Antoniette

Allí estaba, sentada en la misma silla que cada mañana: Antoniette. Era una muñeca del tamaño de una niña de cinco años. Sus ojos eran pequeños puntos negros y brillantes, su cabello era desordenado, en una parte no lo tenía, un montón de gruesos pero cortos mechones de alguna tela parecida a la lana coloreada de amarillos chillón.
Y lo peor era su sonrisa.
Una sonrisa roja que nunca se iba, una sonrisa que parecía ser inocente, pero para el ojo que sabe lo que ve es una burlona sonrisa diabólica.
Cuando a Ellen le dieron la muñeca ella tenía cuatro años. «Se llama Antoniette», le explicó su madre. Desde un principio sintió miedo, algo raro emanando de ella. Esa noche que obtuvo la muñeca, esta se quedó sentada en una pequeña silla de plástico para niños, en medio del oscuro pasillos. Sonreía mientras, lejos de ella, Ellen estaba con sus padres abriendo regalos de navidad, y la niña la miraba con un enorme odio directo a sus ojos negros sin saber por qué.

Sólo estaba mirando sus ojos, eso era lo que siempre observaba cuando se despertaba. La noche anterior, como siempre, había escuchados sus fuertes pasos golpeando la madera de las escaleras, mientra ella se trasladaba de su sitio en el piso de arriba a la habitación de Ellen, pasando por alto  la puerta cerrada desde adentro.
Siempre se había preguntado cómo era que Antoniette entraba sin utilizar una llave, dado que la única llave la tenía ella dentro de su cajón.
-Baja la mirada.
Oyó ello sin saber quién lo había dicho. Podría haber sido Antoniette, sus ojos la tenían tan absorta que no se había dado cuenta si había movido la boca.
-Bajo la mirada y la sangre en el vestido de Antoniette se reflejó en sus ojos verdes claros.

creación propia- No es muy buena pero estoy aburrida y quería escribir algo basado en mi propia vida.

thevirginsuicide

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