Encontré un diario escalando en Nuevo Hampshire

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El diario era de hace mucho tiempo. Veintiún años, según las fechas. Estaba bien sellado en envoltorio plástico y metido en un bolso impermeable. Si no lo hubiera golpeado con mi pala mientras hacía un agujero para ir al baño, nunca lo habría encontrado.

Me saltaré a las partes inquietantes, pero lo único que he dejado por fuera es la señora hablando de cómo ella y su esposo estaban acampando ese mes y pasándola bien. Con eso les he ahorrado cuatro páginas.

2/7/1994

7:00 a.m.

Anoche, James y yo fuimos despertados por un destello de relámpago ridículamente brillante. No hubo trueno. James dijo que debió de haber sido un rayo de calor. Probablemente tiene razón, porque todo el día estuvo caliente y bochornoso en exceso, y una vez que el sol se puso, el clima estaba aún más húmedo. Al final regresamos a dormir y esta mañana el aire se siente menos como una esponja mojada. Hoy esperamos hacer diecinueve kilómetros.

8:00 p.m.

Ni siquiera quiero escribir esto porque es muy asqueroso. James me pidió que lo haga de todas formas porque así lo recordaremos para reportarlo cuando lleguemos a la estación de guardabosques. Como si pudiera olvidar algo como esto.

Todo el día, mientras caminábamos, vimos animales. Ciervos, pájaros, mapaches, ardillas y un oso negro. Eso es bastante estándar para el trayecto en la intemperie. Pero cuando nos desviamos un poco del camino porque, bueno, James estuvo mirando mi trasero por la última hora mientras caminábamos (y creo que le vinieron algunas ideas), fuimos detenidos por la imagen de algo asqueroso a unos treinta metros del camino. Bueno, muchos «algos». Esparcidos por un área de unos seiscientos metros, había animales abortados. Todos en distintos estados de desarrollo. Fue horrible.

3/7/1994

2:45 a.m.

No puedo dormir luego de los eventos de ayer. James, por supuesto, está roncando como una avispa a pesar del gran destello de relámpago.

He leído sobre un lugar donde los animales van a morir cuando están muy enfermos o viejos, pero lo que vimos de ninguna forma puede ser normal.

El rayo de calor sucedió de nuevo. Esta vez fueron tres destellos juntos, con una separación de un par de segundos. Sin trueno. Mierda, es escalofriante. James está enojado porque lo pateé para despertarlo y contarle.

7:30 a.m.

Pude dormir como una hora luego del rayo. Gracias a Dios trajimos buen café para preparar sobre la fogata. Vamos a hacer dieciséis kilómetros, aunque quizá un poco menos, porque el mapa dice que nos estamos metiendo en un área bastante empinada. ¡Bien por los glúteos!

9:15 p.m.

Hoy fue una caminata bastante buena, pero vamos a estar adoloridos mañana. El mapa hace un trabajo decente para mostrarnos en dónde estarán las colinas, pero es una mierda para indicar qué tan inclinadas serán.

Por el lado bueno (y nunca creí que estaría en un punto de mi vida en el que esta oración tendría sentido), no vimos más fetos de animales. Vivaa.

4/7/1994

6:10 a.m.

El imbécil de mi esposo metió algunos fuegos artificiales en su mochila y decidió despertarme prendiéndolos justo al lado de la tienda mientras gritaba: «¡Feliz Día de la Independencia!». Obviamente estaba desnudo mientras hacía todo esto y se postraba ante mí por la solapa de la tienda con una bengala en cada mano. He llegado a la conclusión de que amo su sentido del humor entre las ocho de la mañana y la medianoche, y todo durante las 12:01 a.m. hasta las 7:59 a.m. me hace querer ahorcarlo. Despertarme con explosiones y su verga no es como imaginé nuestras mañanas juntos. Sin embargo, excluye la parte de las explosiones y estoy bastante bien con ello.

Parece que hoy va a llover. Las nubes tapan el cielo. Está ventoso, también. La ropa de lluvia que compramos antes de empezar nuestro viaje se secó luego de las tormentas de la semana pasada, así que no estoy muy preocupada.

