El Fantasma de María Teresa

 

Hace unos meses atrás, para ser exactos, en las vacaciones de semana santa, al tener tiempo libre, varios amigos decidieron subir el Ávila, un punto turístico de la ciudad de la ciudad de Caracas. En realidad es algo que había hecho de pequeño, pero nunca había llegado a ningún sitio de interés. Por eso he de admitir que me emocione al saber que haríamos eso en vez del repetitivo viaje a la playa. La preparación para eso días se hizo sin ninguna eventualidad importante. Al final iríamos de viaje 5 personas, 2 muchachos y 3 muchachas, todos nos conocíamos y no teníamos problemas para acampar juntos.

La ruta que seguiríamos al principio seria una de las mas conocidas por los excursionistas. Pero al ir en el trayecto Carla, una amiga que había tratado de convencernos de usar otra ruta más difícil, logro su cometido y decidimos cambiar la ruta de ascenso, ahora en vez de subir por “La Julia” subiríamos por Galindo.

Al llegar a la entrada, revisamos el equipaje y empezamos el ascenso, por suerte para nosotros había otro grupo de excursionistas subiendo por esa ruta, lo que realmente me agrado, pues ninguno de nosotros teníamos experiencia en eso, y aunque la subida no era difícil, me daba miedo que termináramos perdidos. Entablamos conversación con los otros excursionistas y decidimos subir juntos ya que ellos nos dijeron que esa era su cuarta ascensión. Al principio no nos costó resistir el paso de ellos, pero el cansancio y la falta de práctica nos desanimo al cabo de la primera hora.

Al vernos tan cansados Alberto, uno de los muchachos del otro grupo nos dijo que si queríamos descansarnos y montáramos campamento en un sitio poco conocido llamado Las Ruinas de Meztiatti, un lugar con mucha historia, y relativamente cerca de un rio donde podríamos bañarnos y relajarnos, porque como él dijo, eso no era una carrera si no un viaje recreativo, y no importaba si nos tomábamos el resto del día libre para conocer la zona y disfrutar de la vegetación.

 

Durante la noche en el campamento, decidimos hacer una fogata y disfrutar de una buena plática sobre la zona, no recuerdo exactamente como pero llegamos al tema de las ruinas

–          Estas ruinas parecen ser muy nuevas para ser precolombinas- Dijo Felipe un amigo mio

–          Si, son de inicio del siglo XX, pertenecían a un Conde italiano, que se refugio en Venezuela luego de huir de Italia, por haber dejado a su prometida en el altar- Comento mientras comía Wilmer, el otro excursionista.

–          Jajajajaja, y se puede saber que lo hizo dejar a su novia en el altar?- pregunte.

–          Un juego- dijo riendo Alberto-  Al parecer le gustaba mucho apostar y se quedo apostando hasta un día después de la boda, cuando se acordó, ya era muy tarde y vino para acá huyendo de la venganza de los padres de la novia.

–          Ya veo, todos los hombres son unos cobardes y no tienen las pelotas para dar la cara y hacerse responsables de sus acciones –Comento con amargura Elizabeth- Me gustaría que alguien, hiciera pagar a los hombres que lastiman a las mujeres.

–          Déjalo Elizabeth, no nos vengas otra ves con la novela de tu novio, estamos cansados de oírla – espeto Daniel con un ademan de manos.

–          Pero bueno, si quieres te puedo contar una leyenda que circula por esta zona, sobre una mujer que juro vengarse de los hombres, muchos juran que es real, otros que es un invento sin embargo, la leyenda se esparció bastante durante la época colonial, se volvió algo así como un cuento de cuna para los niños de esa época- Dijo Alberto sonriéndonos de manera peculiar – Bueno, solo si no les molesta escuchar una historia algo siniestra antes de dormir.

Aquellas palabras sonaron a reto para nuestro grupo, así que nuestro orgullo nos obligo a responder, a la vez de hacernos bromas entre nosotros para incitarnos entre todos a aceptar.

–          Puedes hacerlo si quieres, yo no me asustare por una historia de terror- dijo Daniel mientras  se paraba y se dirigía a Felipe- pero este cagon seguro que a mitad de la historia se levanta y se larga a dormir.

Todos nos reímos bastante fuerte, más de lo que nos habría gustado, pues al terminar del hacerlo, el silencio sepulcral que nos invadió, fue el punto de partida de la historia que Alberto empezó a relatarnos.

