Extraña Mirada

Que puedo decir estoy completamente asustado y no puedo hacer nada que solo esperar, esperar, ese maldito gato, Me encuentro encerrado en mi habitación y me temo que la puerta no resistirá mas, los gruñidos, las arañazos, solo son pequeños signos que me dan a entender que cuando esa puerta ceda tendré una muerte segura; ojala sea rápida que se apiade de mi como yo lo hice de él.

Todo comenzó un día cualquiera, siempre fui amante de los animales pero nunca tuve una oportunidad de tener una mascota, porque mi madre tenía una serias alergias con cualquier animal; al mudarme de las casa de mis padres y establecerme en mi apartamento tuve la oportunidad de adoptar un lindo gatito, un gato de tonalidad gris, ese fue mi fatal error; no sé qué me «obligo» a comprarlo tal vez su tierna mirado o su aspecto casi inofensivo, el caso es que ese mismo día lo lleve a mi casa, le hizo una pequeña cama con una canasta, compre comida, y una caja de arena.

Ese pequeño gato lo trate como a un hijo, pero por motivos de mis estudios de psicología y el trabajo, me obligaban a estar gran parte del tiempo por fuera de mi hogar dejando a mi pequeño gato solo, tales ese fue el error que motivo a querer atacarme, los días pasaban y el gato era cada vez más grande y fuerte, cosa que me sorprendió pero no le tome mucha importancia pensé que era bueno. Lo que comenzó a inquietarme fue su mirada, vaya que mirada, absorbente, fija, absorbente, donde quiera que fuera esa mirada me seguía, cada vez mi miedo interno me carcomía con mayor fuerza, cada día pensaba formas de deshacerme de ese gato.

Pero no fue suficiente si lo dejaba afuera al despertar estaba al lado de mi cama mirándome, cada vez con más temor, así que decidí huir hacia la casa de mis padres dúrate 1 mes, pensé que eventualmente moriría por falta de comida, mi esperanza se vio renovada cuando al volver, cuando el gato no estaba, sentí un alivio profundo, todo estuvo normal durante unas semanas, pero algo me decía en lo más profundo de mi ser que algo me estaba observando siempre, una presencia malévola, fría y calculadora.

Hasta que llego mi último día el día que estoy escribiendo esto, sentí un ruido en la cocina era ese maldito gato, sentí un escalofrió recorren mi espalda y me helo la sangre, sin pensar decidí huir a mi cuarto y cerrar con llave, los rugidos cada vez más amenazadores el continuo rasguño a la puerta me están enloqueciendo, siento que cada segundo que pasa la puerta se debilita, ya no sé qué hacer, será esperar y rezar que este gato se apiade de mí, la puerta está a punto de caer no sé qué hacer, bueno me despido y no me olviden, la puerta a caído, no soy capaz de mirar hacia atrás, ni gritar, todo está en silencio si volteo encontrare mi muerte, bueno no me queda más que hacer solo volteare………………………………………….

 

 

 

 

Creacion Propia

Juan P.

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