El niño y la tierra

 

Las historias de terror son creadas con el afán de infundir temor y paranoia dentro de la mente humana y cuando el miedo es bien infundido, la persona menos indicada puede llegar a la locura y ser un nuevo instrumento para crear miedo en otros.

Esta historia empieza como todas las demás, un cliché común entre este tipo de historias. La familia Hayes, una familia normal, un padre normal, una madre normal, pero un hijo no tan normal, los tres viviendo en una casa normal. A los Hayes les gustaba tener una vida no extraordinaria, ninguno sobresalía de sus posiciones sociales-laborales o educativas pero cada integrante de la familia tenía una afición, por ejemplo, al señor Hayes le gustaba coleccionar artículos de la segunda guerra mundial, ya habían pasado 10 años después de la caída de Alemania y estos objetos empezaban a popularizarse, la afición de la señora Hayes, era el whisky y el cigarro, podía fumar 4 cajas de cigarrillos y beber 2 botellas de licor en un mismo día, el pequeño de tan solo 8 años era diferente a sus padres, ya que si afición no era común, a él le gustaba jugar con la tierra, decía que amaba la sensación de fricción de la tierra entre sus dedos; claro que a sus padres se les hacía raro pero como el niño era retraído y no tenía amigos con los cuáles jugar, lo dejaban hacerlo, eso lo hacía ver feliz.

Un día como cualquier otro, solo que nublado y con mucho viento, esta familia decide ir al parque juntos, la madre empacó un poco de whisky en su licorera y sin más, partieron felices hacia allá. Llegaron, se sentaron en el pasto y comieron sus alimentos, cuando el niño acabó, se levantó, sacó una pequeña pala de su bolsillo y corrió a hacer pequeños hoyos en la tierra que estaba no muy lejos de los padres. Mientras el niño jugueteaba con su soledad, los padres bebían de la bebida embriagante que guardaron anteriormente, si bien no estaban ebrios, estaban lo suficientemente alcoholizados como para descuidar al niño, que cuando menos se dieron cuenta ya no estaba.Cuando preguntaron a familias cercanas a ellos, nadie sabía a donde se había ido, no vieron que alguién se lo haya llevado, no había pista del niño.

La madre llorando y el padre preocupado volvieron a casa con la misma duda desde el camino: ¿Dondé estaba el pequeño? ¿Porque nadie lo vió? Cuando abrieron la puerta y escucharon ruidos en el jardín de atrás descubrieron que ahí estaba el niño, cavando un gran hoyo, tan grande que ni el mismo podía salir, los padres aliviados, fuera de preguntas, se aliviaron de la situación e ignoraron todo lo sucedido ese día.

Esa misma noche, los padres se levantaron escuchando ruidos de nuevo en el jardín y es que de nuevo estaba ahí el niño, cavando con sus propias manos otro hoyo aún más grande, el pequeño de la familia se veía con sueño y desesperación por acabar de cavar, su padre asustado por lo que pasaba, entró al hoyo y lo sacó, después de eso se pusó a hablar con él.-«Tengo que acabar» le decía el niño, al no tener más remedio, el padre encerró al chico en su habitación con llave hasta la mañana siguiente.

Cuando salió el sol, la madre fue a despertar a su bello hijo pero cuando vió que la puerta ya estaba abierta y su esposo seguía dormido, bajó a revisar a la parte trasera de la casa, y para ya no sorpresa de ella, ahí estaba el niño, cavando otro hoyo aún más grande que el anterior, solo que esta vez, el niño estaba dormido dentro de este, con las uñas llenas de tierra  sangre, resecas y llenas de grietas; su madre empezó a llorar tras no entender lo que sucedía, llevó al niño a la cama, y lo acostó, le contó todo a su marido y pensaron que sería buena idea, esa noche, llevarlo a casa de la abuela, lejos de ahí, y así fué, llegó la noche, y como si el niño ya supiera los planes de sus padres, el niño apagó las luces y llamó a sus papás al jardín, tenía una sorpresa para ellos, se escondió y como si supiera exactamente como y donde estaban, tomó y aventó a su padre dentro del hoyo más grande; cuando este cayó inmediatamente 8 cuchillos de su colección de armas que estaban enterrados en el fondo del hoyo se encajaron en el torso y cuello, la madre al solo oír como gritaba, empezó a gritar y fue cuando el pequeño tomo otro cuchillo de su padre y corto sus tendones, haciéndola caer en el segundo hoyo, cuando vió que no podía moverse, empezó a derramar cada botella de alcohol que tenía en su cantina sobre su cara, cuando termino con sus padres, el niño bajó al ultimo hoyo y con el mismo cuchillo que mató a su madre, se lo atravesó en la muñeca, desangrándose cayó.

Cuando la policía llego gracias a los reportes de los vecinos de los gritos, vieron 4 hoyos en el jardín de atrás, en uno estaba el padre atravesado por dagas en todo el cuerpo, en otro la madre, con los pies destrozados y totalmente empapada de licor, en el tercero un niño totalmente desangrado y con una sonrisa en su cara, en el cuarto hoyo había una nota, esta decía: «Después de jugar con mis papás, quiero ir a jugar de nuevo al parque, con mi amigo de tierra»102_4189

Creación propia

Raul Pedraza

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2 comentarios

Esto es un insulto a la literatura de terror, el concepto de la historia esta bien, lo unico que fallo fue como esta se desarrollaba.

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