 

–          “Ha principios del siglo 18, en la ciudad de caracas, gracias a la gran migración de blancos de orillas, la ciudad sufrió un acelerado crecimiento. Una de las familias mas importantes que se mudo a caracas, fue la familia Paz Castillo, españoles comerciantes de cacao, que buscaron en la ciudad oportunidades de negocio, se cree que cuando llegaron a la ciudad ya tenían una hermosa hija llama María Teresa.  Durante esa época, se dice que a esta hermosa niña le regalaron un esclavo negro. Tanto la niña como el esclavo, se hicieron amigos, pues la joven no tenía la malicia de la cual se acusa de tener a la mayoría de los españoles de la época. Cuando la niña cumplió 15 años fue comprometida, como dictaban las normas de aquella época, con un rico hijo de españoles llamado Héctor Sevilla, conocido en toda la ciudad de Caracas por su gusto por las mujeres y su desprecio por los esclavos. Cuando la hermosa joven conoció la situación no quiso aceptarla, y le rogo al padre, que le permitirá unirse al convento y dedicar su vida a dios, obviamente el padre no se lo permitió, pues deseaba tener un heredero y ella era la única hija que tenia. Desde ese día la niña perdió la alegría de sus ojos, y el único que lograba calmar su malestar era su fiel amigo Julián Cabadillas, su propio esclavo. Los años que habían pasado juntos no solo había logrado estrechar los lazos de su amistad, si no que entre ellos había empezado a surgir el amor, fue por eso que Julián en secreto a su ama, empezó a rendir oraciones a sus santos, pues aun en secreto profesaba la religión de sus antepasados. Cuando ya faltaba poco para la ceremonia, la muchacha ya no pudo aguantar mas, y le revelos sus sentimientos a su amado, el cual obviamente le correspondió, esa misma noche se entregaron el uno a otro en cuerpo y alma. Luego de ese hermoso acto de amor, de la boca de Julián salió una frase que sellaría su destino “escape conmigo, yo la amo y usted me ama, no necesitamos más”. María Teresa duro varios días en tomar una decisión pero la locura de su amor adolescente  la hizo decidirse, así que cuando Julián le pregunto 3 días antes de la boda lo mismo que había preguntado todos los días desde aquella noche “¿ha tomado la decisión señorita?” ella le contesto lo que él había esperado. “Si Julián, prepáralo todo, esta noche nos vamos”. Esa misma noche, escaparon sin decirle nada a nadie, en el camino Julián agradeció a sus santos que sus plegarias hubieran sido escuchadas, y aunque María Teresa, no profesaba la religión de Julián decidió también dar gracias a los santos de su amado. La mañana siguiente el padre mando a buscara la para el desayuno, pero cuando la sirvienta se dio cuenta de que la joven no estaba en su habitación fue a buscar a Julián para ver si este sabia donde estaba la niña, al no verlo comprendió al instante lo que había pasado, y por miedo a recibir azotes fue a decirle a su amo lo que había pasado, para su desgracia, cuando se lo dijo Héctor Sevilla estaba escuchando y preparo un grupo de sus amigos para iniciar la búsqueda de su prometida. Julián y María teresa habían llegado ya a esta zona pues en toda la noche no descansaron, y al llegar al rio que se encuentra al  este de aquí, decidieron descansar y bañarse juntos. Tardaron mas tiempo del planeado descansando ya que Héctor los logro alcanzar, y al ver que estaban desnudos una ira lleno su corazón, bajo de su caballo con sigilo, y agarro una roca que estaba en el suelo, se acercó y de un certero golpe en la cabeza mato a Julián, María Teresa al ver a su amado tendido boca abajo en el rio tiñendo las aguas con su sangre, arremetió contra Héctor, quien llevado por su furia y la lujuria de verla allí desnuda, la empujo y decidió violarla siendo observado y alentado por sus amigos, al terminar, rifo a la que seria su esposa a sus amigos, uno tras otro violaron a la pobre joven durante horas. Al terminar tan enfermizo acto Héctor agarro a María teresa por los cabellos y estrello su cabeza contra una roca y decidió dejarla allí, pues para el seria una deshonra casarse con una mujer como esa. El y sus amigos abandonaron el cadáver de Julián y a la moribunda niña en el lecho de ese rio. Se cree que luego, la esclava  encontró a la pobre María Teresa, quien con sus ultimas fuerzas le conto lo que había sucedido y le pidió que la ayudara a no ser olvidada. Y llegando al limite de su fuerzas tomo la mano izquierda de su amado y juro que de alguna manera se vengaría de los que habían ultrajado su cuerpo, y matado al amor de su vida.”

 

Cuando Alberto termino el relato de María Teresa, quizás por el tono de su voz, el silencio, el frio y la oscuridad que nos rodeaba, o simplemente por el hecho de que el tiempo parecía haberse detenido, todos nos encontrábamos bastante asustados, incluso juro haber visto una sombra alejarse misteriosamente de Alberto y acercarse a mi.

