Hace 2 años – Parte 1

Era una cálida tarde de primavera, mis padres habían salido al trabajo. Mis hermanos y yo decidimos salir a jugar al patio trasero a recordar nuestra infancia. Somos 6 hermanos Diego, Kerick, William, Antonio, Nelson y yo, Daniel. El patio de nuestra casa era un patio grande, teníamos columpios, toboganes, balancines, en fin, todo lo que un niño querría tener, había árboles de toda clase, de naranja, de manzana, de mango y de peras. En uno de los árboles de mango decidimos hacer una casa en el árbol, era una magnífica casa, era nuestro punto de reunión todos los días, allí teníamos sillas, mesas, una nevera pequeña, un televisor y hasta un Playstation2.

Decidimos jugar a las escondidas ya que era nuestro juego favorito cuando éramos niños. Como era de esperarse yo por ser el menor me tocaba contar, conté hasta 100 y busqué a todos mis hermanos, encontré a Antonio en la casa del árbol, a Diego dentro de la casa, a Kerick montado en el árbol de manzana, a William detrás de la casa y por último a Nelson escondido debajo de las escaleras de la casa. Cuando a Nelson le tocaba contar y buscarnos me percaté del mal tiempo que había y avise a mis hermanos para que entráramos a la casa. Entramos a la casa, todo era normal; Subimos al segundo piso a la sala de estar, empezamos a jugar Playstation3, jugamos casi 2 horas sin parar hasta que hubo un apagón por causa de la lluvia. Como era de día decidimos quedarnos dentro de la casa y jugar las escondidas otra vez, allí empezó todo.

Como yo había contado, le tocaba a mi hermano Nelson, el era un joven muy asustado, le tenía miedo a la oscuridad y no le gustaba quedarse solo y me dijo:

–        Daniel, no me siento bien, siento que algo o alguien me esta mirando.

 

–        Tranquilo hermano, no pasa nada aquí estamos todos y cualquier cosa que pase solo gritas el lugar de la casa donde estés y nosotros iremos corriendo a ayudarte.

 

Confiando en las palabras que yo le dije, me respondió:

–        Está bien hermano, gracias, pero ocúltense bien porque los encontraré.

Escuchábamos los murmullos de Nelson de los números 97-98-99 y 100 allá voy. Cuando escuché el allá voy me cerré en el baúl donde decidí esconderme, pensaba que le jugaría una broma cuando me encontrara pero no fue así, mi hermano no me encontró, hubo silencio por unos 2 minutos, cuando abrí el baúl donde estaba escondido escuche un grito de Nelson “¡SALA DE ESTAR!” “¡SALA DE ESTAR!” “¡SALA DE ESTAR!”  y luego un llanto…

Corrimos hasta llegar a la sala de estar, quedamos en shock al ver a nuestro hermano tirado en el piso en posición fetal, pálido, llorando y había una escritura en la pared, pensamos que era sangre porque la letra era de color rojo. Estaba escrito en latín y decía estas palabras que nunca se me olvidarán “Omnes morietur unum per unum”, inmediatamente escribí esas palabras en una hoja en tal caso que se borraran, y las intenté traducir con mi teléfono móvil pero como vivíamos retirados de la ciudad no teníamos tanta señal, teníamos wi-fi en la casa pero no había luz y no se podía usar, solo quedaba esperar pacientes a que regresara la electricidad. Intentamos calmar a Nelson pero no se calmaba, era como si Nelson estuviese en otro mundo o algo así. Paso un lapso de tiempo de 2 horas aproximadamente para que volviera la electricidad, recuerdo que lo primero que hice fue intentar traducir el texto en latín a español.

Antonio y Diego se quedaron con Nelson y William, Kerick y yo subimos a traducir el texto. Llegamos a nuestra habitación, encendimos la computadora y buscamos un traductor, escribimos las palabras “Omnes morietur unum per unum”, el texto traducido fue el siguiente:”Todos ustedes morirán uno por uno”, quedamos atónitos al leer esto ya que nosotros éramos jóvenes que no bebíamos, no hacíamos desastres, ayudábamos con las labores de la casa, teníamos buenas calificaciones, en fin no entendíamos el porqué nos sucedía esto.

Llegaron nuestros padres y les contamos todo lo que habíamos pasado sin ellos llegar a creernos ni una palabra de lo que le dijimos, ellos no pudieron ver a Nelson ya que Antonio le dio una pastilla para dormir. En la mañana siguiente desperté  y solo vi unas palabras escritas en el techo de mi cuarto, eran como las otras pero este rojo era mas intenso –era como el rojo de las letras que dicen fatality en Mortal Kombat- estas palabras en latín decían “Nam sit amet ero Antonius Primus” desperté a mi hermano Antonio al ver esto, y le dije:

–        ¡Antonio! Despierta hay otra escritura.

El se levanto, vio la escritura y quedo igual que yo al verla, decidimos buscar a los demás para que vieran que habían otras letras escritas en la pared. Cuando llega William decidimos traducirlas, esto era lo que quería decir “Antonio serás el primero por ser el mayor” Cuando leímos esto nos asustamos demasiado, la reacción de Antonio fue impresionante, el quedó blanco, casi llora pero como es el mayor nos da el ejemplo de ser fuertes. Decidimos quedarnos todos con Antonio para protegerlo de “esa cosa” que estaba en nuestra contra y que debíamos deshacernos de ella.

2 días de haber aparecido la escritura nuestro hermano Antonio sufrió un derrame cerebral y quedo en coma por 1 mes, abrió los ojos y estábamos Diego y yo tomándolo de las manos, nos dijo:

–        Deben ser fuertes, yo me iré a un lugar mejor, Diego cuida de todos y Daniel, te dejare a cargo de mama y papá, los amo hermanos.

Estas fueron las últimas palabras que oí decir a Antonio ya que entró en coma otra vez y murió 2 horas después a causa de un paro cerebral.

Desde ese día hubo un gran silencio en la casa, no había rastros de “la cosa”. No hablábamos mucho, llorábamos por nuestro hermano, hasta que decidimos traer un sacerdote para que bendijera la casa. Luego de la visita del sacerdote, hubo tranquilidad y paz en la casa por 2 meses hasta que “la cosa” regresó dejando una escritura en el espejo del baño que decía “Mihi siti ego sum non contentus ego venit magis” Kerick lo tradujo y decía estas palabras “Tengo sed, no me siento satisfecho así que vengo por más”Nuestra casa del arbol

Creación propia.

Daniel Suarez

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