El Lipton maldito

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Tiempo de lectura: alrededor de 4 minutos.

Ataúdes


Los ataúdes solían ser construidos con un agujero unido a 1.8 metros de tubería de cobre y una campana. La tubería permitiría respirar a las víctimas que hubieran sido enterradas bajo la impresión equivocada de que estaban muertas. En un pueblo pequeño, Horacio, el sepulturero local, tras oír una campana sonar por la noche fue a ver si eran solo niños jugando a ser espíritus; a veces también era el viento. Esta vez no era ninguno de los dos. Desde abajo, una voz lloraba y clamaba por ser desenterrada.

—¿Eres Sara Banegas? —preguntó Horacio.

—¡Sí! —respondió la voz sofocada.

—¿Naciste el diecisiete de septiembre de 1827?

—¡Sí!

—La lápida dice que moriste el veinte de febrero de 1857…

—¡No, estoy viva, fue un error! ¡Desentiérrame, libérame!

—Lo siento por esto —dijo Horacio, parándose en la campana para silenciarla y empezando a obstruir con tierra la entrada de aire por la tubería—, pero estamos en octubre. Quien quiera que esté ahí abajo, puedo asegurar que no sigue con vida, y no vendrás a la superficie.

 

Las prominencias


Las he tenido desde que era niño.

Puedo recordar estar muy consciente de ellas, esconderlas en mis bolsillos, debajo de libros y dentro de bolsas. Los niños en la escuela nunca me dijeron nada directamente, pero yo sabía que se reían a mis espaldas.

Recuerdo haberles pedido a mis padres que me llevaran al doctor para que las revisara. Las prominencias en mis manos parecían ser el elefante en la habitación para mi familia en ese tiempo, ya que mis padres solamente me decían que estaba bien y cambiaban de tema. Sin embargo, yo sabía que no era así.

Traté de quitármelas cuando era pequeño, sin éxito. Tijeras, cuchillos, peladores de papa; tratar de cortarlas o rasparlas siempre era una causa perdida, no podía continuar por el dolor que me ocasionaba.

Pero hoy fue distinto. Es increíble cuán anestesiado puedes quedar con un par de torniquetes y una botella de Jack Daniells. Originalmente, pensaba usar un cuchillo filoso, pero luego me di cuenta de que tratar de cortar la piel de mis prominencias sería muy difícil en mi estado de ebriedad. Opté por el ligeramente más tecnológico plan B.

Debía hacerlo rápido. A esa altura ya estaba bastante torpe y comenzaba a sentirme mareado. Mis manos y antebrazos, azules por la falta de circulación, tampoco podían esperar demasiado. El sonido de la licuadora me ayudó a entrar en una especie de trance, listo para hacer lo que había querido hacer desde la primera vez que vi mis extrañas deformidades.

Primero metí mi mano izquierda. La sensación de las hojas afiladas cortando mi carne era estridente, pero me sorprendió lo bien que el alcohol estaba funcionado, esperaba que doliera más. Podía oír el metal desgarrando y cortando, yendo todo tal y como lo había planeado. Presioné mi mano contra las hojas con más fuerza. Todos esos malos recuerdos, toda esa vergüenza, todas esas cosas horribles ahora no eran más que una pulpa roja y espesa.

Interrumpiendo mi sentimiento de éxtasis, quité la mano antes de que las hojas llegasen a los nudillos. Sonreí, viendo mi nueva mano. Las prominencias se habían ido, todas y cada una de las cinco.

 

Contaminación


Irrumpió en la cocina, cubierta en sudor. Pensamientos atestando su mente. Pulso acelerado. «Dios, ¿me habrá seguido hasta acá? —pensó—. ¿Cómo me encontró, para empezar?».

Pasó un momento. Una cosa era segura: él no estaba ahí ahora.

Su estómago se revolvió. Incluso alguien en su situación debía comer. La nevera dio un quejido mientras la abría. Revisó los estantes; un bote de té llamó su atención.

Tenía un sabor diferente que el usual. Examinó la etiqueta: té negro. Compró la marca equivocada. Se agachó, cogió algunas sobras. Encendió el televisor de la sala de estar en tanto las metía en el microondas. Las noticias de las cinco se escucharon de fondo. Podrían decir algo sobre él.

