La dulce rata

¡Maldita sea! ¡odio sentir esto! ¿por que me tiene que pasar a mi? si siempre he sido una niña buena! tranquila y amable que a todo mundo le sonrie y no dejo que vean mi dolor! siento como me carcome como los gusanos revolcandose en la felicidad de la carne podrida. si, asi soy yo, carne podrida, mosqueada, agusanada, mordida, tragada y defecada allí mismo.

Corro de mi misma pero no puedo escapar, no me gusta estar sola por que las sombras regresan de nuevo, a buscar atormentarme. Las veo en todos lados, son largas de color gris flotantes, no tienen piernas, su columna derrama sangre negra y podrida como lodo, me miran a través de las ventanas y de su hocico como de un cerdo con dientes amarillos y chuecos, sale una lengua larga y afilada lamiendo el cristal como queriendome recorrer con su sucia lengua hasta penetrar a lo mas profundo de mi y licuarme por dentro.

No solo son las sombras, oigo cosas. Gritos de bebés, cuchillos siendo afilados, y una voz femenina diciendo -si no corta bien al bebé síguelo afilando- ¡a quien en su maldito juicio puede pensar en probar el filo de un puñetero cuchillo en la piel de un bebé!. los ruidos son tan jodidamente estresantes y frustrantes que llegue al grado de meter dos lápices en mis oídos y me destruí los tímpanos, pero… Que crees? fue una perdida de tiempo por que todavía los oigo, taladrando mi cabeza haciendo que mi cordura se derrame como grasa derretida.

Cada vez que veo las sombras, es mas la facilidad con que me sacan de quicio, hasta que un día, con el afán de no verlas mas, me arroje cloro a los ojos, podía sentir como se quemaban mis ojos, era un dolor horrendo pero no tan desesperante como ver esas sombrar queriendo violar mis sentidos. Sin embargo para mi desgracia mi madre me vio y me llevó al hospital. ahora necesito unos putos lentes con fondo de botella. como si mi vida no fuese lo suficientemente miserable.

Cada dia que pasa, estoy mas perdida, el martes pasado fui con mi familia a una fábrica de vinos, y al ver la máquina que ponía grapas de cobre a las cajas de cartón que servirían de paquetes, me pregunte -¿qué pasará si meto allí a mi hermanito?-… ¡Que mierda pasaba por mi mente!, como no había nadie viendo, lo tome en mi brazos y lo llevaba hacia la máquina, pero al momento de casi dejarlo en la banda transportadora, lo deje caer y para reaccionar metí mi mano a la máquina. Me alegra poder decir que solo perdí dos dedos y me quede con la mano llena de cicatrices, y no que la máquina molió a mi hermanito.

Ya no salía a ningún lado, me la vivía en mi cuarto, buscando un escape a todo lo que me acosa, preguntándome y descifrando quien o que es lo que hace que tenga este tipo de cosas jodiéndome la vida.

Hoy me di cuenta. No es alguien, si no algo, ¿quien si no mi mente es la que me produce todo esto, es una guerra constante entre ella y yo, ella me hace pensar cosas horrendas y viles que saltan toda regla de moral y de la vida. incluso el infierno me vomitaría de tan solo saber que cosas son las que pienso y quisiera hacer. cada vez que mi mente arremete contra mi, contengo los estribos y me obligo a reaccionar, lacerando, quemando, o rompiendo alguna parte de mi cuerpo. Ahora no soy mas que una piltrafa humana queriendo todavía batallar con este instinto que tengo de violar, golpear, cortar, disparar, moler, sacudir, machacar, aplastar, embarrar, quemar, ahogar, colgar, atravesar enganchar, clavar, atormentar y matar seres tan inocentes como los bebés mismos.

Pero poco a poco mi fuerza de voluntad es menos, y cada vez me siento mas derrotada contra mi mente, mi mente es un monstruo es mi dueña, y yo su mascota, su DULCE RATA buscando la salida en un laberinto cerrado.

todo esto es de mi mente para ustedes con psicosis, digo!.. amor

NO-BODY

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