Dulces sueños

—¿Lo escucha, verdad? —pregunté sonriente, mientras veía la ventana detrás de ella, donde las cortinas tapaban cualquier entrada de luz, u oscuridad.

—¿Escuchar qué? —preguntó con una expresión entre dudosa e irritada, mientras lentamente giraba su rostro hacia la ventana.

—La lluvia. Pronto lloverá —terminé con una sonrisa en mis labios. Dejé de mirar a la ventana y la miré a ella. Su rostro ya viejo no la dejaba apreciar muchas de las cosas que daba la vida; la seriedad en sus ojos mostraba indicios de que le importaba poco lo que decía.

Meneó la cabeza y acomodó de nuevo los papeles en la mesa. Suspiró agobiada y el teléfono de su escritorio comenzó a sonar. Contestó a la llamada y como si fuese natural, me miró frustrada y salió de la habitación con el teléfono aún posado en su mejilla.

Me quedé en la habitación al menos más tiempo del que creí que la llamada duraría, y el silencio comenzó a invadir el cuarto. El «tic-tac» del reloj pasó a ser lo único que escuchaba y su voz, su chillada voz se empezó a escuchar en mi cabeza. Meneé la cabeza y respiré hondo. Me enrosqué en el asiento dejando mis rodillas alrededor de mis brazos y comencé a tararear. ¿La luz de la habitación siempre había sido tan oscura? En este momento no lo recordaba. Su voz, de nuevo, me hablaba. Lo único que lograba mantenerme calmada era los latidos de mi corazón que cada vez parecían acelerarse más. Comencé a respirar entrecortadamente y cerré mi ojos.

—Bien, ¿en qué estábamos? —Su voz me despertó de mis pensamientos y abrí los ojos con sobresalto. Miré a mi alrededor y el foco del techo iluminaba toda la sala. Saqué un suspiro de satisfacción y me reincorporé en la silla, quitándome el sudor de mi frente con el dorso.

Se sentó y entrelazó sus dedos dejándolos sobre los papeles y frente a ella.

—Cuéntame Alice, ¿volviste a tener pesadillas?

—Supongo que ya son parte de mis recuerdos, Meredith. Aunque… irónicamente no recuerdo mucho lo que soñé. —Mentí, sonriente, mientras seguía mi vista a la nada.

—Tu mamá dijo que estuviste gritando por horas, y que rasguñaste tus propios brazos; ¿me dejarías ver? —Sus ojos se posaron en mis brazos y yo tan sólo alargué la manga de mi blusa para que no se viesen mis muñecas. Me paré de donde estaba sentada y caminé hacia la ventana, abrí una de las cortinas para ver el cielo, aparentando no escuchar lo siguiente que venía—. Al menos cuéntame cómo empezó todo.

Al final supongo que todo empezó por jugar de más, como siempre sucede. Era uno de esos días en los que la curiosidad osa por matar al gato, en un decir, por supuesto. Mi amiga Danielle había visto en línea un nuevo juego del que conocíamos poco, pero que las películas americanas —según ella— lo volvían una cosa asombrosa. Las reglas pedían más de dos personas, así que Danielle insistió en invitar a otra chica, de la cual, su nombre hasta la fecha desconozco.

Las tres nos reunimos un viernes en la noche si puedo recordar. La chica de la que el nombre, e incluso voz, desconocía quería comunicarse con una amiga suya que había fallecido, y como nosotras no tuvimos objeción, así fue.

Era uno de esos juegos espiritistas de magia negra, al final no pensé que nada extraño fuese a suceder. Había sido en mi casa, en mi cuarto para ser más precisa. Mis padres se habían divorciado desde hace meses así que mi padre ya no vivía con nosotras, y mi madre se la pasaba todas las noches en los bares, en busca de «su nuevo amor». Habíamos apagado las luces y tres velas estaban en el centro en forma triangular. Nos habíamos sentado en círculo cruzando nuestras piernas. Cerramos nuestros ojos y agarramos nuestras manos, nos balanceamos de un lado al otro lentamente como en las películas. Danielle comenzó a musitar palabras que tenía escritas en un papel y que sencillamente carecían de algún sentido lógico.

—Sé que estás ahí, espíritu. Nosotras somos esclavas de la oscuridad, vírgenes de la luz. Invade nuestras almas más no nuestras mentes. No dejes que la locura nos asesine. Permítenos ser testigos de tu poder, oh Gran Señor.

