CreepyPasta: Paralizado

Esta historia fue escrita en un momento de ocio. Pero, siendo que ahora soy nuevo en esta pagina quiero traerles una pequeña pizca de lo que podría subir mas adelante. Denme sus opiniones!


 PARALIZADO.

 

Metí rápidamente a mi mochila un montón de cosas que no necesitaba. Me juré que si viajaría a ese misterioso lugar: tenia que tener una impresión decente. Verme tranquilo y no llamar la atención. Metí unos cuantos suéteres, algunos cigarrillos y un encendedor para solo hacer mas gorda mi mochila. Me reí para mis adentros. A decir verdad no me gustaba fumar frecuentemente, pero solo quería que mi mochila pareciese la de un adolescente cualquiera.

Mientras miraba mi mochila, aún abierta, sin decir nada, y solo pensando en lo que me estaba metiendo, el sonar del timbre de la puerta alertó mis pensamientos.. Era ella.

Tomé mis cosas y me procuré de asegurarlas mientras bajaba las escaleras. Sentía como mi dichosa aventura estaba apunto de comenzar. Sin pensar en lo que me encontraría mas adelante.

El timbré sonó 2 veces seguidas sin dejar terminar su pequeño sonido. «Que impaciente.» Pensé..

Abrí la puerta y ella solo me dio una mirada de leve impaciencia mientras cruzaba sus brazos. Amo cuando hace esa cara. Sonreí y ella entendió lo que estaba pensando. Pude notar una pequeña sonrisa en su rostro y corrí para poderla abrazar.. Entramos al auto y comenzamos a platicar de diversas cosas mientras ella manejaba. Mi auto estaba averiado..

Dimos vuelta en unas cuantas cuadras: sin saber todavía a donde ir exactamente. Aunque ambos teníamos una idea de lo que estábamos apunto de hacer.

Suspire y di una pequeña palmada en la pierna de mi novia. Sabía que era tiempo de hablar sobre esto.

Habíamos estado leyendo en distintos foros de la red, sobre un supuesto museo a las afueras de la ciudad.

Mas que ser un museo, era un lugar que parecía mas para la gente con distintos fetiches. Con distintos gustos del arte y la forma de ver la vida. Esa era la idea que casi siempre dejaban ver en los foros. Pero al ver las imágenes que daban prueba de la existencia de este lugar-, te dabas cuenta que esto iba mas a lo oscuro, morboso e insano. Cosas brutales como objetos creados a base de los tejidos humanos, miembros del cuerpo: como el pene y la vagina-, y entre otras articulaciones. Animales extraños disecados, otros crucificados, y algunos cocidos con partes de otros animales. Un buen ejemplo era la cabeza de un felino en el cuerpo de un perro..

Todo esto y mucho se podía encontrar en este museo. Aun no sabíamos su nombre y esto también nos causaba un poco de emoción. Emoción por ir a lo desconocido..

Dayana volteo a mirarme y asintió nerviosamente. Sin pensarlo dos veces saque un pequeño mapa doblado de un papel casi amarillo. Escuché que Dayana rió un poco, a si que, marqué una sonrisa en mi cara para no verme como un viajero del tiempo. Pero bueno. Me parece que esto es mucho mejor y mas viable que usar la tecnología de hoy en día. Además de que, no iba traer cosas de valor a un lugar donde posiblemente-, los casos de robo sean de un 90%..

Mientras miraba el tono amarillento del mapa, e intentaba memorizar y familiarizarme un poco con el-, puesto que sería mi única herramienta para poderme organizar con perfección-, saqué una pequeña libreta de tareas. Presté mi atención a las letras escritas en las pequeñas hojas.. Miré con detenimiento unos minutos el mapa y mis apuntes para poder dar con un punto de referencia-, y seguido de eso, tornarnos a las cordenadas donde se encontraría el dichoso museo..

Tuvo que pasar casi una hora y media para poder llegar al punto de referencia. Era hora de caminar y buscar el lugar con detenimiento.

