De todos los pueblos de América, podemos decir que este tiene una de las más completas y ricas redes de leyendas. Esto se debe en parte a que su pasado no se remonta sólo a los días de la conquista, sino que, como la mayoría de los asentamientos coloniales, se asentó sobre culturas anteriores, de verdaderos indígenas americanos. Antes del siglo XV, la zona estaba dominada por dos ‘tribus hermanas’ hoy en día extintas: los que conocemos como jaragos (o aragos) y los moquenses. Ambas tribus vivían en armonía ya que cada una aportaba algo a la otra. Los jaragos entrenaban a sus hijos desde edades muy tempranas para defender sus aldeas y las de los moquenses. Por su parte, los moquenses formaban a su gente como chamanes y sacerdotisas. Esta unión les permitió ofrecer una resistencia importante a los soldados de las grandes potencias de la Europa medieval. Las tribus hermanas aguantaron constantes ataques y persecuciones y acabaron con la vida de muchos invasores a lo largo de cerca de ciento veinte años, antes de desaparecer de la geografía.
Aunque la mayor parte de su territorio fue arrasado debido a la gran cantidad de minas de cobre del lugar, muchos de sus objetos personales, esculturas, armas y herramientas fueron recolectados y guardados de forma que hoy se pueden ver expuestos en el museo local.
‘Historia de un pueblo que nadie quiere oír’ , por Gustave Morel (Introducción)
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·Carta encontrada entre la correspondencia de Peter Hoffman
Ciudad del Vaticano, a 27 de diciembre de 2000
Querido y estimado Hoffman:
Antes de todo, quería felicitarle las fiestas. Espero que su tiempo en ese pueblo tan caluroso y lejano de toda gran ciudad haya merecido la pena, ya que la misión del predicador no es siempre fácil, por muy buena que sea la gente del lugar. Aquí en la Santa Sede ha habido mucho revuelo últimamente, pero no es nada de lo que preocuparse; se pondrá orden en breves.
Me temo que, en estas fechas tan especiales, no nos queda más remedio que hablar de asuntos serios que deben ser atendidos inmediatamente: Según los informes que me pasó y que he tenido el cuidado de investigar y considerar, he llegado a la conclusión de que el objeto en cuestión tiene una fuerte presencia extraña a su alrededor. A pesar de que estrictamente pasaría a ser competencia del Vaticano, y no de un enviado anterior al hallazgo, he decidido elegirle a usted como agente principal en el pueblo. No quiero ni presencia mediática que convierta el asunto en un festival de miradas ni competencia, así que trabajará solo (espero que no deba recordarle que usted mismo se ofreció como voluntario).
Ahora bien, por favor actúe con el máximo cuidado y manténgame informado al menos dos veces al mes. No haga movimientos importantes sin mi consentimiento. Esa presencia es peligrosa y el objeto es demasiado accesible a la gente como para dejarle un margen.
Junto con esta carta le adjunto un par de libros y archivos que le pueden ser de gran ayuda. Léalos y considérelos sabiamente, quizás le puedan ayudar en un momento dado.
Por último, recuerde que se debe deshacer de esta carta en cuanto la haya leído.
Espero contar con usted, mi buen Hoffman,
Claudio Tabone.
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·Transcripción del proceso Nº23 de la Subasta Benéfica (25 de diciembre de 2000)
El lote Nº23 contiene una serie de objetos de origen indígena aportados por un coleccionista privado. El lote contiene una daga de piedra, un collar de cuentas, una estatuilla en forma de ídolo y un colgante de huesos. El precio base es de 1000 dólares.
Proceso de la subasta del lote Nº23:
Comprador 1: 1100
Comprador 2: 1200
Comprador 1: 1400
Comprador 3: 1450
Comprador 2: 1600
Comprador 1: 1720
Comprador 3: 1950
Comprador 2: 2500
El lote Nº23 fue vendido por el precio de 2500 dólares a Amanda Adler, que pagó en efectivo.
