Decidí visitar aquella cabaña vieja y fría de mi abuelo, ya había crecido y madurado lo suficiente como para volver ahí sin poner excusas, la verdad me ponía muy triste el hecho de recordar lo que sucedió ahí, algunas ocasiones trataba de evitarlo pero volvía a mi mente como si fuera una culpa reclamándome. Decidí volver después de 20 años aliste todo y partí. Estaba muy solo y sucio el lugar, llegando al lugar se siente todavía como si la presencia de mi abuelo todavía estuviese ahí, se miraba desde lo lejos su silla mecedora en la que se sentaba todas las tardes para observar el atardecer, era su único momento de paz en todo el día. Al entrar en el lugar me llegan imágenes a mi mente de lo que fue mi abuelo, un señor muy apartado de todos incluso también de su familia, no le gustaba mostrar sus sentimientos era muy reservado y duro, nunca se podría saber lo que tenia en mente, los psiquiatras decían que padecía una esquizofrenia leve, lo cual nunca se le notaba pues siempre se le veía lucido y nunca hicimos caso de ello. Pasaban los años, mi abuelo seguía con su rutina de vida, nada nuevo siempre con la misma cara todos los días pero cada vez mas apartado de la gente todos sabíamos que algo pasaba, pero conociendo al abuelo tal vez estábamos exagerando, decidí visitarlo tomando un poco de distancia para que el abuelo me recibiera bien, savia que tenia que cumplir con ciertos requisitos para no molestar al abuelo. Tenia la impresión de que mi abuelo lucia diferente, su semblanza no era la misma, algo traía pero era muy difícil saber que era, ya que no le gustaba contarle nada a nadie. En los últimos días antes de su muerte el ambiente era muy frio y misterioso ya mi abuelo estaba terriblemente mal se había hecho mas viejo en solo 5 días que en 5 años sus arrugas eran largas y pesadas sus ojos eran cerrados y obscurecidos, fue entonces cuando ocurrió lo horrible. Una noche de luna llena se sentó en su silla mecedora para contemplar la luna llena, cuando las nubes negras de la noche la taparon por completo, fue entonces cuando descendieron dos cuervos negros para arrancarle los ojos dejándolo en penumbras totalmente, el abuelo no murió, pero lo que fuera aquello que lo estaba atacando claramente lo quería ver sufrir, el abuelo decía que dos magos obscuros lo atacaban constantemente por las noches penetrando en sus sueños haciéndolos una tortura interminable. Le decían que venían por su llamado, venían a cobrar cuentas por lo que decían era el »conocimiento absoluto» era el precio que tenia que pagar por su curiosidad, siempre fue curioso. Nunca supe que era lo que sabia el abuelo y eso me intrigaba todos los días del año, tanto así que regrese 20 años después de lo sucedido para tomar aquel libro negro sin buscar pretextos e insaciar mis ganas de curiosidad…
Escrita por mi: Mike Young
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2 comentarios
no muy bueno amigo lo siento le doy un 2/5
si siguieras la historia, sería mucho mejor… además de que deberías de separar el escrito en párrafos…. 🙂