Con dificultad, y después de perdernos unas cuantas horas-, pudimos llegar aun cuando todavía se veía un poco de luz en el día.

El lugar se encontraba en un sitio casi desierto de gente. Con un ambiente de bosques y agua. No era agradable el lugar. Hubiera querido haberlo dicho.

Pero poco a poco, mientras caminábamos sobre arbustos, pasto y pequeños charcos de agua-, a lo lejos podíamos ver una gran carpa color blanca. No era una carpa de circo. De eso estábamos seguros. Era mucho mas grande, pues parecía que era una manta de las que se ponen sobre las casas que están siendo fumigadas..

Dayana me miró un poco pálida, y un tanto nerviosa. Fue entonces que me tomó del brazo para evitar que siguiera mi paso. Mi sonrisa de emoción se borró cuando miré la cara de dayana. Ella tenia miedo y no quería entrar. Lo sabía por los tres años de relación con ella. Tres años de películas gore y entre otros temas perturbadores. Nunca había visto esa mirada, pero sabía que algún día lo haría. Tal vez con algún tipo de material grafico como Daisy Destruction. Pero no algo como esto..

No quise convencerla. Pero ya habíamos avanzado demasiado para simplemente retroceder y olvidarlo. A si que la nublé con miles de preguntas de si estaba segura.. Ella no respondió en ningún momento. A si que la arrastré conmigo. Alguna fuerza hizo que caminara y la trajera conmigo. En ese momento no me sentí como si hubiera sido yo.

Nos acercamos y justo en ese momento una persona jorobada estaba intentando salir de entre la cortina blanca. Yo supuse que se trataba de una anciana y sentí el impulso de ayudarla a salir. Pero entonces fue que la persona salio por completo.

«Bienvenidos queridos amigos. Abran los caminos que más tarde recorrerán los sabios.» Dijo la persona apuntando a la cortina blanca. La persona jorobada me dejó sin aliento. Y las palabras que salieron de su boca, o de lo que se supone que era su boca-, me hizo casi gritar. La persona era totalmente deforme. Me sorprendió que Dayana me siguiera aun con esa persona detrás de nosotros. Con esos pasos torpes y carraspeos de cuando la saliva se le juntaba en la garganta..

Abrí la cortina y pude notar que se trataba de la construcción de una casa. Algunas escaleras estaban terminadas y otras no. Era una casa muy lujosa. Pude notar que la cara de Dayana dio mas señales de vida. A lo mejor algún recuerdo que le causó nostalgia, o lo bien que estaba tratado el lugar-, a pesar  de no estar terminado.

Con una voz casi burbujeante el hombre deforme nos mencionó la entrada al verdadero museo. Mientras caminábamos pude observar un gran cartel color blanco, opacado por la oscuridad y el polvo-, con unas letras grandes que resaltaban el nombre del lugar.

«Museo Cristales Rojos». Miré con detenimiento las demás letras pequeñas alrededor del cartel pero no pude entender nada. «Adelante». Mencionó el hombre deforme..

Dimos unos cuantos pasos y avanzamos hasta un pasillo con una manta roja. No era largo. Al final del pasillo solo se podía notar una luz color blanca que parecía provenir de lo que era posiblemente el sótano de la casa.

Sentí como las manos de Dayana presionaron muy fuerte mi brazo derecho. Incluso pude sentir el calor de sus labios contra mi espalda. Avanzamos con pasos lentos y decidí echar una mirada por encima del hombro. El hombre deforme había desaparecido. Me sentí mas seguro y avancé hasta encontrarme con unas escaleras que conducían a un salón gigante color blanco. Dentro de el: se encontrarían los respectivos artículos que este museo presenta..

Seguimos bajando hasta que pude ver un vitropiso color blanco.

Miré a dayana, y ella me asintió sin hacer ningún ruido. Terminamos de bajar las escaleras y me di cuenta de que una cortina cubría la entrada del salón a medias. Abrí la cortina y por fin entramos al museo. Era espectacular.