 

–          Que historia tan buena, nunca la había escuchado- Dijo Carla rompiendo el silencio del bosque.

–          Realmente –comente- Una historia con bastante fuerza, no como los otros relatos de terror que hemos escuchado la mayoría de nosotros…

–          Desde luego – Me interrumpió Elizabeth-  La historia tiene a una mujer como protagonistas, y no sabes cuan aterradoras podemos llegar a ser.

Con ese comentario el aura de terror que invadía a todos los de nuestro grupo se esfumo. Las risas no se hicieron esperar, y poco a poco todos nos calmamos. Sin embargo no pude dejar de notar que Alberto me observaba con una mirada extraña, es como si el sintiera culpa por algo que había hecho.

Luego de terminar la velada decidimos irnos a dormir, pues al día siguiente queríamos llegar a la cima de la montaña, ya que habíamos perdido el tiempo en vano.

A la mañana siguiente me levante a las 5 a.m. y decidí ir al rio a bañarme, trate de levantar a mis compañeros, pero todos querían seguir descansando. Al salir de la tienda vi que Alberto estaba despierto, y me pregunto que hacia levantado.

–          Nada respondí, pensé en ir a bañarme, para estar listo cuando la gente se despierte-le conteste

–          Jajajajajaja, cuidado, el agua del rio debe estar a esta hora helada.

–          No me preocupa, estoy acostumbrado a bañarme con agua fría.

–          Bueno, de todos modos ten cuidado, el bosque a estas horas es bastante terrorífico, especialmente para ti.

Esta última frase al principio me incomodo, pero luego lo tome como una broma y me dirigí hacia el rio. Supe el camino al instante, pues el día anterior había memorizado el camino. Al llegar a una roca que queda sobre el rio me resbale y caí con fuerza en el piso golpeándome la cabeza.  Maldije por lo bajo y me levante, palpe con mis mano el golpe y por suerte me di cuenta de que no estaba sangrando así que proseguí mi camino, había decidido bañarme en una zona donde la corriente no era muy fuerte. Me desnude y me sumergí en el rio, por suerte el agua no estaba tan fría como había imaginado, me quede un rato con los ojos cerrados y al abrirlos pude ver algo que me helaría la sangre mas que  la mismísima agua.

Al otro lado del rio había una pareja también bañándose, sin ningún pudor, al parecer no habían notado mi presencia, así que decidí levantarme y darles privacidad, ya luego yo acabaría de bañarme, en el camino de regreso escucho el grito de la muchacha, al voltearme vi una escena que casi me hace vomitar, habían llegado mas de 10 hombres al rio, y uno de ellos golpeaba la cabeza del que supuse era el novio de la muchacha contra una roca, mientras 2 hombres agarraban a la muchacha por los brazos, mientras el joven yacía en el suelo, el sujeto que lo había golpeado, lo levanto y lo golpeo empujándolo al rio, ya en el agua ambos, el sujeto agarro la cabeza del joven y la sumergió en el agua, cuando dejo de luchar volteo hacia la muchacha que seguía gritando y llorando.

–          Ahora voy a matar a este animal por tomar lo que no le pertenece- Dijo el hombre

Así, agarrando una piedra grande con su manos, la lanzo estrellándola contra la cabeza del joven que yacía en el rio, la sangre broto como un manantial, en esos momentos, mis rodillas flaquearon y caí a al suelo.

La sangre que brotaba del cadáver era tanta que dejo una estela en el rio, nunca pensé que un cuerpo humano podría contener tal cantidad de liquido rojo, esa imagen me hizo dar arcadas pero me resistí a vomitar. Trate de ordenar mis pensamientos y comprendí que estaba viendo de primera mano el trágico final de la historia que escuche la noche anterior.

–          Y a ti, maldita niña, te voy a enseñar a respetar a los hombres- Dijo el que supuse que seria Héctor- Mira que hacerme esto cuando ya la fecha del compromiso esta tan cerca.

Él se acercó a la joven niña y la abofeteo, haciendo que esta callera hacia un árbol. Luego procedió a bajarse a los pantalones, y a tirar de ella por las piernas.

–          Te voy a enseñar lo que es un hombre de verdad- dijo mientras comenzaba a violarla. El grito que profirió la pobre niña fue tan fuerte que tuvo que golpearla para hacer que se callara.

