El Ingsteer
Se dice que cuando los brujos necesitan de un cuidador para su cueva, raptan al primogénito de alguna familia. También se cree que muchas veces es el mismo padre quien vende al niño o lo regala, a cambio de favores de parte de los brujos.
Este niño es el Ingsteer, a quien los hechiceros deforman quebrándole una pierna, la que luego le tuercen sobre su espalda. También le doblan la cabeza hacia atrás y sus orejas, boca, nariz y dedos son torcidos igualmente. Además, le aplican sobre su espalda un tipo de ácido que le quema toda la carne de la piel.
Para caminar se apoya en su pierna buena y en sus dos brazos y manos, por lo que se dice que anda en tres patas. El Ingsteer no puede hablar y sólo emite sonidos raros y desagradables parecidos al de una oveja. Además, los brujos le parten la lengua en dos, para que no pueda revelar los secretos de su secta. El Ingsteer llora bajo la Luna, recordando a lo que solía llamarse familia.
Durante el transcurso de los años es alimentado con «Mujeres indias». Luego con jóvenes menores de edad, niños, etc. Y a partir de la juventud, consume carne de adulto y animales muertos. Los alimentos deben serle servidos sólo por los brujos.
Su función es proteger la entrada de la Cueva de los Brujos, participar en rituales y arbitrar como un patriarca en algunos juicios.
El Ingsteer solo sale de la cueva cuando escasea el alimento y lo mandan a asesinar a larga distancia.