Todo lo que pudimos ver adelante, eran miles de pilares entre el salón e incluso había mas de tres pasillos diferentes, que posiblemente te conducían a otros mas. Leí en Internet que la primera precaución al entrar a este lugar, era no perder la calma, y por supuesto-, no perderse entre el laberinto de material, literalmente físico. Aunque claro, también estaba no perder la cabeza..

dios mío. Dijo Dayana abriendo muy bien los ojos.

Pude sentir que las manos de Dayana dejaron de presionar mi brazo. En ese momento no supe si preocuparme o aliviarme. A si que simplemente miré a mi alrededor y me preocupé por mis propias opiniones.

Con cada movimiento de la pupila de mis ojos-, mi mente intentaba adjuntar toda la información posible. Pero era casi inevitable sentir un poco de asco. Algunos ejemplos claros de lo que llegué a ver, fue el miembro de la mujer-, tratado como comida. Mi tarea al venir aquí, era el poder hacer un buen post con contenido original. Tal vez con eso ganaría fama y un poco de dinero. Pero diciéndolo ahora, era muy mala idea..

Busqué con la mirada la ubicación de donde se encontraba Dayana. Pero estaba a salvo. Tranquila. A si que me acerqué a ella. A decir verdad uno imaginaria que se encontraría con mas gente en este lugar. Pero el lugar estaba completamente solo, a excepción por el hombre deforme que acababa de aparecer nuevamente. Parece que poco a poco nos estábamos acostumbrando a su estancia, y presencia..

Abrasé a Dayana por detrás de la cintura y ella me mencionó que no quería voltear a mirar nada. En ese mismo momento no quería entablar ninguna conversación con ella. No me parecía que era el lugar para hacer eso. Si ella no quería ver, tampoco la iba a obligar. Yo, ya estaba aquí, y ese era mi punto de referencia. El punto que desde ahora me diría a donde dirigirme. Al menos eso pensaba..

Dayana miró unas pequeñas botellas con una sustancia fluorescente en la vitrina que teníamos a un lado nuestro. «Absenta Verde.» Dijo con una voz pretenciosa. El hombre deforme pareció escucharla. A si que le entregó una copa muy fina con una especie de cuchara. Aunque, mas que parecer una cuchara-, parecía tratarse de una especie de llave. El hombre deforme saco unos cuantos mas artefactos mientras con una voz ronca, y burbujeante, nos explicaba la forma en que se preparaba «El ritual de la absenta.» Que es como el le llamaba. El hombre puso en la mesa unos cuantos cubos de azúcar. Y fue aquí que decidí no interrumpir mucho en la atención que Dayana estaba prestando. Parecía que por fin, después de todo este viaje, se estaba comportando al menos un poco como ella misma. Le di un beso en la frente y me dirigí a curiosear entre los pasillos-, sin dejar de perder de vista la seguridad de mi novia. Entonces preste toda mi atención al lugar. Camine hasta ver algo que fuera de mi interés, y no solo fuera el miembro de una persona mutilado. Observe con detenimiento una especie de cama pequeña donde se encontraba la cabeza de un recien nacido reposando. Esta tenia la textura oscura, y los ojos dejaban salir un poco de líquido color amarillo a pesar de estar cerrados. Me tapé la boca y miré atrás para asegurarme de que Dayana no mirará mi reacción. Caminé hasta encontrarme con muchísimas cosas. Y les digo cosas porque no hay forma de explicar a lo que les puedo llamar. En una izquierda me encontraba con la mandíbula de un perro, incrustada en la garganta de una mujer. Solo digo que no se le puede llamar arte. A unos pocos centímetros, También se encontraba una lengua extirpada perfectamente por la garganta. La cabeza del hombre estaba afeitada, y su cara era irreconocible. La lengua se veía perfectamente saliendo de su garganta como si se tratara de una corbata.. Todos estas cosas horribles y asquerosas estaban dentro de contenedores de cristal-, con debajo una plataforma de metal. Algunos cristales estaban opacados por el frió que expulsaba la plataforma de metal. En ese instante me pareció un mecanismo un tanto curioso y peculiar. Dayana me llamó con una voz temblorosa. La absenta verde por fin había hecho efecto. Miré atrás de mi y me di cuenta de que había caminado mas de lo esperado. Mucho mas de lo esperado. Ya no podía ver a Dayana.