Ella continuó hablando y de pronto la otra chica comenzó a gritar, horrorizada. Quitó la mano con agresividad de la mía y de la de Danielle y se echó a llorar. Las velas se apagaron al unísono y de la ventana un aire furioso sopló contra nosotras.

—¡Idiota! ¡No puedes cerrar el ritual tan abruptamente! —gritó Danielle mientras azotaba el papel que tenía contra el piso. La chica desconocida salió corriendo de mi cuarto, Danielle la siguió y se despidió de mí con un «luego te llamo» después de un guiño.

Yo me quedé ahí, sentada. El aire comenzó a soplar entre mi cuello y me quedé atónita, mirando a la nada. No recuerdo cómo dormí esa noche, y ciertamente, no recuerdo si dormí esa noche.

Los siguientes días pasaron fuera de lo normal. Escuchaba voces donde no las había. Pensamientos escalofriantes se cruzaban por mi mente y no podía negar que comenzaban a incitarme. Las pesadillas fueron la gota que derramó el vaso; cada vez, cada día, eran más atroces y demostraban lo que las voces en el día me impulsaban a hacer. En uno de mis sueños me encontraba parada frente a mi habitación, había alguien frente a mí, de espaldas, hincado de rodillas y llorando. Era mi madre, Carolina. Le preguntaba por qué lloraba, ella sólo negaba con la cabeza. Con duda me le acerqué y toqué con mi mano su hombro, diciéndole que no tenía por qué llorar. No veía su rostro, seguía encorvada. Tenía algo entre sus manos que no lograba divisar.

—Mamá, ¿qué traes…? —Solté su hombro para acercarme y ella volteó hacia mí, furiosa. Su rostro se encontraba demacrado y aparentaba tener al menos setenta años de edad. Se paró de donde estaba y sin soltar su objeto, retrocedió varios pasos hasta encontrarse con la pared de mi habitación.

—No… lo toques… —musitó, entrecortadamente—. Ahora tu padre no podrá estar con nadie más que conmigo —dijo riendo, mientras apretaba el objeto de sus manos con más presión—. ¿Querido?, tu hija quiere verte.

Mi madre con sus manos temblorosas lentamente descubrió con la sábana lo que cubría el objeto de su deseo. Era la cabeza de mi padre, la cual parecía haber sido vilmente mutilada. El verla causó un impacto inmediato en mi estómago, provocando que vomitase. Los ojos de mi padre seguían abiertos, sus párpados parecían estar unidos a sus cejas con una especie de pinza y de igual manera las comisuras de sus labios unidas a las mejillas formando una sonrisa, una gran sonrisa.

—¿Ves? Tu papi está feliz de verte, cariño. Antes siempre estaba serio —dijo mirando fijamente hacia abajo, pensativa. De pronto volteó hacia mí, con una sonrisa tan exagerada y escalofriante que no me permitía seguir mirándola—. Quizás también deba hacer algo contigo para que estés siempre feliz…

Se acercó lentamente a mí, aún con mi padre entre sus dedos. Quería gritar, pero algo me lo impedía. Quería salir corriendo de allí pero no podía moverme. Siempre que se encontraba la persona de mis sueños a centímetros de mí, siempre y sólo en ese instante, despertaba.

Los escenarios y las personas en mis pesadillas cambiaban frecuentemente. Como la vez que soñé que mi vecina dividía en dos a su perro con sus propias manos, o cuando la llorona amiga estrangulaba a Danielle. Todas las personas que conocía aparecían haciendo cosas a las que en la vida real nunca se atreverían, para luego acercarse a mí y querer hacer lo mismo conmigo.

Y sin importar los escenarios, las personas o las situaciones en las que me encontrase, siempre despertaba con las uñas manchadas de sangre.

Las voces en mi cabeza también comenzaban a dominar la situación. Había varias, y siempre me decían que hiciese cosas, que de esa manera «todo acabaría». Pero había una voz, una de todas las que escuchaba, que parecía la dominante. Parecía conocer mis debilidades, aquello que me hacía daño, aquello que me molestaba escuchar. Siempre lograba salir en los momentos en que menos la necesitaba. Su voz tan irritante me hacía gritar para que cesase. Aunque también sabía cuándo cerrar la boca: sabía que cuando la oscuridad se apoderaba de mí alrededor, era cuando no debía ser escuchada. Porque en ese momento en el que el temor entraba por voluntad propia, ella no debía ni intervenir.

«Todo estará bien. Sólo hazlo».

