Flor y el extraño hombre del callejón.

Había una vez una pequeña niña llamada flor era súper amigable una niña muy especial, siempre con su sonrisa firme en su cara. Aquella niña vivía en Japón, en un barrio muy pobre, pocas familias, chicos, chicas, niños, niñas, tenían lujos, pero esos lujos, eran: poder cambiar su colchón de pronto cada 10 años era aproximadamente lo que aquellas familias podían, pues no tenían buena economía, otros “lujos” eran unos buenos regalos para navidad, como:
Buenos juguetes.
Buena ropa.
Una cena navideña digna, por qué algunos niños la consideraban un regalo, etc.

Estos eran algunos de los “lujos” que solo pocos niños podían obtener. Era muy triste esta situación, Flor cada vez que se ponía a pensar solo le caían unos pequeños botones de agua de sus ojos, Flor deseaba hacer algo por su comunidad, algo por su barrio, lastimosamente nadie tenía los recursos necesarios para hacer algo.
Cuando Flor iba para su colegio podía notar que muchos niños y niñas dormían en las calles: con hambre, con frío, enfermedades, algunos sin ropa y pidiendo limosna para poder sobrevivir algunos con sus hermanitos, cada vez que Flor veía esto, también le salían unos pequeños botones de color celeste intenso.
Una extraña tarde, Flor decidió ir a caminar para despejar un poco su mente, y en eso en un callejón, un extraño hombre apareció, Flor se asustó y en eso, el hombre le dijo:
—– ¡Hola!—– así que Flor le dijo: no debo hablar con extraños, Flor estaba a punto de irse y el extraño hombre le dijo: —- ¿Tu harías cualquier cosa por tu barrio?—- Flor se volteó y le dijo: si, ¡claro que yo haría lo que fuera!—con voz temblorosa, el señor sonrío y le dijo: —- yo podría ayudarte pero tendrás que darme algo a cambio—- Flor le respondió: ¿Qué sería?, el señor le respondió:—-¡Tu alma!, solo esa cosita tan sencilla—- Flor no sabía que era una alma y por cómo se dirigió aquel señor “solo esa cosita tan sencilla” Flor pensó que era algo insignificante, así que Flor le dijo en qué consistía la ayuda de aquel señor, el señor le respondió:—- yo podría hacer que una persona con muy buena economía llegara a este barrio e invirtiera su dinero para que este barrio progresara y los niños que están en la calle tuvieran un hogar, etc.—- Flor, estaba muy convencida, esa propuesta tan grande a cambio de una cosa tan insignificante como lo era una alma, en ese momento aquel señor desapareció y Flor solo encontró una pequeña nota tirada en el piso, que decía: mañana nos encontraremos aquí, a la misma hora, Flor se fue a su casa un poco confundida, muy cansada por lo que había pasado, llegó y se acostó a dormir.Al día siguiente se despertó asustada, por qué había tenido una pesadilla donde ella se convertía en una flor y en esa pesadilla su familia, ni sus amigos la conocían y lo raro es que en esa pesadilla veía como un hombre le quitaba como una sombra blanca y en eso ella se convertía en esa flor, Flor no le puso importancia y fue a su colegio, en eso una gitana loca que andaba por las calles de aquel barrio le dijo a Flor:—- pobre de ti, por tu inocencia, pagara tu alma solo por confiarte de desconocidos—– Flor se alejó con miedo, no sabía lo que pasaba, Flor salió de su colegio y espero a la misma hora, en aquel callejón a aquel extraño señor.De nuevo el señor se apareció y tenía un tipo de contrato, el señor le dijo a Flor: —–solo tienes que firmar aquí y ¡ya estará listo nuestro contrato!—- Flor muy inocente firmo y en ese momento se hiso realidad aquella pesadilla, Flor se desmayó y cuando despertó ya no tenía manos, tenía unas hojas y en vez de pies tenia ¡raíces! Flor entendió que su alma era lo que la mantenía con vida y cambió lo más importante, su alma, su familia y amigos la olvidaron nadie la recuerda, vino un gran empresario que ayudo al barrio de Flor, todo estaba al pie de la letra, lastimosamente Flor sigue viva, pero por culpa de su inocencia paga aquel castigo de vender su alma a un extraño hombre de un callejón.

creación propia

neru