Él no tenía nada contra nadie, sólo era un chico más de veinte años que estudiaba en la universidad y que trabajaba duramente para poder pagar todas sus cuentas. Él no tenía nada en contra de nadie, pero había una persona que si tenía algo contra él, su vecino era un hombre de unos cuarenta musculoso y muy idiota. ¿Por qué no le caía bien Tyrone? Porque era negro y él era racista. A Tyrone le gustaba relajarse fumando unos cigarrillos en la reposera que estaba en su patio trasero, pero su vecino vivía en la casa de atrás de él y cada vez que lo veía sentado en su reposera hacía distintas cosas para que se valla, casi siempre le tiraba agua desde el otro lado, pero una vez mientras estaba haciendo una parrillada vio a Tyrone en la reposera y le lanzó dos carbones calientes que le dejaron marcas en su mano y su brazo derechos. Tyrone siempre trataba de alejarse de él y no prestaba atención a las cosas que hacía o que le decía. Es cierto que Tyrone odiaba a su vecino y cuando veía su mano y brazo quemados por los carbones un odio profundo le recorría el cuerpo, pero él nunca dijo ni tampoco hizo nada ya que no le gustaba la violencia aunque su vecino fuera un idiota, él no le haría daño.
Se despertó como todas las mañana aunque esta mañana estaba un poco retrasado, por eso se puso lo primero que vio: una remera lisa de color amarillo, unos ying holgados, unas zapatillas para correr llenas de lodo y una campera deportiva color verde, que era su favorita. Tomó sus cosas y salió de su casa, al salir escuchó que su vecino de atrás lo estaba llamando.
-¿Qué quieres, Chris?-dijo de mal humor-estoy retrasado.
-Es que tengo un ataque de sinceridad-dijo tomando una cerveza-solo quería decirte que si no fueras negro te querría-dijo y se echó a reír.
Tyrone se fue sin decir nada, aunque quería darle un golpe en la cara. Al volver a su casa, ya de noche, pudo notar que su vecino estaba en la puerta de su casa con una botella de cerveza vacía en la mano. Cuando Chris lo vio desde la puerta le gritó.
-¿Qué pasa? ¿Me tienes miedo?-se echó a reír.
Tyrone no respondió y tomó su celular para llamar a la policía, pero su teléfono no tenía batería. Cuando quitó la vista de su celular vio que su vecino se estaba acercando a toda velocidad con una botella de cerveza partida a la mitad hacia él. Tyrone lo esquivó bastante bien solo recibiendo algunos rasguños de la botella en sus brazos y hombro izquierdo, llegó hasta su casa y cerró con llave, creyó estar a salvo pero luego escuchó golpes y que la puerta se estaba moviendo. Chris intentaba derribarla y lo estaba logrando, así que Tyrone se escondió en la cocina y tomó un cuchillo para su protección aunque no sabía cómo utilizarlo. Chris entró tambaleándose y gritando cosas, Tyrone estaba agachado temblando con el cuchillo en la mano cuando Chris lo descubrió, actuó rápido y le clavó el cuchillo en el hombro haciendo que soltara la botella rota al suelo acompañado de un grito grave y ronco, pero tan rápido termino de gritar se sacó el cuchillo y atacó a Tyrone con el mismo cuchillo, afortunadamente estaba tan ebrio que sus cuchillazos no fueron certeros y solo fueron cortes algo profundos en algunas partes y rompieron un poco su ropa; pero donde más lo hirió fue en su ojo izquierdo. En ese momento Tyrone reaccionó y corrió hacia su garaje. Se escondió y se quedó quieto, estaba totalmente inmóvil, no sabía cómo reaccionar. Tenía un corte de oreja a oreja que pasaba por su nariz y otro que iba desde el centro de su cabeza hasta su mejilla izquierda, ese corte hizo que perdiera su ojo izquierdo y en su lugar hubiera un gran hoyo del cual salía mucha sangre. Miró sus manos también cortadas y con sangre, todo su cuerpo tenía heridas y sentía ardor en todas partes. Su campera rota en la manga derecha dejaba ver su quemadura con el carbón. En ese momento a Tyrone lo invadió un odio tremendo, olvidó todo el dolor y el ardor de las cortadas y tomó lo primero que vio que fue un martillo el más grande que había y cuando Chris lo encontró en el garaje no le dio tiempo a reaccionar y le pegó un martillazo con todas sus fuerzas que le rompió la mandíbula, luego otro que le rompió la pierna y cuando estaba en el suelo le destrozo el cráneo de un golpe seco. Tyrone comenzó reír fuertemente y decidió vengarse de todas las personas iguales a su vecino, Chris.
Desde entonces actúa atacándolos con el mismo martillo con el cual mató a Chris, dejando ver sus heridas en el rostro y la falta de su ojo izquierdo que reaviva su odio y su ropa algo rota en algunas partes y con sangre, y la mayoría de la sangre no es de él.