El Baño

Esa noche no podía dormir en mi cuarto, estaba segura que estaba llena de bichos, cucarachas, arañas, moscas, mosquitos… ratones suaves y mojados. Mis pies eran más silenciosos que los besos, pero besar no era algo que tuviese en la cabeza en ese momento.

Mejor dormir en el salón, en el sofá con una manta aunque era incomodo y se me clavaban en la espalda los listones de madera que sujetaban los cojines. Sentía un poco de consuelo en dormir de esa forma tan espartana, no era más que un auto- castigo que aliviaba mi alma y me dejaba meterme en mis sueños.

Me despertó de pronto un ruido, ruido acompasado, glub, glub, glub, gotas de agua. ¿Hay goteras en el techo? Encendí la luz y vi que no, allí estaba todo normal. No, no llovía además, la noche era totalmente tranquila, silenciosa, podía oír el silbido tenue de la electricidad estática de la tela del sofá en mis oídos. Entonces me di cuenta que eran gotas de agua que se oían en el baño.

¿Hay alguien ahí? Pregunte con una voz poco creíble. Después de decirlo me sentí un poco tonta. No hay nadie, no puede haber nadie, estoy sola en casa. Nadie va a volver. Me levanté a cerrar la llave para que dejara de molestarme.
Entre en el cuarto de baño y encendí la luz, vi que toda mi ropa estaba tirada dentro de la bañera y yo la había dejado colgada en la percha. Estaba toda mojada, mis calcetas, la blusa, pantaletas y todo se había vuelto de un solo color, rojo  como la sangre o rojo como mis  pantalones. Distinguí también algo marrón, grande que se movía y que en ese momento no conseguía identificar. Era un bicho. Al fin supe lo que era, una rata enorme, inmensa, peluda y fea que me miraba con cara de pocos amigos o mejor dicho, con furia.

No podía subir por el resbaladizo y pendiente esmalte de la bañera, no podía saltar porque había demasiada agua y la profundidad no le dejaba encontrar la base para poder impulsarse hacia arriba. Nadaba y nadaba buscando apoyo emitiendo débiles sonidos.  ¿Pero y si al final podía saltar? Dicen que las ratas son muy listas ¿Y si me salta a la cara? Seguro que puede ¿Si me salta a la cara?

Lo primero que se me ocurrió coger fue una toalla y con toda mi fuerza arremetí contra ella y se deslizo por el agua y volvió a subir, quede mojada y sentía el frio del agua que era poco natural ya que me habia bañado apenas unos minutos antes y la rata seguía nadando dentro de la bañera. Intentando salir de allí, dando saltos cada vez más altos.
La toalla cada vez pesaba más y más me costaba dominarla por que estaba mojada y mis movimientos lanzaban agua por todo el baño.

Necesito otra cosa, algo. Me decía a mi misma. Fui a la cocina y allí encontré la escoba. Volví al baño y cuando llegue vi que la rata de un salto conseguía salir de allí, corría por el suelo hacia donde yo estaba. Me defendí con el palo de la escoba pero aún así no pude evitar su ataque, me clavo sus dientes en la pierna. Empezó a salir sangre, y seguía mordiendo mientras yo intentaba defenderme con la escoba y la rata con cada mordida que me daba se hacia más y más grande.
Gritaba desesperada para que alguién me ayudara a deshacerme de esa cosa hasta que se volvio monstruosamente grande.

Por fin la rata se dio cuenta que yo ya estaba muerta, las fuertes mordidas y el panico me habian matado. Los huesos de mi pierna habian quedado al descubierto junto con algunas costillas y huesos de mi cadera.
La rata se fue no sé dónde, la vi salir por la puerta de la terraza, supongo que iría a buscar a otra victima.

Yo me sentí tranquila, me levante del piso del baño y puse un café negro, cargado y me lo bebí lentamente.
Pensé en llamar a mi amiga Teresa para contarle lo que me había pasado pero no lo hice. Era tarde para hacerlo, a las tres de la madrugada ella debia estar dormida y tal vez estaba cansada por haber trabajado en su jardin. Pero aun podia ser tiempo para salir por una copa ¿Pero a dónde iba yo con esas fachas? Estaba herida, con los huesos expuestos y la ropa hecha pedazos dejando ver mucho más de lo que desearia.

Rata gigante

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Orihime

Soy una niña tierna y sencilla que se asusta muy fácil y que cree en muchas cosas sobrenaturales. Mi abuela era curandera y mi abuelo santero, el unico recuerdo que llevo de ellos es una sirena de plata que llevo siempre como amuleto y que me ha dado suerte y protección.

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2 comentarios

Esto es basado en algo que viste en tu baño? x) soy muy fan de tus historias, esta me ha gustado bastante 😀 votaría si pudiese :I

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