Caminé diciendo su nombre en voz baja. Intentando no llamar la atención a quien sea que me estuviera vigilando en ese preciso instante. Pero todo comenzó a ponerse oscuro. Parecía que estaba en una especie de casa de espejos. Pues lo único que lograba ver a mi alrededor era repugnantes obras creadas por lunáticos. Escuché levemente la voz de Dayana, aun inquebrantable por la absenta y las alucinaciones. Aunque sonaba cansada, y de un momento a otro-, Desesperada.

Camine un poco mas hasta que pude verla. Ahora estaba sola. Mirando atentamente a cada uno de las cosas que se encontraban a su alrededor. No eran nada agradables. No daban asco, ni tampoco miedo. Solamente no eran agradables. Pues se trataban de algunas esculturas de personas. Algunas estaban llorando, algunas gritando-, otras con caras de un creciente pánico-, y algunas mas de simples niños dormidos. No entendía el concepto de esto. Pero, me pareció lo mas inocente de este lugar. Además de que, me había parecido ver esta sección en las imágenes de la red. Las actualizaban día con día. Dayana, cuando pudo mirarme corrió a mi abrazándome con mucha fuerza. Mencionándose que los había visto. Que los había visto. Pero yo no podía entender nada. ¿A quien era que había visto?. Posiblemente las alucinaciones estaban comenzando. Intenté ignorarlo pero podía sentir aun mi cordura entre todo el millar de personas muertas. Porque eso es lo que eran. Personas muertas. No era nada mas que eso, pues para mi no eran obras de arte. Tenia que sacar a Dayana de este lugar lo mas pronto posible. Ahora no importaba lo que opinara la gente de este lugar. Lo que yo estaba viendo era repugnante y nadie necesitaba venir a visitar este lugar. Necesitaba ser denunciado. Podría apostar que mas de mil cuerpos de recién nacidos se encontraban en ese lugar. Tratados como juguetes o adornos de casa. De ser una persona sensible, estaría perdida en la locura. Para esos instantes estaba agradecido con el hombre deforme. Gracias a la absenta verde Dayana no recordaría nada al día siguiente. Solamente necesitaba sacarla de aquí. Pero entonces los vi. Unos seres altos y extraños, que odiare durante toda mi vida. Tenían forma de un cuerpo humanoide y evocaban un viento, o humo-, color oscuro. Eran como una sombra. Nos miraban mientras Dayana me contaba sobre algunas cosas que había mirado. Intenté alertar a Dayana pero ella estaba perdida. No la podía dejar en ese lugar. Pero fue entonces que ellos se acercaron con una rapidez increíble. Y nos tocaron con su humo oscuro. Pude sentir como mi mente se quedó totalmente helada. No podía pensar. Y sentí como partes de mi cuerpo, que eran tocadas levemente con el humo-, se congelaban por completo. Poco a poco me paralizaba de todo el cuerpo. Casi volviéndome de piedra. Dayana comenzó a gritar.

Esto fue lo ultimo que pude soportar. Y con mucha fuerza intenté librarme de las sombras. Dayana estaba totalmente inconsciente. Con la mirada totalmente perdida. Como si estuviera muerta. Esto me dio un gran impulso de fuerza para poder despertar mis sentidos. Corrí rápidamente sacando a Dayana de ese lugar. No me atreví a mirar atrás. No me importaba absolutamente nada. Y fue entonces que Dayana reaccionó. Esto me dio mucho alivio pues la mirada que tenia hace unos momentos, era desagradable. Casi como las expresiones de las esculturas de personas. Seguí corriendo haciendo caso omiso de los obstáculos a mi alrededor. Y Dayana me dijo con una voz temblorosa. Llena de absoluto terror. «No quiero volverme a sentir de esa manera. Te vi totalmente paralizado.»

