El día de mi cumpleaños fue cuando ellos se fueron y ahora no se como traerlos de vuelta…pero no se si en realidad quiero que vuelvan…si tan solo me obsequiaran lo que yo quiero, no es mucho lo que pido…no es mucho.
Abrí mi primer regalo, era de mi padre y era lo que yo quería…¡Una muñeca bailarina!, abrí mi segundo regalo, nuevamente de parte de mi padre, era un escenario par mi muñeca bailarina, me apresure a abrir el tercer regalo, emocionada por que tenia en mente que seria un cochecito donde podría viajar mi muñeca o tal vez un cambio de ropa. Este regalo tenia una nota en el empaque y decía; Con amor tu madre y tu hermano pepe. «si como sea » pensé, abrí el regalo…pero…no era ropa para mi muñeca o su cochecito ultimo modelo, si no un estúpido cuadro familiar donde salíamos los cuatro sonrientes y vestidos de blanco pero en mi rostro no se reflejaba un sentimiento de felicidad y armonía, molesta arroje el cuadro al piso y le grite a mi mamá que la odiaba, mi hermano trato de calmarme pero lo empuje y lo maldeci de tal manera que retrocedió asustado, en su cara estaba a el sentimiento de miedo pero eso no basto para mi, quería más miedo, corrí a mi habitación, no prendí las luces, quería que «ella» me escuchará, grité llena de rabia «¡muérete mamá, muerete pepe!» enseguida sentí un viento frío y me estremecí, comencé a asustarme, pero sentía ganas de reírme, la puerta de la habitación se abrío precipitadamente y di un respingo, corrí a la sala….
El pastel de dos pisos ya no era blanco por el color del merengue…..ahora era rojo por el color de la sangre que lo teñía…
Papá estaba llorando mientra abrazaba el cuerpo de mamá y el de pepe que se resbalaban de sus brazos por la sangre que no dejaba de brotar de sus cuellos…..»ella» estaba hincada a lado de papá y acariciaba suavemente su cabello mientras reía, di un paso hacía atrás y pise el cuadro familiar accidentalmente, pero lo observe un rato y me percate de que había cambiado….
Ahora solo estábamos papá y yo , vestiamos de negro y la sonrisa brillante de papá había desaparecido y en su lugar estaba una mueca de dolor con unos ojos llorosos que parecían que no habían dormido en días….pero lo que más me sorprendió fue que ahora yo sonreía alegre y macabramente y mis manos sostenían una navaja que estaba llena de sangre.
2 comentarios
5\5 me encanto :trollface: buena historia
Gracias, escribire más, recomiedame por favor, cuidate.
Buen día.
Por autor de la entrada