6:30 p.m.

No hubo lluvia mientras caminábamos. James le disparó a un conejo hace una hora y está apunto de despellejarlo y prepararlo para el fuego. También me está enseñando a hacerlo. Es, en serio, lo último que quiero aprender, pero no hay razón para que él sea el único encargado de hacerlo cada vez que queremos comer algún bicho lindo del bosque. Ugh. Aquí vamos.

7:30 p.m.

Acabo de terminar de vomitar. Apenas James comenzó a trabajar en el conejo, vimos qué tan enfermo tuvo que haber estado mientras estaba vivo. Bajo su piel, el conejo estaba cubierto completamente de lo que parecían grandes granos de pus. También estaban bajo mucha presión, porque cuando James pinchó uno de ellos con la punta del cuchillo, explotó y expulsó pus grisáceo y blanco a dos metros de distancia y hasta la punta de mi zapato. Fue así como terminé vomitando por media hora mientras él se disculpaba y trataba de no reír.

Aún tenemos bastante carne seca y reservas en los paquetes de comida, así que no es como si fuéramos a pasar hambre, pero hubiera estado bien comer algo diferente. La lluvia por fin empezó y estamos atascados en la tienda.

Y ahí está el relámpago de nuevo. Está resplandeciendo una y otra vez. A veces solo son un par y rápidos, otras veces son aislados y duran cuatro o cinco segundos. Son los largos los que me asustan. Nunca había visto relámpagos así. James sigue diciéndome que es inusual, pero no imposible, especialmente en esta época del año. Ahora parece estar disminuyendo y estoy bastante feliz de que esta vez hayan coincidido con la lluvia.

5/7/1994

10:10 a.m.

Estoy entrando en pánico porque James se está esforzando mucho por no entrar en pánico. Hemos estado despiertos desde las seis y, cuando abrimos la carpa, el suelo afuera estaba lleno de aves muertas, murciélagos muertos e insectos muertos. Y, en serio, lleno. Supongo que no los escuchamos golpear el suelo por la lluvia que empezó de nuevo mientras dormíamos, pero no tenemos explicación de por qué todos están malditamente muertos. Sin embargo, esa no es la peor parte. TODOS están cubiertos de aquellas cosas parecidas a granos, como el conejo. Estamos decidiendo cancelar el viaje e irnos al carajo. El mapa dice que hay una estación de guardabosques a casi sesenta y cuatro kilómetros a nuestro oeste, y James dijo que podemos llegar ahí mañana por la noche si realmente nos movemos. Ambos llegamos al punto en el que movernos nos parece un gran plan.

6/7/1994

12:30 a.m.

Caminamos rápido y caminamos lejos. Vimos animales muertos por todo el camino. No estaban tan bien agrupados como los que estaban alrededor de nuestra tienda, pero aun así vimos muchos. Recuerdo haber caminado bajo un árbol donde el suelo estaba plagado de avispas muertas. Cuando miré arriba, había un panal gigantesco sin nada volando a su alrededor. El bosque está casi silencioso, también. No hay aves. Solo insectos. E incluso sus sonidos son pocos y a lo lejos. Nunca me di cuenta de lo omnipresente que era su estruendo hasta que casi se había ido.

12:50 a.m.

Mierda. Hace un minuto, el primer ciervo vivo que hemos visto en todo el día caminó hacia la zona iluminada alrededor de nuestra tienda. Nos miró por un momento y, cuando se volteó, vi una cría muerta colgando a la mitad de su cuerpo. Mientras el ciervo se alejaba, la cría se le deslizó y cayó al suelo con un golpe húmedo, aún conectada a su madre por una maraña de placenta que se estiró hasta partirse unos metros después.

A la mierda con todo. Buena suerte tratando de dormir hoy, Melanie.

3:10 a.m.