Ahí estaba de nuevo.

—¿Alice, me escuchas? ¿Alice? ¡Alice! —sentí una huesuda mano en mi hombro y, por reflejo, volteé asustada, despertando de mis pensamientos—. Llevo media hora parada a un lado tuyo. ¿Estás bien?

—Estoy… bien… —musité mientras seguía pasmada en mis pensamientos. Miré con el rabillo de mi ojo a Meredith, la cual seguía detrás de mí, parada con las manos unidas frente a ella. Su mirada juzgadora parecía leer cada parte de mi cuerpo, y eso me aterraba. ¿Habrá descubierto todo lo que he soñado? No, imposible. Sólo es una psicóloga novata. Ni siquiera ellos pueden leer la mente de las personas, incluso aunque se hayan especializado para creer lograrlo. Lo único que parecían hacer sus consultas era recordarme aquellos sueños, en lugar de hacerme olvidarlos.

Miré atentamente cómo levantó una ceja, intentando leer mis acciones.

«Esto es un sueño, ¿no lo comprendes? Mira su rostro, pronto; cuando te descuides, intentará matarte».

¿Un sueño? Ahora que lo pensaba no recordaba haberme levantado, pero me parecía poco probable que todo esto lo hubiese imaginado. Comencé a temblar. Mis manos se volvieron torpes y desde el reflejo de la ventana, su rostro aparentaba conocer lo que pasaba.

—Alice, ¿te encuentras…?

Antes de que pudiese terminar la frase, esquivé su cuerpo, me situé tras el sillón donde antes estaba y dejé mi cabeza visible para ver qué intentaría hacer. Curvó sus cejas y meneó la cabeza. Quizás esto realmente era un sueño… o mejor dicho, una pesadilla. ¿Despertaré cuando ella se encuentre a centímetros de mí, intentando asesinarme?

Mi respiración se hizo acelerada y una risa se liberó en mi cabeza; se divertía, parecía disfrutar mi sufrimiento. Me encontraba confundida y ella ignoraba mis gritos ahogados de ayuda.

El «tic-tac» del reloj pasó a primer plano y la voz de Meredith se escuchaba poco a poco menos.

«Intentará matarte, tú lo sabes, ¿dejarás que esta vez logre su cometido?».

—No… —pude lograr musitar. Respiré entrecortado y la miré a los ojos, desconfiada.

—¿No, qué? —preguntó.

Comencé a morder mi labio inferior con desesperación. Aun cuando comencé a sentir el sabor metálico en mi garganta por tal acción, no me detuve. ¿Esto era realmente un sueño? ¿Por qué aparentaba ser tan real entonces? Tragué la sangre que sentía en mi boca y me puse en pie, decidida.

—Alice, parece que la muerte de Danielle empezó a afectarte de una manera no pronosticada, déjame ayudarte a…

—¡Ella no está muerta! —grité horrorizada, mientras comenzaba a apretar la parte de arriba del sillón que se encontraba en mis manos. Comencé a escuchar los «tic-tac» del reloj más acelerados de lo que normalmente se escuchaban e invadieron por completo mi cabeza. Me hinqué ante tal acción y con desesperación cubrí mis orejas con mis manos, intentando pararlos.

—No —empecé a musitar—… esto es sólo un sueño… Ella no…

«¿Es realmente un sueño, Alice?».

Su risa chillona se escuchaba en mi cabeza haciendo eco con las otras voces. Todas parecían unirse como si de una fiesta se tratase; una fiesta donde mi cordura estaba en juego.

Comencé a respirar mucho más aceleradamente de lo que, incluso en mis sueños, sucedía.

Si esto en realidad era uno de mis sueños, podía jurar que era el peor de todos, y todavía no sucedía la parte donde intentaban asesinarme. Corrí hacia la ventana y miré hacia Meredith, furiosa.

—¿Pero qué estás…?

El dolor punzante que sentí al romper el vidrio era peor de lo que hubiese imaginado. La sangre comenzó a recorrer de mi mano a mi brazo izquierdo lentamente mientras manchaba parte de la manga de mi blusa, la cual, ahora con el pulso un poco tembloroso, remangué. Alcé la mirada lentamente y Meredith comenzó a buscar frenéticamente algo entre los cajones de su escritorio, mientras sacaba con desesperación algo de su bolsa. No captaba del todo lo que estaba diciendo, pero lucía asustada.

