Con una sonrisa, de oreja a oreja.

Una noche, que yo creí corriente, cambió mi vida por completo.

 

Estaba sola en casa, tres horas antes de salir hacia la casa de mi mejor amiga, abrí mi laptop al tiempo que daba un bostezo. La pantalla de inicio de Windows apareció, mi nombre estaba debajo de la foto de un tablero de ajedrez, apreté ‹enter› y se abrió mi usuario. Di clic en el logo de Internet para comenzar a divagar, a leer cosas.

 

La página de ‹youtube› se abrió, sola. Abrí grande los ojos y alejé las manos del teclado. El puntero comenzó a pasearse por la ventana, luego de unos momentos un bloc de notas apareció y algunas palabras se escribieron… totalmente solas: “Hola…”, unos segundos después aquellas letras se borraron y mi miedo aumento. “No te muevas. Si te alejas… bueno… supongo que no es necesario que te explique qué va a sucederte” nuevamente se borraron. “TE ESTOY VIGILANDO.” El bloc de notas se cerró, dando paso a ‹youtube› nuevamente. ‘Un juego del miedo real’, aquellas palabras se escribieron en el buscador, yo me mantenía alejada del teclado. Comenzó a cargar, quien quiera que fuera eligió el primer video.  Éste cargo e inició… “¿Estás segura?” supongo que hubiera cerrado todo, pero no iba a moverme… no quería arriesgarme. “Entonces luego de que todo comience no podrás moverte… no cierres el navegador hasta que el video termine.” El cuerpo de un hombre degollado corría sin cesar, no pude ni cerrar los ojos cuando aquel hombre se arrojó sobre la cámara, salpicando todo con sangre… hasta mi rostro. El modo ‹pantalla completa› se activó. Las manos me temblaban, y un dolor agudo, junto con un mal presentimiento, me recorrió. Tomé coraje y cerré la computadora al momento que los gritos de mujer se oyeron por toda mi casa.

 

Salí corriendo, abrí la puerta y escape hasta la casa de mi amiga.

 

Al llegar vi que la policía rodeaba el lugar; un miedo aún más grande me tomó prisionera.

 

—No puedes entrar —dijo el guardia.

 

Cuando miré su rostro pareció no tener ojos, grité, y corrí… lo único que quería era sentirme a salvo… daba igual dónde.

 

Me metí en la casa de Lola… creo que fue mi peor elección.

 

Mi mejor amiga yacía en el suelo de su habitación, su cabeza estaba sobre la cama, y sus ojos en un vaso sobre la mesita de noche. Su boca estaba cortada, extendiéndose hasta las orejas. Formando una sonrisa, de oreja a oreja.

 

Sinceramente no creí que por cerrar mi laptop todo esto sucedería.