Llegamos a el punto de entrada donde Dayana había consumido la Absenta. Sonreí porque por fin saldríamos de este maldito lugar. Solo esperaba que el hombre deforme no fuera un obstáculo mas. Algo que obstruyera mi huida con Dayana. No teníamos pensado volver nunca jamás. Pero entonces pude sentir que ella se me iba de las manos. Sentí como me la arrebataron sin esfuerzo alguno. Eran las sombras. Tomaron a Dayana de alguna manera. Y mientras Dayana gritaba por ayuda, veía como poco a poco, en el piso-, se comenzaba a paralizar. A un punto donde parecía una estatua. No. No eso no. Parecía una escultura como la de las personas que vimos con anterioridad. Grité con fuerza al verla totalmente paralizada. Comencé a correr. En mi mente aun revivía el momento. El momento en el que veía como Dayana se convertía en un objeto del museo mas. Sentí como la manta blanca seco mis ojos al rozar con ella.

Salí del lugar y corrí rápidamente hasta la carretera, y enseguida-, al lugar de donde habíamos regresado.

Y ahora estoy aquí.. Y a decir verdad no me siento mejor. Y no es que me tenga que sentir mejor. De hecho, todo empeora cuando llego a casa..

Abrí la puerta de mi coche para salir de ese lugar y rápidamente encendí el auto. Arranqué sin dejar que este se calentara.. Todo el camino fue un infierno. En cada stop, y en cada parada tenia que mirar a un lado mío. Solo para darme cuenta que ella no estaba conmigo. Se encontraba en aquel lugar. Aquel lugar que tanto odio..

Llegué a casa y tire las llaves en la mesa. No encendí ninguna de las luces de la casa. No quería mirar nada. No quería pensar nada. Pero tenia que asegurarme de algo. De eliminar todo sobre el museo cristales rojos. Estaba sintiendo poco a poco como estaba apunto de volverme loco. Pero solo faltaba algo. Sentía que faltó solo algo para volverme completamente loco. Para hacerme delirar y pensar en el suicidio. En el momento que encendí mi computador para eliminar todo archivo relacionado con la información sobre el museo-, me llegó un correo electrónico a mi bandeja de entrada.

Entre lagrimas, recordando lo sucedido, aun con curiosidad-, abrí el correo electrónico. Este decía: «Un nuevo articulo ha sido añadido a la lista de fotos. Entre comillas: Museo Misterioso a las afueras de la ciudad. Oregon, Estados unidos.»

La foto dejaba ver la ultima pieza que faltaba para desatar mi locura. Era la escultura de una mujer. Una mujer que yace en un piso blanco totalmente desplomada. Sin vida. Paralizada. Era Dayana. Di mil golpes a la pantalla mientras gritaba, y me maldecía a mi mismo por arrastrarla a ese lugar. Y mientras mi puño sangraba, simplemente recordé sus ultimas palabras. Y Dayana, perdóname por fallarte. Perdóname por causarte que esas sombras oscuras te hicieran eso. Y solo espero, que la vida me de una oportunidad. Y que esas sombras oscuras no salgan de ese lugar nunca. Y ojala las personas no sufran de esa manera. De la manera que nosotros sufrimos. Aunque bueno. Ahora mismo, hubiera preferido no haber corrido. Para que los dos, yaciéramos en el piso blanco. Totalmente paralizados.

-NaVi


También tengo un canal en youtube. Pueden buscar esta historia como podcast con loquendo. Gracias y Dejen sus comentarios!

 

www.youtube.com/altrax666
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NaVi

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