La discoteca de Baker Street

 

 

Muchos jòvenes en la dècada de los `90 buscaban lugares en donde pasar el rato y socializar con otros, y David Matheews no era la ecepciòn. Un joven inglès, de Bristol, ambicioso, atlètico e inteligente, llevaba una vida que muchos adolescentes envidiarìan.  Alojaba en el institùto de St. Benedict .Una de sus actividades favoritas, como muchos jovenes, era la de ir a estos clubes nocturnos, donde bebìan, charlaban, y bailaban.

Un dìa de tormenta, sin nada que hacer en el instituto, David y su compañero de cuarto Lawrence (Larry para los amigos) mataban su tiempo leyendo una guìa telefònica, supuestamente buscaban el nùmero de una pizzerìa para ordenar algo de comer, o tal vez solo querìan bromear un rato. Sea cual sea la razòn, no evitaron toparse con un extraño nùmero telefònico: » Six Flavours Disco: 45596 «. No tardaron en notar que era imposible que una direcciòn de telefono tenga tan pocos dìgitos, y que no halla ninguna direcciòn cerca del nombre. Agarraron un marcador del escritorio y marcan el nùmero con un òbalo alrededor. Aburridos y sin nada que hacer, decidieron hacer una llamada, pensaban en ir a bailar un poco.

Nadie responde.

Ansiosos por tener una èpica noche, decidieron llamar una vez mas. No respondieron, entonces, intentaron una tercera vez.

El telèfono emite un sonido parecido al de la estàtica de la televisiòn, solo que un toque màs agudo. David aleja su oìdo del telèfono por un momento hasta que el sonido se valla. Se escucha mùsica y gente hablando, es entonces  cuando habla la encantadora voz de una mujer. – Discoteca Six Flavours ¿Què desea? – . -Ehm sì, hola, me preguntaba cual era la direcciòn de la discoteca, ¿podrìa decirme?- preguntò David. Entre voces y mùsica David no comprendiò, entonces preguntò de nuevo, a lo que la mujer respondiò màs fuerte: – Baker Street 16- . – Genial.- dijo David agradecido. El joven ya iba a colgar el telèfono, pero escuchò claramente a la mujer decir: – No, de nada David – En una rapida acciòn David puso el telèfono nuevamente en su oreja y reclamò a la joven. -¿Como diablos sabe mi nombre?- con un tono agitado. La mujer suspirò como si estubiese por decir algo, pero finalmente colgò el telèfono.

Los dos adolescentes intercambiaron algunas palabras, fuè luego de eso que se pusieron sus abrigos, aferraron sus paraguas, y salieron a tomar un taxi, despuès de todo, no tenìan nada que perder..

El viaje fuè insoportablemente largo, pero por fin estaban allì «Baker Street», tal como dijo el taxista. La calle tenìa una atmòsfera desolada, por no decir tètrica, la mayorìa de las làmparas de las calles estaban rotas, lo que hacìa que la calle fuera poco luminosa.- El nùmero 16, por favor.- Exclamò Larry. El taxista pisò el acelerador por un par de bloques màs hasta que llegaron a destino.

A diferencia de lo que contaba la llamada telefònica, la situaciòn real era bastante diferente. El local estaba casi vacìo, la entrada carecìa de pulcritud, y no se lograba escuchar ninguna mùsica. Los jòvenes pagaron rapidamente al taxista, se bajaron del taxi y entraron ràpidamente en la discoteca. Al entrar notaron musica clàsica a un volumen bajìsimo que apenas se oìa.

Se acercan a la barra para pedir algo de beber, mientras buscan a la misteriosa joven. El hombre responsable de servir las bebidas parecìa muy distraìdo, y habìa que hablarle varias veces para que entendiera. Finalmente David y Larry obtienen 2 latas de cerveza, pero apenas las toman con la mano escuchan que la puerta principal se cierra violentamente. Volcando un poco de cerveza, los jòvenes se dan vuelta hacia la entrada, en lo que ven a un sujeto anciano, cerca de los 80 años se podrìa deducir, cerrando con candado la puerta  De repente ven a todas las personas del local meterse contra la paredes, con los brazos extendidos, exclamando cualquier tipo de frases y sonidos incomprensibles, parecìan ser en Latìn o algo asì.. En un momento, el barista toma un cuchillo de abajo de la barra y comienza a cortar despiadadamente sus propias venas, cortàndose posteriormente la yugular. El hombre muere en el acto llenandose de sangre. Larry empieza a vomitar, en lo que David entra en estado de shock, pierde el equilibrio y finalmente se desmalla.

