La Conversación

Las pocas velas del ambiente hacían un intento por iluminar la mirada incrédula del humano, tras escuchar la extraña propuesta que el inteligente pero maligno ser le acababa de decir.

-No- dijo fehacientemente el hombre, cuya barba resplandecía a la luz provocada por el fuego de las velas.

El ser, ahora sentado, lo miraba con una expresión de aprobación, el sabia perfectamente que el humano se negaría a su propuesta, por lo que decidió hacer uso de su tentador hablar.

-Se, que el mal en la gente como tu es algo inaceptable, como se también, que el bien es lo que persigues- dijo el ser, quien parecía sisear cada vez que hablaba- pero muchas veces el mal es el único puente seguro para hacer el bien.

El humano desde el momento que escucho la propuesta del misterioso ser, pudo salir rápidamente sin proferir palabra alguna, y contarle a su maestro lo sucedido, pero prefería escuchar lo que el ser tenia que decir, pues el ambiente de por si estaba tenso.

-¿Como se que estas arrepentido?- le pregunto el humano al misterioso ser, que rasguñaba sus poderosas garras contra la mesa de madera que tenia al costado.

-Pues porque ya no llevo los cuernos.

-Puedes habértelos cortado para hacerte pasar por alguien arrepentido.

-No- dijo con voz gruesa el ser -nadie sabe que estoy hablando contigo, ni si quiera el, además si quieres salvarlo tienes que hacer lo que te digo porque solo eso, hará que lo que el quiere se haga realidad.

El humano sudaba intensamente a pesar del helado frio de esa noche.

-Pero… ¿Porque yo?- pregunto el humano resignado.

-Porque tu eres el mas querido por el, porque tu eres quien mas lo conoce, porque tu eres el mas pecador de los doce, y porque tu y solo tu, tienes el valor para hacerlo.

El rostro de la bestia de ilumino, dejando ver una enorme protuberancia en su cabeza, donde quizás alguna vez hubo un cuerno allí.

-Serás perseguido, odiado, repudiado por la eternidad, nunca nadie sabrá el bien que has hecho- le dijo la criatura, mientras recobraba postura en la silla en la cual se encontraba sentado- te convertirás en un héroe, siendo el malo de la historia.

-¿Me mataran?- pregunto el humano.

La bestia sonrió.

-Nadie te matara- le dijo mientras tocia.

El hombre entonces empezó a frotar sus manos en señal de que el frio lo había arropado, temblaba frecuentemente, aunque probablemente mas por la razón de la situación que por el frio clima.

-¿Porque el?

-Porque su muerte lo convertirá en mártir- la bestia se levanto- haz lo que creas conveniente, después de todo, tu decides.

La bestia se levanto y abrió la puerta de la pequeña casa de piedra, cubierto con una manta, a la par que cobraba forma de una persona cualquiera. El hombre entonces dijo:

-Lo hare, pero necesito que me hagas un favor.

La bestia, ahora con forma de humano, levanto las cejas en señal de sorpresa.

-Necesito que le ayudes en el camino, no aguantara el peso de la cruz.

-Como quieras- le dijo el misterioso ser- ahora Judas, todo depende de ti, conviértete en un demonio a ojos del mundo, para salvarlos del pecado.

-Espera- dijo Judas- ¿volverás con el?

-El- dijo la criatura- tarde o temprano se dará cuenta de mi traición, por mientras hare todo lo que este a mi alcance para detener su ambición.

El ser entonces cerro la puerta tras de el, agitando por el viento el poco fuego que alumbraba la diminuta morada donde yacía Judas pensativo, perdido en si, pero seguro de lo que haría.

Entonces, tocaron a su puerta los soldados romanos, dispuestos a  hacerle otra propuesta muy diferente a la que el demonio le había hecho, pero de la que ya tenia una respuesta.

Yo.

Escante

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9 comentarios

A riesgo de parecer obtuso tengo que decir que hay un par de puntos que no entendí, sobre todo lo de «su ambición», en la última línea de diálogo.

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