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El hombre rico
Una vez, hace mucho tiempo, no lejos de aquí vivía un hombre muy bueno. este hombre cazaba animales en el desierto y vendía sus pieles. Como le compraba un montón de gente, pronto se hizo rico y famoso y se compró una casa muy grande. Con el dinero ahora pagaba a gente para que cazara animales como el hacia cuando no tenía tanto dinero, y como mucha gente iba ahora a cazar, los animales desaparecieron muy muy deprisa. Como a los indios les preocupaba mucho que no hubiera animales, porque ellos tenían que comer, y sus hijos tenían que comer, decidieron llamar a un sabio para que fuera a hablar con el hombre.
El sabio, que sabía hablar y hacerse escuchar muy bien, atravesó el desierto para hablar con el hombre, y después de muchos días caminando, llego a su gran casa. El hombre le preguntó qué quería y el sabio le respondió: ‘Queremos que dejes de cazar, hombre rico. Los animales no pueden reproducirse tan rápido como tú los matas y mi familia y mis amigos pasan hambre por no poder cazarlos’
El hombre rico se rió y le dijo al sabio que ahora tenía dinero y que no lo pasaba mal, así que iba a cazar todos los animales que pudiera hasta que se acabaran. El sabio, llorando de pena y de rabia, le advirtió que mucha gente iba a morir si hacía eso, pero no le escuchó y le dijo que se marchara a su aldea.
Cuando volvía con los suyos, el hombre sabio tuvo una idea: se vengaría del hombre rico lanzándole una maldición gracias a los dioses a los que conocía, y de los que era amigo. Cogió una roca del desierto y durante un día y una noche la estuvo tallando para hacer la cara de su dios favorito, luego buscó un gran animal, lo mató y le metió dentro la cara del dios. Después cocinó el gran animal de la manera más sabrosa que su gente conocía, y se lo dio de regalo al hombre rico. Le dijo: ‘Espero que el otro día no te enfadara por venir a quejarme, pero si lo hice, aquí te traigo un suculento plato del desierto que te gustará mucho’.
El hombre rico se lo quedó y se lo comió con sus amigos. El sabio se fue muy rápido.
A los días siguientes el hombre rico se empezó a encontrar mal, muy mal. Cada día que pasaba se hacia un poco más pequeñito. Sus amigos no sabían que hacer, y contrataron a los mejores doctores que había, pero ellos tampoco sabían nada de lo que le pasaba. Le dijeron que comiera más, y el comió más. Aún así, aunque estaba lleno y satisfecho con la comida, se siguió haciendo más pequeñito.
Llegó un momento en el que se volvió tan pequeño, tan pequeño, que nadie le volvió a ver, y como desapareció, sus amigos ya dejaron de cazar, y ya no hubo más pieles que vender, y todos los animales del desierto volvieron a aparecer. La familia y los amigos del sabio le felicitaron y vivieron bien por mucho tiempo más. Por eso dicen que si un indio te pide un favor, y se enfada porque no quieres hacérselo, no debes aceptar después ningún regalo suyo, ¡A riesgo de que desaparezcas!