Después de eso simplemente perdí la noción del tiempo, trate de levantarme, pero no podía. Solo viendo como uno tras otro ultrajaba a la pobre niña, cuyas fuerzas se habían agotado, y simplemente se quedaba allí, mirando hacia un lado, y dejando que la trataran como a una muñeca. Al terminar con ella todos los hombres empezaron a vestirse, mientras la pateaban y la escupían mientras se reían de la pobre.  Y fue justo allí cuando paso, Héctor sacando el cuchillo que llevaba en su cinturón, procedió a clavárselo en el estomago, haciendo que el cuerpo de esta se tensionara y profiriera sollozo de dolor.

–          Dejémosla aquí, nadie la encontrara, y si la encuentran pensaran, que la mato el animal este- Dijo Héctor  mientras pateaba el cadáver de Julián.

Fue allí cuando agarre fuerzas y me levante de mi sitio, me acerque y pude ver a la hermosa niña desangrándose, y también vi como se acercaba una mujer negra de como 60 años.

–          Pobre niña- dijo mientras cubría su cuerpo con una manta- Por que no escucho a esta vieja,  que solo trataba evitarles este dolor.

Las lágrimas brotaron de los ojos de la anciana al ver el cuerpo sin vida de Julián, y cargando a la niña la acerco a su amado. La niña que aun seguía con los ojos inexpresivos acerco su mano a la de Julián. Y haciendo uso de sus ultimas fuerzas dijo, con una convicción tan fuerte que erizo los vellos de mi nuca, una frase que quedo grabada en mi memoria.

–          Tranquila Jimena, estoy tan segura de que pagaran por este pecado, todos ellos y su maldita descendencia, es tan cierto esto como que voy a morir aquí y ahora.-y con un movimiento agarro el cuchillo de su vientre y se lo saco.

–          Que así sea mi señorita- sollozo la anciana mientras que con su mano cerraba los ojos de María Teresa. La acostó al lado de Julián, rezo una oración en un idioma poco conocido por mí y se fue.

Quede parado un minuto viendo los cadáveres aun cogidos de la mano, hasta que un sonido a mi espalda me obligo a voltearme. Frente a mi estaba la misma niña a la que había estado observando segundos atrás. Aunque físicamente era la misma niña, había algo diferente en ella, un frio recorrió mi cuerpo al toparme con su mirada.

–          Disfrutaste el espectáculo –dijo- disfrutaste viendo los males que tus antepasados me causaron.

–          No , claro que no –Alcance a balbucear, pues con un rápido movimiento se acercó haciéndome caer en el piso

–          No lo hiciste, ya veo, pero igual pagaras por este pecado, tu y todos aquellos que lleven la sangre de esos desgraciados sufrirán mi venganza- me susurro al oído y agarrándome del cuello, empezó a asfixiarme, con la mano izquierda trate de empujarla y al tocarla simplemente desapareció. Una obscuridad me rodeo de golpe y me desmaye

Al levantarme estaba rodeado por mis amigos mientras Elizabeth trataba de moverme con cuidado, todos tenían una expresión de susto en su cara.

–          Estas bien?, al parecer te caíste de esa piedra y te golpeaste la cabeza, estuvimos buscándote por casi una hora, por que nos pareció raro que no llegaras al campamento- sollozo Elizabeth

Me Incorpore con dificultad, estaba mareado y confundido, ¿que mierda había pasado?, ¿Dónde estaba? Poco a poco recordé lo que había pasado y entendí que al caerme me había desmayado, y que todo lo que experimente no fue más que una pesadilla. Las voces de mis amigos al fondo preguntando si estaba bien no me dejaban pensar con claridad, pero aun así me alegre de su preocupación

–          Ya dejen de gritar, no se dan cuenta que lo atormentan- Dijo  Carla- te encuentras mejor

–          Si, solo un poco mareado, déjame levantarme.

Con un poco de ayuda nos dirigimos al campamento, el cual ya estaba prácticamente recogido. Allí estaba Alberto quien me dirigió una extraña mirada.

–          Nos tenías preocupados ¿Dónde estabas?

Mis amigos le contaron donde me encontraron, y luego procedí a contarle lo que me había pasado, pasando por alto la visión que había tenido. No quería revelarles que esa historia había causado tal impresión en mí. Después, a pesar de que mis amigos seguían preocupados, decidimos seguir subiendo, y al cabo de unas cuantas horas ya habíamos llegado al pico Naiguatá, nuestro destino. Pasamos el resto del día hablando y recuperando la energía para el día siguiente emprender el descenso.

