Creado por SashaMareledel95 Visiten su canal en youtube.
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Mi infancia fue buena pero tuve momentos duros, la parte buena me trae recuerdos nostálgicos pero la parte mala simplemente quiero olvidarla; y en una parte de mi infancia conocí a Adelina, una niña muy particular. Mi papá no era un buen padre, peleaba con mi madre todo el tiempo por motivos que no valían la pena, y un día como cualquier otro se marcho de la casa por las dichosas peleas; me abandono a mí y a mi mamá por lo que nos encontramos sumergidos en una depresión, sobre todo mi madre. La marcha de mi padre fue un golpe muy duro, debido a esto mi madre decidió mudarse pues con el tiempo acrecentó en su ser un odio profundo hacia mi padre y decidió mudarse para que mi padre no nos encontrara si deseaba volver. Pero el problema era ¿A dónde nos iríamos a vivir?.
Un día volví de la escuela y en mi casa encontré a una mujer que me saludo amablemente, mi mamá me dijo que era una amiga suya que también buscaba un lugar donde vivir con su hija, entonces mi mamá y su amiga decidieron poner dinero y conseguir un lugar para vivir los cuatro, yo aprobé desinteresadamente la idea. Días después la amiga de mi mamá volvió a casa y trajo a su hija, me la presento, se llamaba Adelina. Recuerdo ese día, Adelina tenía un rostro lleno de tristeza, ese rostro me contagio de su tristeza por esto cada vez que veía a Adelina me deprimía, era hermosa, pero su rostro me deprimía; ella no era de hablar mucho por lo que no entablamos una buena relación al principio, mientras se arreglaban los planes de la mudanza y demás, pasaba ratos con Adelina en una plaza, jugábamos pero no nos comunicábamos bien y nuestras breves charlas no era algo interesante. En uno de esos días ella estaba en el columpio hamacándose, se detuvo bruscamente y miro al vacío, comenzó a gritar; yo sorprendido fui a socorrerla y cuando llegue a ella comenzó a llorar, de sus ojos broto sangre en medio del terrible llanto, me sorprendí y me asuste mucho le pregunte por qué sus ojos sangraban cuando ella lloraba y me dijo: Porque tengo horribles pesadillas que me hacen llorar y sangrar. Yo estaba en ese momento sorprendido, asustado y confuso.
Vendimos la casa y conseguimos un buen lugar para vivir. Era un lugar donde los cuatro nos acomodábamos bien, en la primera noche a Adelina y a mi nos toco dormir en la misma habitación, para ese entonces yo no la conocía mucho, solamente sobre su sangrado de ojos. En aquella noche tuvimos que dormir sobre colchones en el suelo pues que todavía no había camas. Pensé que nunca tendría una amistad con ella y teníamos que vivir juntos, pero cuando nos adentramos más en la noche ella me pregunto “¿Te asusta la oscuridad?”. A lo que le conteste “Lo que me asusta es estar caminando por la oscuridad y encontrarme con un espejo, eso me asusta mucho, ¿A ti te da miedo la oscuridad?”. Ella me contesto “Un poco, pero la luz me da más miedo porque cuando hay luz veo cosas que no quiero ver pero cuando hay oscuridad no las veo. Así hablamos durante un largo rato, la conocí más, me pareció muy rara, de golpe la habitación se enfrío yo temblaba y estornudaba, Adelina también sintió el frío que invadió la habitación; los dos sin hablarlo mucho nos acostamos juntos y nos tapamos con las frazadas para no perder el calor, y así nos dormimos abrazados.
Escuchaba la voz de mi madre charlando, le grite para ver si me escuchaba y podía ir a buscarle, pero no me contestaba; ella charlaba y reía. Hubo una chispa de luz que se acrecentó y fue eliminando la oscuridad, todo a mi alrededor comenzó a tener forma, vi el suelo manchado de sangre, me encontraba en una sala totalmente blanca con sangre, y en las paredes estaban mis amigos y mis familiares crucificados con rostros macabros y ensangrentados; grite de espanto, uno de mis amigos allí crucificado dirigió su mirada hacia mi, eso me aterro, y comenzó a insultarme como si estuviese enfadado, pero me sonreía. Después escuche más voces que me insultaban, eran otros conocidos míos que estaban crucificados, muchas personas siguieron insultándome y yo me adentre más en aquella sala llena de los cuerpos de mis amigos y familiares crucificados en las paredes. Escuche después a algunos de esos cuerpos cantando, no se que canción pero me resultaba conocida; me arrodille, cerré mis ojos y tape mis oídos, todo era reflejo pero era lo que realmente quería, aún así seguía escuchando insultos hacía mi, vomite sangre y sentí aquel particular gusto de la sangre en mi boca, volví a abrir los ojos y mi padre estaba ahí enfrente mío con un rostro enfadado, comenzó a gritarme muy fuerte, muy enfurecido, sus terribles gritos me asustaban mucho y me dejo con un nudo en la garganta. Todas las personas crucificadas también comenzaron a gritar muy fuerte, haciéndome finalmente llorar de tristeza, de espanto y de odio. La sala comenzó a oscurecerse muy lentamente y yo veía a aquellos cuerpos y ami padre en un estado que a nadie le gustaría ver, lo que hice en ese momento fue insultar a mi padre, lo llene de insultos, desahogue mi ira hacia el, le mostré todo mi odio y mi padre me miraba con una siniestra sonrisa, desperté temblando muy fuerte, llorando y a mi lado estaba Adelina también llorando, pero sus llantos eran más fuertes, sus llantos me contagiaron rápidamente, nuestras madres entraron en la habitación y cuando encendieron la luz vi el rostro ensangrentado de Adelina, volví a ver sus ojos con sangre, me partió el corazón verla sufrir así, pero yo estaba con el corazón palpitando por la pesadilla, mi mamá me miro muy asustada y me toco las mejillas, sus dedos se mancharon de sangre, de mi sangre, que brotaba de mis ojos, y sentí en mi boca aquel particular sabor. Nuestras madres estaban conmocionadas, nos llevaron al hospital y volvimos a casa un día después.
Vivimos juntos por un tiempo hasta que un día cuando volví de la escuela vi a mi madre sentada fumando deprimida, pero no vi a Adelina ni a su madre, se habían marchado, así crecí junto a mi madre; todos los recuerdos de Adelina y de mi horrible pesadilla, los tengo grabados en mi mente y nunca se van; mi pesadilla arruina mi sueño, y a Adelina la veo frecuentemente. Nunca supe a ciencia cierta lo que hacía sangrar los ojos de Adelina pero sea lo que sea, ahora lo tengo yo, pues cuando miro el paisaje a través de la ventana veo a Adelina allí en el jardín llorando para después marcharse, y cuando la veo, mis ojos se llenan de sangre y lagrimas.
3 comentarios
que bueno que esta! 5/5
=( pobre Adelina… a donde irian? porque su madre lloro? =(
5 de 5
Me sentí deprimida