Heidi, la tormentosa realidad

 

Informe especial: Heidi fumaba porros y su abuelo era su camello, según se desprende de tan famosa serie .
Analicemos esta bonita melodía:

«Abuelito dime tú…sonidos son los que oigo yo…»
Bien. Heidi es un personaje supuestamente , mientras que su Abuelito es, consecuente y visiblemente, . El hecho de que Heidi pida información a su abuelo sobre los sonidos, cuando lo normal sería que ella oyera bastante mejor que su pariente, puede implicar, una de las dos circunstancias siguientes:

– Que Heidi padeciera una enfermedad congénita, o bien hubiera sufrido un accidente que limitara su capacidad auditiva, que hacía que oyera peor que su abuelo, quien probablemente tendría una edad 10 veces mayor.
– Que sus sentidos, así como sus reflejos, estuvieran alterados por alguna razón.

«Abuelito dime tú, …porqué en una nube voy…»
Esta segunda frase de la canción confirma una y sólo una de las posibilidades anteriores. En efecto, se confirma que el estado mental de Heidi estaba de algún modo alterado, hasta el punto que la pequeña Heidi podía tener alucinaciones, ver o sentir cosas no reales.

Heidi flotando en colores tras fumarse un porro nevadito de dos papeles

«…Dime porqué huele el aire a…
» Nuestro argumento adquiere más fuerza a medida que se avanza en la letra de esta bonita canción; Heidi nota un extraño olor en el aire, pero, debido a su estado, no acierta a identificarlo, sabiendo
evidente el origen de este hedor, como veremos mas adelante.

«…Dime porqué yo soy tan feliz…..»
El estado de euforia injustificada de nuestra protagonista es evidente. El hecho de preguntar a una persona externa sobre su felicidad (cuando lo razonable sería que ella misma supiera el origen de tal alegría , refuerza la teoría de que Heidi estaba mentalmente excitada.

Y por fin:

«…Abuelito, nunca yo de ti me alejaré… …»
Viviendo cuan feliz estaba la niña afirma que quiere mantenerse en ese estado, y, para ello, es necesario permanecer cerca del abuelo.

CONCLUSIONES:

1. Heidi se encuentra en un estado de conciencia alterada.
2. El aire huele raro.
3. Siente una felicidad absurda.
4. Manifiesta su dependencia de otro personaje.

Luego, la conclusión global es la siguiente:
Heidi era una consumidora habitual de estupefacientes, más concretamente, fumadora de derivados del cannabis (Marihuana, Hachis, lo que le proporcionaba un estado artificial de alegría y
euforia. Además puede deducirse que su Abuelo, contrario a cualquier sentido de la protección por su nieta, le proporcionaba tales sustancias, ya fuera de manera gratuita u obteniendo con ello un beneficio de cualquier tipo.

…ostensible estado de euforia de Heidi al compartir una «cachimba de cannabis» con su abuelito del alma con el que eventualmente mantiene relaciones sexuales en pago de estupefacientes varios suministrados por dicho pariente

Please wait...

6 comentarios

¿Quieres dejar un comentario?

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

error: Contenido protegido
>