El viaje había terminado, dejando a todos satisfechos de haber desfrutado el hermoso paisaje. Sin embargo a mi me dejo un malestar, que atribuí a la caída, y a la pesadilla que había tenido. Cuando el descenso termino, nos despedimos de Wilmer y Alberto, quienes se dirigieron a su carro, me di cuenta de que Alberto discutía con Wilmer, quien al escuchar algo se puso pálido como un fantasma. Cuando ya habíamos guardado todo en el carro me acerque a despedirme de nuevo de los muchachos.

–          La pasamos muy bien –dijo Elizabeth- Gracias por acompañarnos y amenizar el viaje con la historia del espíritu que contaste.

–          No hay de que  -Dijo Alberto y siguió despidiéndose de los demás, cuando estaba por montarse en su coche, me dijo algo que realmente me sorprendió.- Tuviste mucha suerte, sabes, esa pulsera que tienes en la mano izquierda cumple la misma función que la que tenia Julián.

Con esa frase cerro la puerta y me dejo pensativo observando mi Ilde.  Decidí no pensar en eso y regresar con mis amigos y saber que haríamos el resto de las vacaciones.  Ese mismo día en la tarde recibo una llamada de mi Padre, diciéndome que estaba en Venezuela y que tenia tiempo intentando comunicarse conmigo para que pasáramos unos días en la playa, pues teníamos cerca de un año sin vernos.

Al día siguiente me ya con todo preparado, baje al estacionamiento, y mientras estaba en el ascensor, escucho como unas piedrecitas cayendo al piso, cuando miro, observo que mi ilde se había roto. Al levantar la vista, fue un segundo nada más, pero juro haber visto la imagen de María Teresa reflejada en el espejo del ascensor. Me caí al suelo y Carla se rio, por que pensó que solo me había resbalado. Aun asustado le dije que no había pasado nada, llegamos al carro y emprendimos camino a la casa de mi padre.

Llegamos sin ningún contratiempo, y después de las presentaciones pertinentes fui hacia el cuarto en el que dormiría con Carla. Desempaque el poco equipaje que llevaba y pasamos el día en la piscina hablando y poniéndonos al día mi padre y yo.

Al llegar la noche estaba agotado y me acosté a dormir, sin siquiera bañarme, poco es lo que recuerdo de esa noche, pero si sé que me levanto el grito de Carla quien me agarraba los brazos, y me gritaba “Despiértate” repetidamente, mi padre entro en la habitación y prendió la luz.

–          Que pasa- dijo al vernos, intuyo que pensó que estábamos peleando o algo por el estilo- ¿Hijo es eso sangre?

Me levante y vi en el espejo que tenia rasguños alrededor de mi cuello, y que al verme las manos estaban llenas de un poco de sangre. Carla llorando nos conto.

–          Hace como 15 minutos, cuando entre en el cuarto y te vi dormido, te note como ofuscado y moviéndote de un lado a otro. Pensé que tendrías una pesadilla, pero al acercarme te quedaste quieto y preferí no despertarte. Me acosté en la otra cama y apague la luz. Hace como dos minutos te escuche otra vez moviéndote, encendí la luz y te vi convulsionándote y rasguñándote el cuello. Me levante he intente levantarte mientras evitaba que te hicieras mas daño

Vi sus brazos y me di cuenta que su historia era real, varios rasguños en sus brazos lo comprobaban. Mi padre se fue al baño y trajo el botiquín paralimpiarnos las heridas, nos dejo solos para que habláramos. Tenia pena por haberle hecho eso a Carla. Esa noche no pude dormir, y estoy seguro que Carla tampoco. A la mañana siguiente fui al cuarto de mi padre, y le comente que no me acordaba de nada de lo había pasado. Me tranquilizo y me dijo que seguro era el stress, luego de eso se percato de que no llevaba el ilde.

–          Que paso con tu ilde-pregunto.

–          Nada –Respondí-  Ayer cuando venia para acá se me rompió

–          Siempre tienes que tenerlo puesto, creo que tengo lo necesario para ponértelo de nuevo.

Me sentí un poco incomodo con mi padre poniéndome el ilde, tratando de averiguar todo los detalles de como se rompió, estoy seguro que sabia que le ocultaba algo, pues es muy difícil engañar a un babalawo y mucho mas si este es tu padre, pero no me importo. No quería parecer un cobarde frente a él. Al final me dijo que lo llamara si se rompía de nuevo, y que si no podía el ponérmelo, me pondría en contacto con su padrino.

Ya después de ese día, el tema se dio por olvidado, terminamos de pasar las vacaciones con mi padre, y empezó de nuevo la rutina laboral. Había pasado cerca de un mes y ya casi me había olvidado del tema por completo, cuando durante el almuerzo Felipe nos soltó una noticia que nos perturbo bastante.

