«El correo»

Eran alrededor de las 11 de la noche, no había ni una sola luz prendida, estaba sola en mi casa y  mis padres habían ido a cenar, ya que era su aniversario.

Había estado todo el día en Facebook y como no tenía nada que hacer, recordé que hace tiempo no iniciaba sesión en Messenger. Ingresé a mi bandeja de correo electrónico y tenía miles de correos. Me aburrí, así que ya iba a salir de mi cuenta, pero en ese mismo momento me llegó un correo de un tal “Julieta Ampares”. Nunca había oído tal nombre, pero recuerdo que me envió un correo llamado “¿Te parezco bella?”

Me dio curiosidad así que abrí el correo; era una presentación de Power Point, y al inicio solo salió una puerta de color negro.

Le di muchas veces enter (Que sirve para cambiar de diapositiva), pero no pasaba nada, así que me iba a salir de la presentación, pero en ese momento salió una mujer con un vestido blanco y zapatillas negras… Me horroricé  al ver que el rostro de esa mujer estaba deformado, luego eché una carcajada y dije bromeando: “Esa mujer solo será bella cuando esté muerta”.

Más tarde quise quitarle el volumen  a mi lap-top, pues hoy en día todos los correos tienen bromas de sustos.

Pero cada vez que oprimía el botón de silencio, se volvía a poner en máximo volumen. Me cansé de batallar así que seguí mirando la presentación y la mujer miró fijamente hacia el frente, fue algo traumático, ya que miraba hacia mis ojos.

Empezó a llorar lágrimas de sangre y como pensé que iba a pasar algo, intente ponerle en silencio de nuevo, pero ahora, en el momento en que le oprimí la mujer comenzó a gritar como si la estuvieran asesinando.

Me asusté tanto que oprimí el botón de apagado. La computadora ya no estaba funcionando. El susto había pasado.

Fui a la cocina por algo de cenar y me encontré algo magnífico: Galletas hechas por mi mamá. Luego me dirigí por un vaso para servirme un poco de leche, y cuando fui me encontré con unas zapatillas negras. –“Que raro” Mi mamá nunca deja sus zapatos aquí. Luego recapacité y me di cuenta de que eran iguales a las de la mujer del correo.

Traté de olvidarlo y subí a mi cuarto con mi cena.

Al volver, mi computadora estaba encendida de nuevo.

Empezó a iniciar sesión solo, y hubo algo que me dejó helada: Los muñecos del logo de Windows Live Messenger no estaban azul y verde, ¡Estaban color rojo!

Tiré mi cena al suelo, cerré la lap-top y  encendí la luz de mi cuarto.

De la computadora se escuchó el grito más escalofriante de toda mi vida, y era igual al de la mujer del correo.

Llamé a mis padres, pero no contestaron, así que me metí en mis sabanas, comencé a orar y de repente escuché una voz a mi lado que solo decía: “Soy, soy, soy, soy…”

Me levanté lenta y aterrada y quité la sábana.

Era el cadáver de la mujer, y tenía una nota: “Ahora que estoy muerta… ¿Te parezco bonita?

Me desmayé y al día siguiente desperté en un hospital, mis padres estaban a mi lado.

-¿Qué ocurrió? – Les pregunté.

– Mi princesa, que bueno que estás viva. –Dijo papá.

– ¿Dónde está ella?

– ¿Quién mi cielo?

– La mujer.

– No sabemos de qué estás hablando, te tropezaste y caíste de las escaleras. Te fracturaste el cuello, pero…. Mi amor tienes que ser fuerte. Además… Te desfiguraste la cara.

-¡¿Por qué?! –Grite

-No hay explicación de qué te ocurrió, porque todas las puertas estaban cerradas y nadie podía entrar. Una enfermera muy “amable” llamada Julieta Ampares se ofreció a acompañarte en la ambulancia. Antes de que cerrara las puertas de ésta, nos dijo: ¿Les parezco bonita? Y la ambulancia partió.