maldita persona girta ante alguna cosa o situación; sin embargo, si no aprecias lo horrible de lo hermoso, ¿cómo sabes realmente diferenciar belleza de fealdad? ¿Terror de alegría?
Pero más importante: ¿soportarías la presión de ver la perfección después de sobrevivir a lo que crees que es horror?
6 comentarios
Guau.. increible punto de vista, muy recomendable sigue así 😉
me encantó!!! simplemente genial nunca había considerado lo bello como algo que da miedo n.n
lindo *-*
lees la historia tratando de entender lo que quiere decir(sabes que no lo lograras).
clickeas la flecha de retroceso para ver otras historias igual de interesantes.(que terminaran aburriéndote).
Vuelves a la pagina anterior e intentas descifrarla una vez mas, pero sabes que lo que escribieron a qui solo es para insultarte y dejarte como el maldito que eres.
Jajajajaja fue raro mas entendí la historia es genial
Seguí así.Muy original la historia.