–          Oigan chicos, ¿se acuerdan de Alberto, el muchacho con el que incursionamos durante semana santa? – Dijo, y al ver que todos asentíamos  prosiguió- Lo encontraron muerto en su casa, miren esta en el periódico.

Agarramos el periódico y leímos la noticia, era verdad, al parecer se había suicidado. La noticia nos inquieto bastante a todos, es verdad que ninguno había hablado con el desde semana santa, pero saber que alguien a quien conoces se suicido es un poco escalofriante.  Esa tarde al salir del trabajo le pregunte a Carla si quería que la llevara a su casa.

–          No se viene conmigo – dijo Elizabeth- me va a acompañar a comprar unas cosas.

–          Bueno –dije mientras me montaba al carro- Cuídense hablamos mañana.

Me dirigí a mi casa, llegue y procedí a meterme a bañar, ya en la ducha escuche el mismo sonido del ascensor, piedrecitas golpeando el piso. “es extraño que se rompiera otra vez” pensé mientras empezaba a recoger las partes del ilde roto. Termine de bañarme y vague un poco por internet antes de acostarme a dormir. Esa misma noche  tuve una pesadilla, no recuerdo muy bien de que trataba, solo recuerdo que fue con María Teresa, ella me decía algo, seguía siendo la misma niña que había visto, pero al igual que la ultima ves, había algo en ella realmente terrorífico.

Los sueños siguieron varias semanas, no había noche en la que no soñara con ella. No me era posible nunca recordar lo que soñaba, pero siempre me levantaba asustado y con un una fina capa de sudor en la frente. Que estaba pasándome, ya casi ni podía dormir. Pasaba las noches despierto haciendo cualquier cosa en internet.  Me encontraba agotado todo el día, pero al llegar la noche no podía dormir más de una hora sin levantarme.

Comente esta situación con un amigo del trabajo, que esta estudiando psicología, y me dijo que podía ser stress, y que lo mejor para aliviarlo, era escribir lo que me pasaba. Por eso decidí empezar a escribir esto, obligándome cada noche a escribir un poco más.

Por extraño que parezca, la terapia realmente funciono. Las noches en que me sentaba a escribir, podía dormir sin tener ningún sueño extraño, por eso cada día le dedicaba más tiempo a la historia. Pase varios días y mientras mas avanzaba, un sentimiento de culpa me invadía, es verdad, podía dormir mejor, pero escribir este relato me hacia sentir mal conmigo mismo.

Al terminarlo de escribir por primera vez, decidí borrarlo, no tenia idea de que mas hacer con el. La misma noche en que borre el relato, tuve la peor pesadilla hasta ese día. Estaba en mi cuarto cuando me dieron ganas de ir al baño, al terminar y mientras me lavaba las manos vi al espejo, y allí estaba ella otra vez, al intentar voltearme sentí como si una fuerza me empujara hacia el espejo aunque ella no se hubiera movido. Alcance a poner mi brazo derecho para protegerme la cara, pero el vidrio se rompió haciendo que me cortara el brazo. Al voltearme María Teresa me acaricio suavemente la mejilla y me dijo “no seas tonto, crees que te habría permitido seguir con vida si no me fueras útil. No hagas otra vez que me moleste, pues la próxima vez no seré tan benevolente” se separo de mi.  Luego de eso puso su mano en mi frente y perdí la noción de mi mismo. Cuando me levante entendí que había sido una pesadilla, pero al sentir un agudo dolor en mi brazo lo vi, sangre seca con fragmentos de vidrio en todo mi brazo.  Que mierda estaba pasando conmigo. Llame a Carla para que viniera a ayudarme, pues con mi mano izquierda no podía limpiarme las heridas. A los pocos minutos llego y se puso a limpiarme la herida del brazo.

–          Que te paso, volviste a tener una pesadilla- su cara demostró una clara mueca de espanto

–          Claro que no tonta- mentí- fui al baño y me resbale por que no lo seque al terminar de bañarme, eso fue todo.

Al parecer creyó mi historia pues no hizo ninguna pregunta. Ese día se quedo a dormir en mi casa. A la mañana siguiente pidió mi computadora prestada para enviar unos correos, al prestársela vi que un archivo Word estaba abierto. El mismo archivo que había borrado la noche anterior, eso no era posible pues estaba seguro de haberlo eliminado, al detenerme a leerlo, vi que era bastante parecido, pero no era el mismo. Sea como sea, tras cambiar la historia un poco y guardarla, le preste la computadora a Carla.

