Confesión

Esta es una carta que se encontró en la casa de un hombre que fue asesinado a apuñaladas. Aparecer, la carta fue escrita por el difunto horas antes de morir. Aun no se encuentra al culpable del asesinato.

No era una mala relación, simplemente tuve deseos de hacerlo. Mis ansias no paraban, cada vez sentía más fuerte el deseo de matar. Ya no podía controlarlo. Era una batalla contra mis propios límites.

Yo la quería, la quería mucho. Pero mi sed de venganza era imparable.

Ella no me había echo ningún mal, pero debía vengarme con alguien. Lo que me hicieron es imperdonable. Yo lo vi desangrarse delante de mí. Si tan solo hubiese llegado 1 minuto antes las cosas hubiesen sido diferentes. Mi propio hermano murió en mis brazos, a apuñaladas. El no pudo resistir, había perdido mucha sangre. Desde entonces, mis ganas de vengarme me perseguían y controlaban mi mente. No sabia quien era el asesino, entonces decidí que el primero o primera que encuentre debía pagar… y ella era la mejor opción que tenía.

Entonces, una noche le dije que saliéramos a divertirnos, aunque esas no eran mis intenciones reales. Ella acepto sin saber lo que le esperaba. Lo que no me imagine fue que sus padres decidieron llevarla a la discoteca (en la supuestamente íbamos a ir), puesto que ella solo tenía 14 años y sus padres no confiaban mucho en ella. Entonces nos encontramos en la discoteca y se despidió de sus padres. Una vez que hizo esto ya era mi presa.

Estábamos en la entrada del sitio, por lo cual no podía matarla ahí, seria muy estúpido. Decidí que para que no sospechara entremos a la discoteca y divertirnos un poco antes de hacer mi trabajo. Nos emborrachamos y nos drogamos. Cerca de las 5:00 AM decidimos que era hora de volver. La deje en su casa y eso fue lo último que recordé cuando me desperté en la cama de mi hogar.

Desayune y me fui a su casa a ver que había sucedido, pero cuando llegue vi patrulleros y numerosos oficiales de policía. Alrededor de la casa había una banda policial que decía: “no pasar escena del crimen”. Le pregunte a uno de los policías que había sucedido. El me contesto que una pareja luego de venir de un hotel encontraron a su hija muerta en la casa. La inocente chica estaba mutilada y desfigurada. Había suficiente sangre en el suelo como para darse una ducha.

En ese momento sentí una infinita alegría. Al fin me sentía libre. Había cumplido mi venganza, aunque no podía recordarlo. Pero eso no importaba. Me daba una gran felicidad saber que alguien pago por lo que le sucedió a mi hermano. Había hecho justicia.

Pasaron varios meses y la policía descubrió que el asesino real fue un ladrón psicópata que entro a robar y la asesino a sangre fría. Identificaron al asesino como “Bill Kentlon”. Cuando recibí la noticia se me helo la sangre. Meses creyendo ser un asesino, creyendo que había asesinado a una persona y que no podía recordarlo por los efectos de la droga y el alcohol. Nunca llegue a matarla. Mis deseos psicópatas volvieron. También el estrés. Era un dolor insoportable, mucho peor que las veces pasadas. Use drogas para calmar mi cuerpo, pero era inútil, no podía seguir así, no podía soportarlo. Era demasiado. Esto iba mucho más que un dolor psicológico, llegaba a lo físico. Entonces tuve que seguir un tratamiento. Fui con un psicólogo. Luego de varias sesiones decidieron hacerme estudios. Descubrieron que tenía un corte en el cerebro. Faltaba una parte, que provocaba que mi memoria fallara, que no pudiera recordar algunos momentos. Fue por eso que nunca pude recobrar el momento del asesinato, o mejor dicho del asalto. Ya no resistía más. El tratamiento para mi cura era muy costoso, no podía pagarlo. No tenia a nadie que pudiera ayudarme. Decidí acabar con mi vida. Pero primero quería llevarme a alguien conmigo de este mundo: Bill Kentlon. Jamás me había imaginado que intentaría matar a la persona que estuvo en la panza de mi madre durante 9 meses.

     Charlie Kentlon.

Creación propia

charlie505

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3 comentarios

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