Un sueño recurrente

Recuerdo cuando era pequeño, padecía de trastornos psiquicos, la vida representaba para mi un gran peso, a pesar de eso me destacaba en el colegio y en todo lo que iniciaba.

Mi madre comenzó a observar que era yo de una conducta extraña y empezó a preocuparse, recuerdo que mi madre me llevaba a un sin número de profesionales de la salud en búsqueda de una respuesta a mi extraña conducta, desde médicos clínicos, neurólogos, psiquiatras, psicólogos, Etc. sin nunca hallar una solución favorable a mi problema.

Yo nunca había revelado mi más preciado secreto el cual voy a detallar ahora mismo. Todas la noches antes de dormir mi madre me había enseñado que debía hacer una oración a Dios y me había obsequiado un libro de rezos. recuerdo que las noches eran el momento propicio para dibujar y hallaba en la penumbra de mi habitación un mundo fantasmagórico el cual yo plasmaba en mis dibujos los cuales nunca daba a conocer. Cuando el sueño me vencía tomaba mi libro de rezos pero es aquí cuando sucedía lo extraño, todos aquellos dibujos aparecían en mi libro de rezos y era como si todo mi ser ingresaba en ese mundo imaginario hasta que quedaba profundamente dormido, pero un sueño recurrente venia a mi todas las noches a la misma hora. Era ahí cuando la realidad se fusionaba con la ficción y no sabía si estaba despierto o dormido, esto sucedía todas  las noches, un extraño golpeaba la puerta de mi cuarto, sabiendo yo quien era lo invitaba a pasar, era un señor de buen aspecto amable, respetuoso, vestía un traje negro y portaba una maleta de la cual yo sentía extrema curiosidad. Todas las noches el me ofrecía cualquier cosa que yo quisiese y el me lo concedía pero yo era solo un niño y mis peticiones no iban mas allá de juguetes y golosinas.

Esto lo mantuve en secreto dado que temía que este amigo nocturno desaparezca, pero esto era solo la antesala de lo que vendría mas adelante.

Si se han percatado, en este relato no he mencionado a mi padre un ser detestable, agresivo, autoritario, una persona carente de sentimientos paternos, adicto a las drogas y el alcohol. Tampoco he mencionado a mi hermanastro quien sentía hacia a mi un gran desprecio y varias veces me propinaba una golpiza sin ninguna razón, abusando de su mayor edad, talla y apoyo de mi padrastro.

Si bien progresaba en el colegio mi estado psíquico empeoró a tal punto que tuve  un ataque de esquizofrenia, recuerdo que mientras mi padre golpeaba a mi madre, tome un cuchillo filoso de la cocina y lo hundí en mi garganta todo se desvaneció. Cuando desperté estaba en una sala con una mascara y unas mangueras conectadas a mis brazos, estaba oscuro me costaba distinguir entre la realidad y la ficción, cuando de pronto golpean la puerta. sentía que el miedo me corría por las venas y no pude expresar palabra. La puerta se abrió de repente y una figura apareció, cuando vi su maleta pensé que era el, mi viejo visitante, le dije nunca he preguntado tu nombre pero si eres tu puedes pasar. El me respondió, mi nombre no importa pues son miles mas de lo que puedas contar, solo haz tu petición. En ese momento solo me vino a mi mente la imagen de mi padrastro, el, interrumpiendo mi pensamiento dijo así se hará, pero has de saber que todo tiene un precio. Esa noche no pude dormir hasta que el sol se asomo por mi ventana.

Pasaron unos días, perdí la noción del tiempo y del espacio. De pronto estaba yo en mi cuarto cuando de repente entro violentamente mi hermanastro con uno de esos perros de pelea y me dijo, te gusta mi nueva mascota se llama… se quedó pensando y exclamó riendo: Sabes el nombre no importa pues hay miles, ya encontrare uno y se fue silbando una melodía tenebrosa la cual quedo grabada en mi mente y no pude deshacerme de ella por varios días.

Una noche, tomando nuevamente mi libro de plegarias vuelvo a quedar inconsciente, nuevamente perdí la noción del tiempo y el espacio me sentí solo, infeliz e insignificante y me acorde de mi visitante y murmure en voz baja si estas ahí pasa, la puerta se abrió y el ingresó, le pregunté cual es mi nombre, el me llamo Alex y yo le conteste cuando sabre el tuyo, hábilmente desviando la conversación me dijo: todo a su tiempo, a propósito no me olvidé de tu petición, me quede pensando. Cuando volteó para irse exclame el nombre Satán, el volteo, me sonrió sin expresión y se fue. De pronto ingresó a la casa mi padre borracho como siempre, podía sentir su silueta tambaleante en la penumbra, se balanceaba jadeando y exclamando improperios y blasfemando, comenzó a gritar el nombre de mi madre a la cual comenzó a golpear con un cable de acero hasta que rodeo su cuello para ahorcarla, yo grite Satán, de pronto el perro de mi hermanastro ingreso como una bestia y se abalanzo sobre mi padrastro mordiéndolo en el cuello, mi padre gritó el nombre de su hijo, el acudió corriendo y dijo con un grito desgarrador ¡suéltalo Satán! pero ya era tarde, el cuello de mi padrastro estaba destrozado.

A partir de esa noche algo cambio en nuestro hogar, mi visitante nocturno no volvió más y mi salud ha mejorado algo…

Este es el retrato de lo que yo llamo mi sueño recurrente Dibujo 6

 

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1 comentario

Esta buena,me gusto q no le dijera el nombre de una…
Eso le da mas intriga a la historia.Ademas me sorprendiste,yo pense q este «visitante nocturno» lo hiba a matar

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