Yo sabia que eso estaba ahí, observándome desde la obscuridad, uno creería que estoy loco, pero podía sentir esa sed de sangre que emanaba desde las afueras del campo, en ese tenebroso bosque.
Cuando divise esos ojos color rojo sangra, sentí un terrible miedo. Sentí las ramas crujir y me di cuenta de que “eso” se me acercaba. Corrí. Llegué a mi casa de campo, entre a mi habitación, esa cosa me persiguió. Escuche la puerta de la entrada rechinar, agarré el objeto filoso mas cercano que tenia, una lapicera y me acerqué a ver que sucedía en la entrada principal. Nada. Una leve sensación de alivio recorrió mi cuerpo hasta “eso” volvió a aparecer. No era humano, no era un animal conocido, solo era “eso”.
Me encerré en el baño, la única esperanza que tenia de que “eso” se fuera se fue desvaneciendo lentamente mientras veía girar la perilla de la blanca puerta que presenciaría la desastrosa e inhumana muerte que yo tendría.
Entró, la única luz que había se apagó ante esa fría presencia. Me fue imposible verlo. Solo pude divisar sus ojos y escuchar su rugir, que parecía ser el grito desgarrador y angustiante de miles almas condenadas en el averno.
Usé esa lapicera para escribir sobre un pedazo de papel higiénico: “creo que llegó mi final, amigo mío, si estas leyendo esto es porque estoy muerto y también quiere decir que eso vendrá por ti, hasta puedo ver como se agazapa en tu bañera y espera a que tú vayas al baño.
Creacion propia
Lucas c