La trillada historia melancólica sobre la guerra; un candidato a la presidencia visitaría su ciudad pronto. Contó el tiempo para que su comida estuviese lista.

5, 4…

«Y, finalmente, hay una alerta de contaminación de alimentos para todos los residentes de la comunidad».

…3, 2…

«Un cargamento de té negro Lipton, distribuido en tiendas locales, ha dado positivo para el virus Ébola Solanum. Esta supercepa causa llagas dolorosas en los antebrazos, cuello e ingle, seguido de sangrado abundante por todos los orificios. El pronóstico, una vez que se ha sido infectado, es extremadamente desfavorable. El té fue retirado de las tiendas, pero cualquier residente que lo haya adquirido debe notificar a su centro de salud más cercano para que el producto sea eliminado de inmediato».

Abrió la nevera una vez más y tomó el envase del que acaba de beber.

Lipton. No era la marca que compraba usualmente.

«Él no está aquí ahora», pensó. El bote de té cayó al suelo.

Pero lo estuvo.

Traducciones mías y de Lady Constantine

CP

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45 comentarios

Historias interesantes, además de geniales. La primera pudo ser un caso de catalepsia, lastima que el sepulturero no lo haya reflexionado. Y no entendí quien seguía al personaje de la tercera historias. ._.

—SPOILER—

Para Doom, Junox y Noy:

No importa quién la seguía. Tampoco se puede inferir por el texto. Se sabe que la quería dañar, era un conocido desde hace mucho y sabía de su afición por el té. Es todo lo que interesa para que el final te impacte. Un té con Ébola es mucho más creativo que un disparo cuando entrase a su casa.

la ultima es confusa no? supongo que se refiere a que ella nunca compra esa marca… pero si ella no compra esa marca esa cosa o lo que sea que le persigue la compro para sstituir lo anterior y intentar matarla o algo no? puede ser? la lei 3 veces y no la acabe de entender yo lo veo asi y vosotros?

Me gusto la 3, para quien no lo entendieron ella estaba siendo perseguida por alguien que la quería dañar pero alcanzo a llegar a su casa rápido luego tomo el té y si se fijan al final dijo que el no estaba hay pero había estado osea que esa persona que la perseguía había estado antes en su casa para ponerle el té envenenado por eso dijo que ella no compraba esa marca la persona que la seguía la quería dañar y sabia sobre los tés lo único que hizo fue poner el té en su nevera y esperar a que ella llegara e hiciera el trabajo. 🙂

No saben lo mucho que me encantan los cortos de creepypastas y ese tipo de antologías… son tan exitantes 😀 .
Pero hablando en serio, estoy bastante seguro que el primer creepy ya había sido enviado (No estoy totalmente segutro si publicado)… pero el resto es divertidisimo y macavbro… como me gustan 😉 .

Sí, Ataúdes fue de los primeros en publicarse. Vos sabés que estoy remakes.

No tenés idea de cuántas historias cortas quedan por publicar. Incluso hay aquí en la página :V

El final hizo que cada una de estas tres mini-creepypastas fueran muy buenas, la primera ya la conocía pero no me deja de parecer interesante, las otras con un final inesperado también y en la segunda le favoreció el hecho de que el protagonista tenía ciertos problemas mentales ( pues eso supongo que sugería el texto por el hecho de que el protagonista pensaba que sus dedos eran priminencias ) y la tercera, muy original la forma en que querían acabar con el protagonista, nada de disparos, cuchillos o todas esas cosas que se suelen usar en las historias, aca el objeto usado fue nada más y nada menos que un bote de té.

para todos los amantes del creepypasta fan de tubiefox!! estamos en el desarrollo del nuevo creepypasta : «tubiefox y el fox maldito II («la caída del hijo de belsebub y la ascensión del rey de crepypand»)». con increíbles mejoras ortográficas y una trama increíble
con la ayuda y participacion de los mas talentosos genios en el genero del horror, desde el inframundo les traemos a Edgar Allan Poe, H.P. Lovecraft, Mary Shelley, Horace Walpoley y William Godwin. que me ayudaran en la narración de mis desventuras y desgracias bajo el poder del sátiro demonio tubiefox.

