Trabajé cinco horas bajo el sol, para poder comprar una espada samurai, mejor conocida como katana, sin decirle a mamá la metí a mi habitación y sintiéndome un gran samurai empece a «juguetear» haciendo movimientos verdaderamente buenos con la katana, pero se me olvido cerrar la puerta con llave y mi hermanita era una de esas hermanitas que entran te tu habitación sin siquiera tocar la puerta, se introdujo en mi habitación pero estaba tan concentrado que no le di mucha importancia, no, hasta que….
Mi hermanita se reía y comenzó a decir, «mi hermano no sabe como usar esa espadota», al escuchar eso, entorne los ojos y decidí demostrarle a esa chiquilla que no sabia nada de lo que decía. Sin pensar más, con un sutil movimiento….¡salpicaba la sangre alrededor del cuarto y la chiquilla gritaba!, sus bracitos estaban en el piso y la sangre me manchaba la ropa y también a mi katana, otro movimiento basto para cortarle su pequeña cabezita.
Levante la cabezita de mi hermana y camine por el pasillo, con la cabeza en mano, mamá dio un grito de horror cuando me vio. fue gracioso como tartamudeaba y lloraba, no la deje ni hablar, mancho la alfombra blanca, su cuerpo yacía inerte, y dos partes la conformaban.
Ahora espero en la puerta con ambas cabezas puestas en mi armadura (como los antiguos guerreros) al hombre malvado que me prohibió ir al cine la otra noche.
1 comentario
¿Trollpasta o fail de creepypasta? He ahí el dilema.