Quité mi puño de la ventana y pequeños, pero diminutos trozos de vidrio se quedaron. Al parecer no había sido lo suficientemente doloroso como para despertarme, pero el ardor no cesaba.

Busqué con la mirada el sujeto de mi alucinación, pero la sala se encontraba de nuevo vacía; caminé lentamente hacia la puerta, pero unas huesudas y ya conocidas manos cubrieron mi cuello. Tal acción me sobresaltó, y tragué saliva lentamente, intentando no alterarme. ¿Dónde estaba aquella voz de mi cabeza? La necesitaba ahora más que nunca, tenía que haber algo que me dijese que esto era un sueño.

Giré mi cabeza lo más que pude y se me permitía y su rostro se encontró con el mío, sonriendo exageradamente, y más de lo que hubiese imaginado. La observé atentamente y su rostro comenzó a lucir familiar en mi mente. Sus ojos, sin pestañas, estaban irritados. Aquellas facciones estaba segura de haberlas visto en otro lado, pero sus dedos comenzaron a encajar tanto en mi cuello que llegué a creer que todo era coincidencia.

Soltó mi cuello y rápidamente me alejé de ella. Lucía diez años más vieja que antes, su ropa y su cabello lucían desgastados, frágiles e incluso parecía que se podían romper al tacto. A cada paso que me alejaba, ella se acercaba uno a mí. ¿Qué había sucedido con ella?

—Estoy soñando —respondí, poco convencida, pero su rostro no se había inmutado ante tal respuesta.

—¿Es realmente un sueño, Alice? —Esa voz, aquella chillona voz que sólo escuchaba en mi cabeza, ahora era emitida por Meredith. Sonrió mirándome a los ojos, deseosa de que fallase, deseosa de ganar. Su sonrisa era brillante, pero en las puntas de sus afilados dientes había manchas oscuras color carmesí. Intenté ignorarlas.

—Siempre sucede lo mismo; en cuanto estés a centímetros de mí, intentando matarme, despertaré, ¿no es cierto? —respondí, con la respiración un poco acelerada, tratando de convencerme más a mí misma que a ella.

—¿Es realmente un sueño, Alice? —volvió a preguntar.

Sin darme cuenta, ahora se encontraba más cerca de mí.

Comencé a gritar. Grité tan fuerte como me era posible, pero ningún sonido se emitió de mi boca. Mis pies tampoco se movían; parecían estáticos y sin vida. En mis ojos se reproducían aquellas pesadillas que tanto odiaba, y todo el dolor que se había propagado en tales sueños se redirigía a mi cuerpo. Sentí lágrimas recorriendo lentamente mis mejillas. Escuché atentamente cómo los latidos de mi corazón aceleraron una vez más su ritmo y cerré los ojos.

Las comisuras de mis labios se elevaban, como si lo disfrutase, mientras el dolor se incrementaba en mi cuerpo. Ya no controlaba mis propios movimientos corporales y el dolor parecía inaguantable.

Tallé mis ojos y respiré hondo. Los abrí de nuevo y la sala se encontraba completamente vacía.

Miré mis manos y ambas estaban manchadas de sangre.

Redirigí mi vista, ya cansada, hacia la esquina de la habitación, y mi cuerpo se heló por completo.

—Dulces sueños —susurró, y mi vista se apagó dejando todo a mi alrededor negro y con olor a sangre.

—Danielle…

Creación propia
https://creepypastas.com/author/summer

Summer

asdfhj!!

Please wait...

41 comentarios

Por lo que entendí no era un sueño, el desenlace se basa en su verdadera muerte, imagino que su alteración no le permitía distinguir la realidad de la fantasía, y Alice murió en realidad, reencontrándose con Danielle 😉

Me encantan este tipo de historias, las que te dejan pensando durante horas sobre el significado que poseen. El final es confuso y eso me gusta! Una creepy digna de ser publicada. Que cada uno saque sus conclusiones. 5/5

No entendí muy bien el final x.x Danielle la mató y era la voz en su cabeza pero… D: No entiendo por qué! ¿Alguien podría explicarme el final?

Hay muchas teorías. Si te hace sentir mejor, ibas bien.
Para mí y para lo que yo escribí, lo vi como que la protagonista intentó matar a su amiga, y ella pensó -en algún lado de su inconsciente que sí lo había logrado. Entonces culpando un juego tonto, comenzó a tener culpa y remordimientos inconscientes mostrados en sueños que le estaban diciendo que ella había matado a su amiga.
Dannielle simplemente se vengó e hizo a su amiga una completa loca.