‘Historia de un pueblo que nadie quiere oír’ , por Gustave Morel (Capítulo 3: Cuentos y leyendas)
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·Recopilación de la correspondencia del cardenal Claudio Tabone, cardenal del Vaticano:
A Claudio Tabone (3-Enero-2001):
Malas noticias: el objeto fue subastado y acabó en manos de una de las familias del pueblo. No obstante, les estoy vigilando casi diariamente. Le mantendré informado de todo lo que haga. Peter Hoffman
A Claudio Tabone (28-Enero-2001)
No tengo posibilidad de saber que pasa dentro de la casa, ya que no conozco personalmente a la familia, por eso esta mañana tras la misa me quedé hablando con la madre e intenté hacerme amigo de ella. Le dije que no era originario de América y a raíz del tema conseguí que me invitara a su casa, ya que desde unos años coleccionaba objetos tribales del lugar y yo mostré curiosidad por verlos. Pude ver que en su dormitorio tenía una vitrina llena de cuentas, huesos, herramientas y muchos otras cosas. Entre todas ellas, la vi… la vi en medio de las demás reliquias antiguas. Le pregunté que si podía ver la vitrina y se mostró recelosa, así que no insistí. Después me prestó un libro sobre la historia del pueblo, bastante interesante. Gracias a la visita, ahora me siento más preparado, pero no puedo evitar preocuparme por ellos… tienen una hija pequeña, muy alegre. Peter Hoffman
A Claudio Tabone (17-Febrero-2001)
Mis intentos de comunicarme con la madre han ido a pique: quizás mis preguntas han sido repetitivas o demasiado entrometidas. El caso es que me ha comenzado a retirar la palabra y a tener una actitud antipática respecto a mí. Aunque si le soy sincero, creo que yo no soy realmente el causante de su malestar. De todos modos, estoy intentando acercarme de otro modo: el abuelo materno vive muy cerca de la familia, y viene frecuentemente por la iglesia. Parece un hombre muy creyente y pienso que podría estar abierto a explicaciones explícitas de lo que puede suceder si no ponemos nuestras manos sobre el objeto. Peter Hoffman
A Claudio Tabone (22-Febrero-2001)
Estuve hablando con el abuelo y con todo el tacto posible, le expliqué acerca del objeto. No pareció entenderlo completamente, pero si que me confirmó que su hija había estado rara últimamente y que si lo que le había explicado era verdad, debíamos hacer algo pronto. Le calmé y le dije que debía mantenerse tranquilo, pero que me debía avisar de todos los movimientos que hiciera la familia. Peter Hoffman
A Claudio Tabone (11-Marzo-2001)
He estado hablando con el abuelo todos estos días y él ha estado pasándome información. Gracias a ello descubrí que el 10 de marzo la familia iba a invitar al abuelo a comer, por eso estuve esperando fuera hasta que se fueron. Después entré en la casa con la copia que tenía el abuelo, y subí con cuidado al dormitorio. Pasé con cuidado, en alerta máxima, teniendo cuidado de no dejar huellas.
En cuanto entré lo primero que vi fue que el objeto había desaparecido de la vitrina. No estaba en ninguna de las baldas, ni escondida tras otra cosa. Rebusqué por toda la habitación, pero cuando fui a acercarme a la mesita de noche, tuve una sensación horrible. Déjeme que se la describa: Sentí como si tuviera en mi estómago una gran bola de hierro, y como si me hubiesen cubierto la cara con algún tipo de tela invisible. Era una sensación muy desagradable y alarmante, por lo que retrocedí hasta el marco de la puerta en cuanto la sentí. Entonces vi como las sábanas de la cama, perfectamente colocadas, empezaban a ondear. Lo hacían de forma muy viva y, lo reconozco, provocadora, como si estuviera llena de animales húmedos y escurridizos. En cuanto se deshizo de golpe, cerré la puerta y salí lo más rápido que pude, de puro miedo. La sensación me acompañó incluso en la cama. Ahora mismo apenas la siento, pero le juro que experimenté el terror más sumo de toda mi vida. Peter Hoffman
A Claudio Tabone (26-Marzo-2001)
La madre está bajando claramente de peso, y yo diría que peligrosamente. Me pregunto si será influencia del objeto. Peter Hoffman
A Claudio Tabone (12-Abril-2001)
Esa mujer sigue bajando de peso, y temo por su vida, pero no puedo intervenir. El abuelo lo intentó, pero su ayuda fue rechazada. Por otra parte, el gato de la familia lleva desaparecido unas tres semanas. Totalmente… Según parece, dormía en la cama del matrimonio, y ellos no se dieron cuenta de que había desaparecido hasta la mañana siguiente. A pesar de los esfuerzos del vecindario, no ha aparecido. Peter Hoffman
A Claudio Tabone (26-mayo-2001)
Hace cinco días ingresaron a la madre en el hospital por desnutrición. La pude ver apenas unos instantes mientras la trasladaban en camilla a la ambulancia. Estaba increíblemente delgada y apenas se podía mover. El marido se fue con ella al hospital, mientras el abuelo se quedó (y se está quedando todos estos días) con la niña en la casa de la familia. Esta es la oportunidad que estábamos esperando; en cuanto lo organice todo, iré a la casa para encontrar el objeto o destruirlo si se da el caso. El problema es que aún necesito un par de cosas y asegurarme de otra. El abuelo se encargará de proteger a la niña, así que aún tengo un pequeño margen. Peter Hoffman
A Claudio Tabone (27-mayo-2001)
Mañana iré a la casa. No tengo todo, pero iré. Ayer y hoy el abuelo y la niña han estado escuchando ruidos que venían del dormitorio. Esa cosa está hambrienta y no tiene a nadie desde hace unos días del que alimentarse. No estoy dispuesto a que muera nadie por su causa. Claudio, sé que esta es una decisión importante, pero debo de actuar ya. Espero salir victorioso, o al menos vivo. Peter Hoffman
[Esta es la última carta encontrada de parte de Peter Hoffman a Claudio Tabone]
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Savbuläh, Savbuläh, make me the choosen one,
For I must serve you until the ages fall.
