—Bueno, es oficial —anunció Mark—. Estamos en una película de terror.
—¿Umm? —murmuró Jennifer.
—Solo mira alrededor. Somos una pareja joven en una cita. Mi auto se averió en una zona rústica, y está cayendo una tormenta. Incluso hay una casa vieja y tétrica por allá, solo esperando a que toquemos la puerta. Aterrador, ¿no?
Jennifer lo ignoró. Estaba viendo hacia arriba, a través del parabrisas sacudido por la lluvia.
—¿Por qué hace eso la gente? —dijo—. Siempre me lo he preguntado.
Mark suspiró. Estaba tratando de divertirse un poco, pero Jennifer continuaba distrayéndose con cosas pequeñas. Estaba empezando a creer que en verdad era una despistada.
—¿Hacer qué? —le preguntó.
—Ahí arriba, colgando de los cables telefónicos.
—¿El zapato?
—Ajá. ¿Por qué tiran los zapatos? ¿Cuál es el punto?
—Quién sabe —Mark se encogió de hombros—. Quizá están aburridos. Estoy más preocupado por sacarnos de esta película de terror.
—Bueno, pues no deberíamos.
—¿No deberíamos qué?
—Ir a la casa tétrica. Si estamos en una película de terror, eso es buscar problemas.
Mark sonrió.
—Para ser una chica despistada, eres muy lista. Pero oye, si vamos a pasar la noche en mi auto, necesitaremos mantenernos calientes.
Arqueó sus cejas. Jennifer continuó como si no lo hubiera escuchado.
—Pero claro —sopesó—, si esto es una película de terror, no importará qué hagamos. Si nos vamos, nos encontraremos con algún monstruo. Si nos quedamos, ello nos encontrará. Tienen que poner el terror en las películas de terror de alguna forma.
—Cierto —concordó Mark—. Será mejor que discutamos nuestras opciones cuidadosamente. Quizá en algún lugar más cómodo. Como el asiento trasero.
El viento empezó a soplar, haciendo que el auto se meciera ligeramente a medida que Jennifer negó con la cabeza.
—Eso es tonto. Todos saben que no debes ponerte a coger cuando estás en una…
Hubo un golpe sonoro, y ambos se echaron hacia atrás. Después de unos momentos de silencio tenso, Jennifer se inclinó hacia adelante.
—El zapato. Se cayó en el capó.
—Maldición —se quejó Mark—. Me sacó la mierda del susto.
Jennifer frunció el ceño, aún viendo al zapato con los ojos entrecerrados.
—Creo que hay algo dentro del…
Pero fue interrumpida de nuevo, esta vez por el auto mismo que se precipitó hacia arriba y rebotó tenuemente. Algo muy pesado había aterrizado en el maletero.
—¡Maldita sea! —gritó Mark, volteándose a la figura oscura detrás de ellos—. ¡Alguien saltó en mi auto!
—Mark, no vayas. Hay algo en…
Pero ya se estaba dirigiendo hacia afuera, maldiciendo acerca de abolladuras y seguro. Se aproximó a la parte trasera, pero Jennifer lo escuchó gritar, hasta que el alarido fue acallado por un crujido ruidoso y enfermizo.
La figura oscura rugió victoriosamente.
Jennifer se movió. Deslizándose al asiento del conductor, giró las llaves y el motor se encendió de inmediato. Ella sabía que lo haría, porque sabía que Mark había estado fingiendo que el auto se averió. Era buena para notar detalles como ese.
Como el zapato. Y la cosa dentro del zapato.
Quizá había personas aburridas que en verdad tiraban zapatos en los cables telefónicos, pero Jennifer dudaba que fueran a meter pies en el interior cuando lo hacían.
—Despistada mis huevos —pronunció mientras se alejaba a toda velocidad.
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4 comentarios
epica
«Despistada mis huevos» jajajajajaja cool
JAJAJ ya entendí, al final si era una despistada :u
(por lo del tipo que se llevó a su novio :v)
No, no lo era.
Se dio cuenta de todo, pero no es tan tonta como para bajarse a investigar y terminar en pedacitos.