Qué amistad tan bonita, eh?

Cada quién se crea su final y su interpretación, yo te doy la mía.

Ja.

Hay muchas teorías, pero sólo una interpretación correcta. Si te hace sentir mejor, ibas bien.

Danielle murió, como han mencionado, y se está vengando.

Pues, tras cada sueño Alice se despertaba con sangre en sus uñas que no parecía tener explicación. Danielle, haciéndole creer que fue ella, y no otras personas, quien mató a su padre, el perro y la misma Danielle, por dar algunos ejemplos.

En segundo lugar, Alice muere en el final. ¿Quién la mató?

¿Sabes quién fue la única que mencionó que Danielle estaba muerta? La psicóloga. Dicha persona que se transforma de un segundo a otro y que termina desapareciendo.
A todo eso, yo no tomaría su argumento tan en serio.

Como le comenté a la anterior chica, Alice creyó matar a su amiga, cosa que no logró.
Su inconsciente, remordimientos, etecé, etecé, le atormentaban en sus sueños, haciéndose daño en los brazos.
Al final se terminó de volver «loca» (no me gusta usar ese término, ya que todos lo estamos en cierto grado).
Su mente se trastornó y dejó de contemplar qué era realidad y qué no.
Su amiga la mata al final, como venganza o simplemente «para devolvérsela».

Un dato que no contemplan muchos es que a la hora del «juego», la amiga de Danielle dice que una amiga suya se ha muerto, en este caso hablamos de Danielle. Me gusta pensar que el juego ya era parte de su imaginación y que nunca sucedió.
Simplemente quería «hablar con ella», pero se interrumpió el juego y ya no se pudo.

Igual es una teoría, cada quién cree lo que quiere.

Por cierto, no creas que no me di cuenta que escribiste lo mismo que yo escribí en el anterior comentario que «comenté».
Stop doing that. .l.

Te amo, ¿lo sabes? :*

Yo sé que la psicóloga no tiene credibilidad alguna, ningún psicólogo la tiene :yaoming:

Danielle murió, porque claramente alguien se está vengando de Alice, y tu historia no contiene tantos personajes. La sangre en sus uñas hace de esta teoría la única válida. No es por haberse lastimado los brazos, si así fuera estoy muy seguro de que Alice, así de bien como escribe, tuvo que haber sido capaz de atribuir esa sangre a sus heridas en los brazos, pero no lo hace. Dice que «despierta con sangre en sus uñas», solamente, y dice que lo hace siempre que tiene pesadillas; en cambio, en toda la historia se menciona que ha despertado con sus brazos arañados una sola vez.

Es sangre del mal. Sangre sobrenatural, Kei. Sangre… sucia.

«Danielle murió, porque claramente alguien se está vengando de Alice,»
Ahá…. ¿Quién?

La sangre en sus uñas es por los rasguños que se daba mientras soñaba esas pesadillas. Ni siquiera lo puse por el sentido que tú le estás dando. Y sé de ahí te estás yendo para seguir debatiendo, así que no te lo refutaré, pero no puedes volver a mencionarlo.
También tengo el conocimiento de que no tiene ningún otro error narrativo, tú mismo me lo dijiste.

Y ya, eso es todo.

Grrazhiasz x lheerme!** XOXO
Ok no.

Sí, por cierto… estudias psicología y dices eso de los psicólogos…
¿En quién creer ahora? D:

«Nada es absoluto» dice mi profesora.
Tontos psicólogos…

Sin apoyarme en horrores narrativos:

Alice muere al final; ¿quién la mató?

—Danielle… está muerta. No habría podido surgir de la nada en el consultorio, de otra forma. Ni tampoco pudo haber entrado sin permiso al lugar. ¿Qué hizo? ¿Mató a los de seguridad, la recepcionista y Meredith? ¿Sólo para vengarse de que su amiga la ahorcó, pero no le causó ningún daño significativo?

Estás abusando mucho de tu final «abierto». No quiere decir que todas las posibilidades son un final válido. El final que concuerda más con el resto de la historia es el correcto, y sería ése que decís el más lógico, si Danielle viviera.

Los psicólogos son un fiasco porque no están bien entrenados; es culpa del sistema. Pero estudio en Honduras.

