HORAS

(Recorte de un periódico local)

EXTRAÑO ASESINATO DE UN ESTUDIANTE.

La policía aún está en la investigación de un asesinato ocurrido el pasado 25 de enero en las horas de las mañana. Los vecinos cuentan que no oyeron ni vieron nada. La única pista que hay es un pequeño diario encontrado al lado del cuerpo torturado y descuartizado del joven, que por el momento no proporciona una ayuda significativa en la resolución del caso.

A continuación el extracto del diario:

«24 de enero 11:47 p.m.

Llevo más de una hora dando vueltas en la cama. Ya van dos semanas que no puedo dormir bien, y mañana a las 8:00 tengo un examen de álgebra (ojalá tuviera a mi profesor enfrente dando una de sus clases para dormirme de una vez).

No recuerdo cuándo, pero hace tiempo escuché a alguien decir que escribiendo se conciliaba el sueño más rápido, por eso inicié este diario; aunque no tengo mucho qué escribir, mi vida nunca ha sido muy interesante. Sin embargo puedo anotar aquí los sucesos extraños o curiosos que pasen a mi alrededor. Bah, me cansé de escribir por hoy, ya me dio sueño. Tal vez continúe mañana.

25 de enero 1:18 a.m.

Hace unos minutos escuché un ruido que me despertó, el reloj marcaba la 1:11 a.m. cuando lo oí; quizá fue el gato de mi vecina. Ultimamente me he vuelto un poco paranoico debido a este insomnio que padezco; y ahora el liviano sueño que tenía se ha ido. Espero poder dormirme rápido, necesito descansar.

Más tarde. 2:29 a.m.

Tuve una pesadilla, soñé que estaba encerrado en un cuarto oscuro y muchos ojos rojos me observaban, esperando que cayera en una de las múltiples trampas situadas en el suelo. ¡Qué bueno que sólo era un sueño! Me encuentro despierto desde las 2:22 a.m. Ojalá pueda seguir durmiendo sin interrupciones.

3:37 a.m.

Otra vez ese extraño ruido, esta vez lo oí más claro y fuerte. No creo que haya sido un gato; un gato no provocaría un sonido de tal magnitud. Eran las 3:33 a.m. en mi reloj cuando sucedió. Necesito dormir, ese examen no va responderse solo.

4:54 a.m.

Eran las 4:44 a.m. cuando me despertó el sonido de unos pasos cerca a mi habitación, estoy seguro de oír a alguien caminando. Le preguntaría a alguien, sino fuera por el hecho de que vivo solo.
Salí a investigar pero no había nadie. Todas las puertas y ventanas estaban cerradas, creo más bien que fue mi imaginación. Debo volver a la cama.

5:59 a.m.

Esta vez escuché el rechinar de una puerta, estoy un poco asustado. ¿Serán ladrones? Espero que no. Exactamente el reloj marcaba las 5:55 cuando me desperté. Debo aprovechar estos últimos minutos de sueño que me quedan para descansar.

Más tarde.

No sé qué hora es, el reloj que está en la mesita de noche se descompuso. La alarma lleva sonando un buen rato, marcando las 6:66. No puedo pararlo. Traté de abrir la puerta, pero ésta no cedía. Creo que estoy encerrado. Grité con todas mis fuerzas pidiendo ayuda, pero nadie me respondió. No puedo ver nada afuera, la ventana de mi habitación tiene tablas clavadas a lo largo, cubriéndola por completo. La única fuente de luz que tengo es una pequeña lámpara, pero las baterías están muy agotadas, sólo me quedan unos minutos antes de quedar sumido en la total oscuridad.

Acabo de oír de nuevo unos pasos, y luego oí risas. Grité de nuevo, mas sin embargo nadie respondió. Por ahora, lo único que me tranquiliza es seguir escribiendo, pero me temo que las baterías de la lámpara ya se van a agotar, y no podré escribir más.

¡La puerta se abrió un instante! Pero luego la volvieron a cerrar, alcancé a ver un rostro, era…» (EL RESTO DEL DIARIO ES ILEGIBLE).