Savbuläh, Savbuläh, let me show you,
For you must feast upon my kind.
(Traducción)
Savbuläh, Savbuläh, hazme el elegido,
pues debo servirte hasta que acaben los tiempos.
Savbuläh, Savbuläh, déjame enseñártelo,
pues debes deleitarte con los míos.
‘Historia de un pueblo que nadie quiere oír’ , por Gustave Morel (Capítulo 3: Cuentos y leyendas)
16 comentarios
No hay horror. Sí, hay algo sobrenatura, sí, hay cierto suspenso que te lleva a leer con interes la historia… pero, siento que si no leiste la otra «Asfixia (No-me-acuerdo-cual)», el relato queda incompleto y queda demasiado abierto, tanto, que puede ser desde cosas sobrenaturales, a los extraterrestres, enfermdedades mentales y fisicas, etc.
Lo que quiero decir, es que creo que es dependiente de la otra versión, y de por si sola, no da miedo, solo suspenso.
Maldita sea, me rindo con la Asfixia xD
Quería ver si podía hacer algo guay, pero se me va la pinza escribiendo.
*Sigh* Supongo que haré otra cosa… Casualmente hoy se me ocurrió algo más ‘creepypastiense’
Por autor de la entrada
Amigo sigue con las partees!, deseamos saber el final, muy bien narrado y ese sentimiento de que falta algo es la que intriga en esto!, siga siga
No es como para que abandonés la idea. Estoy de acuerdo en que no da miedo, de nuevo… Las cartas del padre cuentan la misma historia que la segunda, es natural que ésta tampoco dé miedo.
Su mayor problema es que avanzó bastante lento en el argumento. Ya hay una idea sobre los orígenes de la cama, sobre su naturaleza (aquí estoy en desacuerdo con Ignacio, está más que claro que la cama maldita es de hecho una cama maldita. ¿Aliens? ¿Enfermedades? En lo absoluto se pueden inferir tales argumentos, ni en base a únicamente esta parte, ni en base a todas las partes); lo que sigue es hacerle al lector sentir que él también peligra y no sólo los personajes de la historia. Debés de buscar algo de lo que podamos ser víctimas.
A mí me gustaría leer el final, ésta parte ha sido el creepypasta sin narrador más original que he leído. Si asumimos que es real la persona que la publicó hizo algo muy ingenioso, contando una historia por medio de distintas fuentes (un diario, cartas, informes policíacos, fragmentos de un libro, transcripción de una subasta… quizá todo obtenido de manera ilegal, pero muy ingenioso. La primera parte se puede tomar como una historia hecha por él mismo presentando cómo cree que se dio el asesinato de la mujer).
Yo me he imaginado la última parte como una versión mucho mejor desarrollada de la primera, no usando los mismos personajes, claro.
Tampoco creo que se necesiten las demás partes para entender ésta. Lo único que sí, es dejarle claro al lector que el libro que usás en la redacción es el mismo que le dieron al padre. No creo que lo hayás dejado muy claro.