 

David despierta con un fuerte dolor de cabeza, ve borroso, casi como si tuviera cataràtas. En un instante nota a su amigo atado a la pared con cadenas, sin vestimentas…

En un intendo desesperado por correr hacia donde està Larry, David cae a causa de una cadena que atrapa su tobillo izquierdo. Viendo fijamente al torso de Larry, pudo notar un pentagrama satànico dibujado en sangre sobre èl, el temor lo invadiò en ese instante. Estaban en una habitaciòn cubierta por baldosas blancas bastante rotas por las paredes y el suelo. en un extremo, inalcanzable por ellos, se encontraba una puerta de metal corrediza algo oxidada.

Dominado por el miedo, David empieza a gritar lo mas fuerte que puede pidiendo ayuda, luego de unos momentos un hombre entra en  la habitaciòn, enmascarado, alto y robusto. Portaba consigo un hacha de dos cabezas, tanto el hacha como el hombre estaban cubiertos de sangre, emanando un olor fètido. David queda paralizado al verlo, el miedo le impide gritar.

El hombre misterioso toma su hacha con ambas manos, hace con ella un gesto hacia atras , luego con un movimiènto ràpido corta el estòmago de Lawrence. Las paredes y el suelo se tiñen de rojo, Larry grita, y el hombre simplemente rìe. Luego de eso el enmascarado se retira de la sala cerrando la puerta.

David llora con una tristeza indescribible, llora quizàs porque nunca le dijo a Larry lo que significaba para el, o es la incertidumbre de lo que pueda suceder con su vida.

Cada vez màs desesperado David golpea fuertemente su pie encadenado contra el muro, con la esperanza de romperselo, para poder doblarlo y liberarse de la cadena. Varios intentos fallidos seguidos de gritos dan a luz a un ùltimo intento del joven que golpea su piè contra el muro de una forma inhumana. Un dolor agonizante corre por el cuerpo de David, mientras su piè esangrentado se desliza por el metal de la cadena.

Se arrastra hasta la puerta con todas sus fuerzas, y finalmente logra ponerse de piè. Apoya sus manos contra la puerta y la desliza a un lado. En frente de el se observa una especie de tunel como los que hay en las catacumbas antiguas. El suelo del tunel era de tierra, pero esto no era una excusa para David para no seguir, no si su vida estaba en juego.

Despuès del largo tunel David se topa con unas escaleras, las sube con dificultad y finalmente termina en un salòn enorme, era de un lujo indescribible, las paredes estaban cubiertas de cuadros y adornos hechos en oro, en el centro una mesa larga y extensa, ocupada por hombres vestidos en tùnicas, tenìa sobre ella un gran candelabro con la forma del pentagrama que habìa visto en el cuerpo de Larry. Los hombres susurraban, David aprovechò rapidamente para esconderse detràs de una columnas. Movièndose de una a otra acercandose a lo que parecìa una puerta de salida.

Estaba solo a 3 metros de la libertad, entonces corre y abre la puerta rapidamente, David ve que la puerta conduce hacia Baker Street,  entonces emocionado y sin prestar atenciòn a la herida en su piè, corre hacia afuera..

La emociòn desaparece cuando olle gritar a uno de los hombres «Està escapando!» , David se da vuelta y tropieza. Un hombre en tùnica lo toma del piè fracturado y lo arrastra hacia adentro del edificio mientras grita desesperadamente.

Nadie volviò a ver a David Matheews ni a Lawrence Thompson en los dìas siguientes..

Epìlogo:

Uno de los amigos de David, Jeff Collins, entra a su cuarto en el instituto despuès de unos dìas de la desapariciòn de su amigo. Estaba algo desordenado, notò que faltaban los zapatos de david, y parte de su ropa.

Curoseando por la habitaciòn, sobre el escritorio ecuentra una guìa telefònica, habìa un nùmero marcado: «Six Flavours Disco: 45596 «. Decidiò llamar con el telèfono de la habitaciòn, mientras esperaba una respuesta de la discoteca pensaba: «que habrà pasado con David..» ,»¿Serà una simple discoteca?»…