Espera un minuto…
Claro, que Meredith apareciese y desapareciese era normal. No, qué va. Que se transformara era normal.
Era evidente que nunca existió una tal Meredith. Fue parte de su imaginación, en la cual ella ya se había considerado así misma como loca u trastornada y de alguna manera quería «aceptar» e incluso «confesar» que había matado a una amiga suya.

Danielle no murió. Aquella chillona voz, que, cito, «se le hacía muy conocida», era de Danielle, que atormentaba la consciencia de la propia Alice y «sin querer», porque el hecho de que Alice pensase que estaba muerta, eran razones suficientes como para comenzar a imaginársela en todos lados.

Sé que seguirás debatiendo, pero si yo no paro esto ni yisus lo hace.
Así que si respondes, solo lo leeré y asentiré en silencio con un palmface.

«Era evidente que nunca existió una tal Meredith».

Jodás, eso te lo acabás de inventar. Para esa gracia, yo te puedo decir que todo fue un muy mal sueño de la llorona, y no tendrías cómo debatirme; razón por la cual no lo harás :trollface:

yo la verdad esuqe estuve leyendo comentario y no se yo al principio tambien tenia el final muy confuso pero despues de leer comentario empeze a pensar un poco y volvi a leer la historia, bueno yo creo que alice mato a Danielle y por eso al final la ve, y creo que danielle era esa voz dominante, y que en verdad el juego que jugo con la llorona fue simplemente como un sueño, bueno o algo ais algo producido por su imaginacion. Tambien creo que la psicologa no existia, y que era otro sueño de Alice, y la sangre con la que despertava de sus pesadillas, no era suya ( aunque no se de quien era supongo que … no se ) quiza esa sangre en verdad no existia y solo ella la veia, bueno en verdad tambien creo que soño lo de la psicologa, y entonces desperto, y se dio cuenta que estava muerta, creo que en si ella como que se mato a si misma, y no fue suicidio creo, porque es como que ella en su sueño llego a tal puento que mientras soñava, se mato. No se creo que el final es confuso porque asi el Creepy es mas escalofriante y da mas miedo, no creeis porqe creeo que , es segun mi opinion, si te hubieran aclarado las cosas no hubiera sido tan bueno no? 🙂 auqnue me encanto es de mis creepy’s favoritos 😛

para mi que ella soñaba todo (era sonámbula) y mataba a todos, mato a su amiga y no recordaba nada, despues la voz chillona era su subconciente que le recordaba que mato a todos, creo

Ok, ya leí todo y las partes claves también, al igual que todos sus comentarios, lo que no entiendo aún es en qué momento murió Danielle? Tampoco ninguna parte me da a entender que Alice la haya matado. No se si me expliqué bien.

Si no sabemos en qué momento murió Danielle es porque no murió la maldita. Creo que todo gira en torno a la esquizofrenia de Alice (que es claro que padece), tanto Danielle (su existencia y muerte) como la psicóloga

Es Algo Confuso el final, yo digo que nunca hubo tal juego solo fue la imaginación de Alice que claramente ya no tenia cordura. Ahora, en que momento murió Danielle?. Esta parte es confusa ya que en ninguna parte dice cuando murio, solo la psicóloga que afirma que esta muerta o algo asi ( esta psicóloga pare ser Danielle o producto de la imaginación de Alice ). me gustaría una respuesta clara sobre el tema

Exacto.
Copio y pego una respuesta que había dado antes:

Para mí y para lo que yo escribí, lo vi como que la protagonista intentó matar a su amiga, y ella pensó -en algún lado de su inconsciente- que sí lo había logrado. Entonces culpando un juego tonto, comenzó a tener culpa y remordimientos inconscientes mostrados en sueños que le estaban diciendo que ella había matado a su amiga.
Dannielle simplemente se vengó e hizo a su amiga una completa loca.

Qué amistad tan bonita, eh?

Cada quién se crea su final y su interpretación, yo te doy la mía.

Hay otra respuesta que le di al usuario TubbieFox, pero exactamente eso que respondiste, es mi teoria. (Todos tienen una y eso es completamente aceptable o3o)

esto es de hace 1 año,pero es un «creepypastaso»(?)
¿No es extraño que lo halla comprendido a la primera?¿que mas que decir que ame esta creepy?

osea el final es muy confuso (y esta respuesta muy atrasada) pero es q alice tenia esquizofrenia y creia q era danielle y q se habia muerto y solo habia quedado alice o q cosa

Lol. La mejor discusión que he leído. Si, se que es estúpido comentar esto tres años tarde, pero tenia que hacerlo.:yaoming:

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