OK, acaba de pasar algo mientras estábamos durmiendo y estoy entrando en pánico y apenas puedo respirar y no sé qué hacer aparte de escribirlo para que tenga sentido. El relámpago vino y simplemente… se quedó. El bosque completo estaba iluminado. James y yo tratamos de convencernos de que solo era el clima. Pero se quedó por un minuto completo. Luego dos. Le rogué a James que no saliera, pero abrió la tienda y salió. Me asusté y no quería estar sola, así que lo seguí y el cielo entero estaba en blanco. Más brillante que el sol al mediodía. Me dolían mucho los ojos al mirarlo y James también se estaba poniendo bizco. Cerré mis ojos un poco para recuperarme y, cuando los abrí, James se había ido. Corrí alrededor y no lo vi hasta que me di vuelta. Estaba en el mismo lugar, mirando al cielo. Excepto que… estaba mal.

No me contestó cuando grité su nombre. Ni siquiera parpadeó. Y podía ver bultos empezando a formarse en su cuello y su cara. La luz era tan, tan brillante. Empujé a James para tratar de captar su atención, y al hacerlo su camiseta se empapó de algo por la presión de mis manos. Bueno, sabía lo que era, pero no podía mirar. No podía. No puedo. Sigue ahí, afuera, pero no se mueve. Solo está parado y mirando al horrible cielo brillante. Sus pupilas se han ido y todo lo que queda es azul y blanco. Su piel está empeorando y estoy malditamente aterrorizada.

Se están formando pequeños bultos en mis manos mientras escribo esto y están subiendo a mi cabeza, y ahora uno de ellos se abrió y esa es mi sangre en el papel. Sé que la humedad que siento en mis piernas es sangre también. La sangre significa el final prematuro de lo que esperaba anunciarle a James en nuestro aniversario la próxima semana. Sigo pensando en la cría resbalándose de su madre.

Voy a envolver este diario en una bolsa y voy a correr hacia la estación de guardabosques. Ya no sé qué hacer. Lo dejaré bajo un árbol en algún lugar fuera del camino, así alguien puede encontrarlo si me pasa algo. Esta página ya está empapada. Tengo que irme antes de que me ponga peor. Antes de que James se ponga peor. La luz es tan brillante…

Eso es lo que estaba en el diario. Apenas lo leí y lo transcribí, lo envié al CDC porque no tengo ni puta idea de qué les pasaba a esa señora y su esposo, y desde luego no quiero enfermarme. La última página en la que escribió era asquerosa. Desearía haber usado guantes cuando la toqué. Estaba incrustada con una sustancia seca, probablemente ese pus del que habló, y olía horrible. Me lavé bien y le dejé una nota a los tipos del CDC para que tuvieran cuidado.

Ya no estoy tan dispuesto a volver a ese bosque, pero solo estoy siendo estúpido. Apuesto que todo el asunto es una broma de unos imbéciles de secundaria y gastaré el tiempo de personas importantes cuando reciban mi correo. Aun así, estoy más que un poco asustado. Todo lo que la señora escribió es simplemente desquiciado. Pero sigo dudando. Dudo, porque recuerdo vagamente una masacre de animales en esa parte del estado, a mediados de los noventa. Pero seguramente fue algo más. Tuvo que serlo.

La traducción al español pertenece a Spoby (contribuidora). Fue escrito en inglés por Max Lobdell:
http://unsettlingstories.com/

Spoby

Hasta que el león aprenda a hablar, todas las historias glorificarán al cazador.

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2 comentarios

Creo que hace un buen trabajo por asustar. El fenómeno que explica es definitivamente aterrador, tanto por lo misterioso como por lo retorcido. La parte del venado es mi momento favorito, y cuando la luz prevalece.

Siento que le falta algo, en algún punto. Es de esas ideas que dan para mucho si son desarrolladas extensamente. De cualquier forma, buena traducción. Felicidades por otra victoria.

Muy tenebroso. Deja en el aire esa pregunta de qué era esa cosa luminiscente: Pudo ser provocada por extraterrestres, un fenómeno meteorológico muy extraño, algo que roza lo sobrenatural… No se sabe.

El fin. Muy buena historia.

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