Maldición…really? este tipo me hace recordar al que hizo la cumbia de Goku :cerealguy:

“tubiefox y el fox maldito II (“la caída del hijo de belsebub y la ascensión del rey de crepypand”)…Es que enserio sin ofender pero tu nivel de ridiculez es tremendo.

«que me ayudaran en la narración de mis desventuras y desgracias bajo el poder del sátiro demonio tubiefox». Lamento decirte y quebrarte el coraçao pero Fox no es un demonio, sino una lesbiana triste y burda que busca amigos por internet haciéndose pasar por hombre :yaoming:

Hahaha es verdad, no puedo creer algo taaan ridículo, es decir: ‘La caída del hijo de belsebub’?! en primera: se escribe Beelzebub, y además, ¿A quién carajos le dan ganas de leer algo con ese título? es como el título de las películas traducidas en México y Países de habla hispana en general.

Pues a mi parecer ; las historias bien ricas en informacion pierden alguna
esencia de miedo y terror como ocurrio en este caso…

Buenoooooo, me han gustado todas, y concuerdo con un comenario, me gusta más como suena ‘Protuberancias’ aunque lo que me impactó es que hubo personas que no entendieran la 2 y 3, pero bueno…. Etán geniales!!

Estaban buenisimas! lo que yo entendi de la primera es que quizas un demonio o alguna cosa rara estaba tratando de salir de ahi abajo haciendose pasar por la chica,o que como que bajo tierra es el infierno y algun demonio estaba tratando de salir? podria ser eso xd (puedo estar equivocada)

De la segunda (para los que no entendieron) El chico pensaba que sus manos eran protuberancias y estaba paranoico de que todo el mundo se reia de el a sus espaldas por eso , lo que yo puedo deducir de esta creepy son dos opciones: 1: el tipo estaba loco 2.(hahah esta es un poco rara,quizas veo demasiadas creepys) El tipo vivia en una especie de mundo diferente donde las personas ( si es que son personas) no tenian manos y por eso el se las corto,yo pienso eso, porque sino no tendria sentido que el ,aunque viera que TODO el mundo tenia manos,pensara que tener manos estaba mal y se las cortara , quizas como el era el unico que tenia manos ,el pensaba en sus manos como ‘protuberancias’ y se atormentaba por ellas.

La tercera tambien me gusto,y me dejo con mucha curiosidad de saber que era «eso» que la siguio y luego indirectamente la mato xD

Creo que simplemente eres despistada al leer, nada más. :’D
Yo te la explico:
Hace décadas, como los diagnósticos médicos no eran muy exactos a la hora de afirmar la fecha de la muerte y las causas, decidían enterrar el supuesto cadáver en un ataúd que, mediante una tubería de cobre, dejaba un medio libre para respirar en caso de que el sujeto siguiera vivo. También se les ataba en la muñeca una cuerda que llevaba a la superficie, con una campanita al extremo final, para que pudiera hacerla sonar y avisar así al enterrador. El creepy pasta viene siendo lo siguiente:
«—¿Eres Sarah O’Bannon? —preguntó Harold.

—¡Sí! —respondió la voz sofocada.

—¿Naciste el 17 de septiembre de 1827?

—¡Sí!

—La lápida dice que moriste el 20 de FEBRERO de 1857…

—¡No, estoy viva, fue un error! ¡Desentiérrame, libérame!

—Lo siento por esto —dijo Harold, parándose en la campana para silenciarla y empezando a obstruir con tierra la entrada de aire por la tubería—, pero estamos en AGOSTO. Quien quiera que esté ahí abajo, puedo estar seguro de que no sigues con vida, y no vendrás a la superficie.»
¿Lo has entendido ya? se supone que la tal Sarah O’Bannon fue enterrada el 20 de Febrero, pero no es hasta en pleno Agosto que hace sonar la campana, reclamando estar viva. Obviamente, después de medio año enterrada, es IMPOSIBLE estar viva, ya que el cuerpo humano solo dura entre 7 y 10 días VIVO sin agua y/o alimento.

Espero haber sido de ayuda. c:

—¿Naciste el diecisiete de septiembre de 1827?
—¡Sí!
—La lápida dice que moriste el veinte de febrero de 1857…

lmao

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