El croar de los sapos

¿La razón por la que estoy en este manicomio? No eres el primero que me lo pregunta y de seguro no seras el ultimo. Esta bien, te lo contare:

Junto con un grupo de amigos, habíamos planeado y estábamos llevando a cabo un excursión a una pequeña y algo olvidada aldea de Inglaterra. Los lugareños nos advertían en cuanto a lo imprudente de nuestros planes de pasar unas cuantas noches en una playa cercana. Contaban historias de seres antiguos y amorfos, moradores de los océanos  Una mezcla de hombres y sapos: fuertes, rápidos y ágiles en el agua, algo lentos y torpes en tierra. Nos contaban que esas criaturas usaban a los sapos y ranas como radares para localizar potenciales presas terrestres. «Les gusta la carne humana» -decían- «pero se conforman con los peces que suelen atrapar».

«Nadie de la aldea se aventura a la playa solo, y mucho menos de noche!» Según dijeron llevaban casi un siglo sin que alguno de ellos se atreviera a pasar la noche allí  tan cerca del supuesto lugar de residencia de los seres. Admitían que ninguno de los que ahora vivían en el pueblo habían visto jamás a una de esas criaturas, pero aseguraban que sus antepasados cercanos si las habían visto y habían tenido problemas con ellos. Su miedo provenía de esas historias, con  las cuales tenían la esperanza de disuadirnos.

Como extranjeros incrédulos  ignoramos las pomposas advertencias y nos dispusimos a pasar un par de noches en la playa… Sería una buena ocasión para intimar con las chicas del grupo. Pasamos veladas agradables, disfrutando del agua de playa y de la compañía de nuestros amigos.

El desastre ocurrió la 4ta noche: habíamos acomodado nuestras carpas y nos preparábamos para dormir. El progresivo aumento del croar de las ranas se estaba volviendo muy molesto, por lo que decidimos que esa sería nuestra ultima noche alli… tristemente, lo fue.

Yo me levante a mitad de la noche y me fui a un lugar algo para cumplir con el llamado de la naturaleza. Cuando termine con mis «necesidades» regresé al campamento. Mientras me acercaba, pude oír ruidos extraños, como gritos ahogados. Me acerque más y descubrí extrañas figuras entrando y saliendo de las carpas de mis compañeros, eran realmente horribles! La luz de la luna iluminaba cuerpos jorobados y deformes, erguidos, con brazos que llegaban hasta el piso, bocas realmente anchas y ojos negros como la noche. Vi como estrangulaban y devoraban a mis amigos. Estaba paralizado de terror. Puse toda mi energía mental en el esfuerzo de no desmayarme ni gritar.

Entonces sucedió:  una de esas… cosas me vio, tomó a uno de mis amigos muertos, le arrancó un brazo y, simulando lo que parecía una sonrisa, estiro su largo brazo con el brazo de mi amigo en su mano hacia mi, en un macabro ademan de ofrecimiento. Eso me hizo reaccionar: corrí, corrí como nunca, corrí ignorando las espinas que pisaba, los cortes que me hacia, ignore todo hasta que llegue al camino que conducía a la aldea, seguí corriendo hasta llegar. Llorando y gritando conté mi historia, solo para recibir respuestas como «se lo advertimos» o «ya no hay nada que hacer».

Hablé con la policía  cuando logre convencerlos de que al menos fueran al lugar de los hechos, solo conseguimos unos cuantos trozos de tela. Trataron de convencerme de la imposibilidad de mi historia, me llevaron con especialistas tratando de hacerme cambiar de idea… Nunca cambie mi historia, no podria hacerlo.

Esa es… esa es la razón por la que estoy aquí  La verdad es que lo prefiero de ese modo, aquí me alimentan y tengo alojamiento. Además, en esta ciudad no hay ni mares, ni ríos cerca. Eso hace que me sienta a salvo… Aunque, por las noches no consigo dormir bien, ni siquiera encerrado en mi habitación… Es eso… es el croar de los sapos

Creación propia. Basada en el cuento de H.P Lovecraft "La sombra sobre Insmount"

Theacher

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