Vaya, pues me alegro de verdad que te haya gustado. La verdad es que no ha estado del todo mal componer las tres partes. Es divertido dejar pistas e insinuaciones (me he hartado en esta parte, especialmente). Y si que ha quedado inconcluso, pero creo que hacer que el lector piense aunque sea un poquito es más entretenido.
De momento no sé si escribiré una cuarta parte… Acabé de esscribir ayer una historia completamente distinta, más de creepypasta que de misterio, y lo mismo escribo otras del mismo estilo o cambiando un poco, pero no descarto continuar con asfixia. Además, lo que habéis dicho tu e Ignacio me ha dado un par de ideas que lo mismo aprovecho.
Y respecto a lo del libro que le prestan al padre: Tampoco quiero dejar todo muy explicado. Pienso que si explico cosas de más, va a parecer menos realista.
Por autor de la entrada
PD: Me encanto el principio, lo encontre como de un libro profesional… y extrañamente, el autor, Gustave Morel, era un profesor frances que murio como en 1905 (¿Qué hariamos sin google?)
Ah, bueno, me alegra que esté bien; si no son de terror al menos puedo saber que me manejo escribiendo xD
Por autor de la entrada
Grrr quiero saber cuál es el objeto! >:( Btw, cool story bro 😀 4/5
Si lo lees de nuevo, quizás puedas averiguarlo, ahí un par de pistas por ahí 😉
Por autor de la entrada
No seás malo y mostrále las otras partes xD.
Oye Tubbiefox, no se nota al instante que pueda ser la cama, yo me refería que podría ser cualquier cosa, por el simple hecho del conetenido de la subasta, ahí no hay nada que se refiera a una cama. Yo decía que podrían ser enfermedades que estuvieran en esos objetos (O demonios), restos de algo extraterrestre (Hey, hay que pensar en todas las posibilidades ¿No?). Es decir, es posible que esos objetos tuvieran una enfermedad que en mujeres les hiciera bajar de peso, y con hombres les diera alusinaciones con una cama maldita. Y tal vez murieron en algun lugar oculto, o… no se, tal vez sea como esa pelicula del fin de los tiempos.
PD: Mi navegador esta «obsoleto para esta pagina», así que no te puede responder… tengo suerte de poder publicar :foreveralone:
Muy buenos puntos los que has propuesto. Pero no te puedo decir cuales pueden ser correctos y cuales no xD
Me imagino que acabaré haciendo la cuarta parte…
Por autor de la entrada
«Esa cosa está hambrienta y no tiene a nadie desde hace unos días del que alimentarse».
Los del Vaticano son detectores de demonios, no de enfermedades ni de extraterrestres; la cita que te doy responde a por qué la mujer perdía peso; y, como Carlos le aclaró a M4ne55, la información para inferir el objeto está en muchas partes de la historia. La subasta no incluye el objeto porque habría sido muy obvio darlo a conocer de esa manera; lo que Carlos hacía ahí es darle a entender al lector que la mujer era aficionada con los objetos raros, no darle a entender cuál es el objeto en torno al que gira la historia.
Por favor tubbiefox, eso es lo que creen los del vaticano. Y es solo eso… creyendo que es un demonios hacen tal aseveración. Pero es lo que creen, creen que es un demonio, pero, como las alternativas que dí, la «cosa» es inseguro saber cual es esa cosa. (A menos que se lea la otra asfixia, pero aquí, da a la imaginación).
«En cuanto entré lo primero que vi fue que el objeto había desaparecido de la vitrina.»
Eso me confunde… hasta el punto que ya no se que es la «cosa». (PD: creí que era la cama. pero eso no entra en una vitrina ¿Verdad?
El lote contiene una daga de piedra, un collar de cuentas, una estatuilla en forma de ídolo y un colgante de huesos, la respuesta debe estar entre esas… a menos que sea una sabana :S
yo creo que es el hombre rico que se conbirtio en estatuilla a causa de la maldición del sabio.