El resto de la semana transcurrió normalmente, la gente en el trabajo me preguntaba que me había pasado. Espere un poco para que la anécdota de mi caída fuera olvidada. Sin embargo en mi casa las cosas no cambiaron, las pesadillas eran cada vez más lucidas, incluso cada vez era más fácil recordar fragmento de lo que decía María Teresa en esos sueños. Solo decía frases como “descendencia maldita” y “sufrirán un dolor inimaginable”.

Ya en realidad no sabia que esperar, me molestaba llegar a mi casa, por que sabía que solo tendría unas pocas horas de sueño y sé que despertaría tras tener una pesadilla peor que la noche anterior. Sin embargo ya el cansancio era inaguantable, por eso ese día decidí usar pastillas para dormir. Sucedió lo mismo, otra vez soque con María Teresa.

–          Mi paciencia se esta terminando – recuerdo perfectamente que dijo- espero que pronto termines. Del resto me encargo yo como la última vez.

–          De que estas hablando pregunte- ya estaba cansado de esta situación- que quieres que termine.

–          Quiero que compartas la misma misión y destino que Alberto. Es muy sencillo, solo tienes que ayudarme a encontrar a mi próxima victima -espeto con una sonrisa irónica en su rostro.

–          No te ayudare – grite mientras ella simplemente negaba con su cabeza- esta mierda acaba aquí

–          Sabes que eso ya no depende de ti- dijo mientras desaparecía, llevándose con ella toda la luz de mi alrededor dejándome en la obscuridad.

Al levantarme al día siguiente me di cuenta que había logrado dormir mas de 8 horas, no había sido un sueño placentero, pero amenos había descansado un poco mas pero ya era tarde para ir al trabajo. Llame a mi jefe y le pedí disculpa por faltar alegando que no me encontraba bien de salud.

Pase esa mañana acomodando mi casa pues no tenia nada que hacer. A eso de las 11 recibí una llamada de mi padre, preguntándome como estaba todo. Le dije que estaba bien para que no se preocupara, me dijo que esa noche quería verme.

–          Porqué no ahora ahora- le respondí- Falte al trabajo por que no me he sentido bien, pero podemos vernos, si quieres llego hasta tu casa en una hora, espero que te sirva.

–          Me parece bien, yo estoy llegando aquí. Entonces te espero.

Inmediatamente me metía a bañar, para prepararme lo más rápido posible y salir de mi casa, por alguna extraña razón después de esa llamada no me sentía cómodo estando allí. Termine  de vestirme y me dirigí a la puerta, al abrirla estaba ella otra vez. Di un paso hacia atrás.

–          Crees que te permitiré ir con alguien que te puede brindar protección –grito haciéndome caer al piso- ESTA VEZ NO

–          Que maldita mierda quieres de -mi grite.

–          Solo tu vida, solo eso te permitirá expiar los pecados de tus antepasado

–          ¿Mi vida? ¿Pecado? – fue lo único que alcance a murmurar

–          Si, con tu vida limpiaras parte del pecado que tu ancestro junto con Héctor Sevilla cometieron, al abusar de mí y al matar a mi amado.

Se acercó a mi, volvió a tocar mi frente, y caí en un sueño profundo.

Al levantarme estaba en el hospital, mi padre estaba a mi lado, note que tenia el brazo izquierdo completamente vendado.

–          Te encuentras mejor hijo?- me dijo viéndome con extrañeza

–          Que paso, que hago en el hospital. Que paso con tu brazo

–          Me preocupe cuando no llegaste a mi casa así que trate de llamarte, como no me contéstate fui a tu apartamento. Al entrar, te vi en la computadora escribir como loco. Cuando intente detenerte, te abalanzaste contra mí golpeándome y mordiéndome en el brazo. Agarre tu pisapapeles que había caído al piso y te golpee en la cabeza. Luego leí lo que estabas escribiendo y lo comprendí todo.

–          Enserio, no recuerdo nada- Dije mirándolo con extrañeza.

Pasaron los días y había dejado de tener pesadillas, me había mudado esos últimos 4 días con mi padre. Este mostraba muy preocupado por mi. Esa misma noche me dijo mientras se cambiaba el vendaje en la cocina:

–          Fuiste muy estúpido al no llamarme sabes, podríamos haber afrontado esto juntos- era la primera vez que hablábamos de lo sucedido desde el hospital-

–          No quería que nadie pensara que estoy loco, incluso yo mismo empiezo a creer que los que pasó fue producto de mi imaginación.

–          La prueba de que no estas loco esta en el relato que escribiste, incluso creo que seria bueno que lo publicaras.

Me quede viéndolo con extrañeza, procedió a salir de la cocina y sentarse en la sala a leer el periódico en la sala.

–          No creo que lo haga, lo mejor para mi seria olvidar todo este asunto.

–          Seria tonto de tu parte. Tienes una gran historia entre tus manos -dijo riéndose y rascándose la cabeza.

–          Por cierto papá ¿que paso con tu ilde?

 

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XKetherX

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35 comentarios

Trataré de ser breve:

Texto muy bueno, bien narrado, con parajes sombríos, oscuros y maléficos, una buena descripción, se nota que nada ha sido dejado al azar.
Quizás, también, ahí está tu error; hay demasiada información, tienes habilidades para mantener al lector atento, pero a veces el mismo texto se vuelve tedioso; Hay demasiada información, tanto de la historia en si cómo del mito, y eso puede aturdir al lector, e incluso, quitarle un poco la magia.
Pero lo demás es excelente, bien escrito, acomodado, faltas de ortografía que no vale la pena mencionar… Me gustó 😉
4/5 y +1 , saludos, colega 😉

esta feo… no me gusto para nada, podrias hacerla de nuevo toda por favor? te falto agregar al tipo que brilla con el sol, y al otro tipo que toma esteroides y se convierte en chihuaha…
tambien quedaria mejor si pusieras que el negro los agarro a cachetadas con su «latigo cepa» antes de morir…

bueno no, si esta padre, pero creo que cambiaste de manera muy subita tu estilo, es un poco larga y me confundio cuando vi que casi todo se enfoca en lo mismo sin tomar muchos elementos de otro lado, yo en lo particular no entendi mucho acerca de las pulseras ni de lo que pasa al final, digo, igual el papa termino poseido o algo por el estilo supondre… pero en general esta muy bien

Entiendo lo que dices del estilo IanChris, es que aun estoy en busca de mi estilo de narración, sin embargo siento que mejore bastante con respecto al anterior. También sé que esta muy largo, pero preferí publicarlo como un solo creepy que dividirlo en partes como estuvo de moda hace algunas semanas.
Mautematico…. COMPARTE LO MEMES CON LOS MORTALES.
Es en serio.

Muchas gracias, y si, sé que esta un poco larga, pero aunque quisiera no podía hacerla mas corta(y no quería ajajajajajajja). Gracias por el comentario.

Muy buena la historia se siente bien escuchar una historia de tu país. Ah por cierto también tengo una ilde y ahora no dejo de mirarla! jajaja

Lamento que te haya aburrido, si sé que es muy larga. Tratare que sea menos tedioso mi próximo creepy, grax por el comentario. Ahhh y con respecto a las malas palabras… no creo haber abusado de ella, e incluso considero que son pocas para la situación que vivió el protagonista.

Lo de las pulseras no es tan complicado, es una pulsera que en la religión Yoruba sirve para proteger al portador de cualquier energía negativa que intente perjudicarle, generalmente se rompe cuando por alguna razón eres victima de una “maldad” muy grande.

En la pagina hay varias historias de Venezolanos, pero quise hacer una un poco mas autóctona, que tocara temas un poco mas relacionados con nuestra cultura… y bueno creo que me salió bastante aceptable, mas aun por que causo esa impresión en ti. Gracias por comentar.

la verdad es uno de los mejores creepys que vi hasta ahora , y como algunos dijeron , es bastante larga , pero eso es lo que mas me gusto que fuera larga , me dio intriga el final cuando el protagonista le dijo al padre que paso con su pulsera , pero me encanto , en general leo cosas asi de espiritus y esas cosas , bueno la verdad fue grandioso el texto espero leer mas cosas tuyas saludoss!!!

Creo que es un final que queda a la imaginación, puede ser que su padre se sacrificó por el y le dio su ilde, o que su padre no sea su padre sino María Teresa… Depende de como lo tomes

No sé porque no te eh calificado, ni se porque no deje comentario, y mucho menos se porque la tengo anotada en mi agenda para leer si ya la había leido :yaoming:

En fin, a mi me gusto y mucho, no tanto como la primera, pero me gusto, el final sobre todo, pobre =/

No esta mal, creo que ya comprendí el final, ese no era el padre, era María Teresa, por eso no tenía su ilde y por eso trato de convencerlo de que transmitiera la historia :cerealguy:

jimena, julia y maria teresa son la misma? lo menciono porque en un parrafo se dicen los 3 nombres pero como refiriendoce a una sola persona.. o me perdi vilmente en el texto?
por sierto excelente historia 5/5 +1

A mi un babalao me puso una pulsera en la mano izquierda de Orula, para proteccion y mi abuela dice que si se rompe me tiene que poner otra… o__o

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