Sentimiento para comer.

Ya era de noche, mis padres seguían en el trabajo y estaba en casa con mi hermana mayor. Todo parecía tranquilo, mi hermana estaba haciendo sus trabajos universitarios, así que me decidí por limpiar la casa para que mis padres no se enojaran después de llegar cansados, pero sentí unos escalofríos irreales por todo mi cuerpo que me hicieron resbalar mientras trapeaba la sala principal de la casa, haciendo que me diera un enorme dolor en mi pierna derecha. Fui cojeando hasta la cocina recordando que alguna vez mi madre me había dicho que uno de los cajones se encontraba un ungüento para evitar dolores fuertes como el que estaba sintiendo en mi pierna. Llegué a la cocina y estuve buscando el ungüento por unos veinte minutos en todos los cajones, pero no lo encontraba; después de unos minutos más tarde, me percaté que había una nota con tinta roja  en la refrigeradora, e inmediatamente me dirigí a ver que tenía escrito.

-Ábreme -decía la nota.

Proseguí a abrir la puerta de la refrigeradora, en cuanto vi el contenido del interior, quedé estupefacto, mi cabeza estaba en un plato en la parte superior de la refrigeradora. Intenté contener el vómito pero no pude, me tiré al suelo vomitando con el miedo y el asco que me daba, no podía pensar claramente al ver eso, pero con mucho valor y escalofríos al mismo tiempo intenté ver el contenido otra vez, y ahí estaba; me di cuenta que al lado de mi cabeza decapitada se encontraba una nota en tinta roja.

-Eres lo que comes -decía la nota. Mientras, yo pensaba en lo que estaba sucediendo.

No entendía lo sucedido, luego me di cuenta de unos sonidos raros en el segundo piso, exactamente en mi cuarto. Me dirigí cojeando hacia mi cuarto lo más rápido que podía, pero el dolor de mi pierna no me dejaba caminar tranquilamente; llegué a la puerta de mi cuarto, y efectivamente, los  sonidos se escuchaban en su interior, pero en el momento que estaba a punto de abrir la puerta, los sonidos se hicieron más fuertes, dejándome darme cuenta que eran sonidos de animales.

Abrí la puerta dejando mis miedos y dolores a un lado, y lo único que pude ver era una sofocante luz que me obligó a cerrar los ojos. Al abrir los ojos ya no estaba en mi casa, podía ver el cielo en su esplendor, una extensión ilimitada de césped, y tres pollos que me miraban de una manera muy singular; sentía algo extraño en todo esto, y me percaté que ocurría algo extraño en mi cuerpo: ya no tenía manos ni pies, sino alas y patas, me había convertido en un pollo.

-¿Qué te pasa hijo mío? ¿No quieres comer? -decía uno de los pollos con la voz de mi madre.

-¿Qué está pasando? -dije.

-Estamos cenando hijo -contestó otro de los pollos.

-Déjalo, está en la adolescencia -dijo el tercer pollo con voz de mi hermana.

Los pollos picoteaban el césped con satisfacción, así que pensé que podría hacer lo mismo; disfruté el césped, pero toda mi familia se había transformado en pollos. Estaba desconcertado por la mutación de mi familia, pero aún así era feliz, estaba con mi familia y parecía como si todo fuera un retorcido sueño. Pasaron semanas así hasta que acepté que no era un sueño y que me había convertido en un pollo.

Era un día normal, mi madre estaba con mi padre hablando de fantasías sobre grandes pollos aventureros como «Robin Chicken»; pero pasó lo inesperado… de la nada, apareció un señor con una sonrisa siniestra. Mis padres nos dijeron a mi hermana y a mí que corramos lo más rápido que podíamos  pero mientras nosotros corríamos, vi al señor sostener a mi madre y decapitarla con un hacha, y luego de igual forma, a mi padre. El que había decapitado a mis padres venia por mi hermana y yo; logró atraparla y decapitarla; mientras yo corría  no podía dejar de llorar y pensar en lo que había pasado, hasta que el asesino me atrapó y lentamente elevaba su hacha, y fue cuando entendí lo que pasaba. Debido a que me había convertido en pollo, los humanos nos sacrificaban para alimentarse, como yo antes lo hacía; pensé que iba a morir, cerré mis ojos llenos de lágrimas.

-Hijo…hijo… ¡hijo!

Abrí los ojos y pude ver a mi familia humana, estaban mi hermana y mis padres llorando de la alegría porque había despertado.

-¿Qué ha pasado?

-¡Te despertaste, mijo! -dijo mi madre.

-Al parecer te resbalaste mientras trapeabas y te golpeaste la cabeza –me informó mi hermana.

-Tu hermana nos llamó y te llevamos al hospital enseguida, pero el doctor nos contó que estabas en coma -dijo mi padre.

Entonces, alguien llamó a la puerta.

-Oh, debe ser el doctor con tu primera comida sin sondas alimentadoras -dijo mi madre.

Entró un señor al que no podía verle la cara hasta que se acercó a mí, y me sorprendí al darme cuenta que era quien había decapitado a mis padres en mi sueño, pero lo que más me aterró fue que en plato había una cara feliz con porciones de pollo frito como ojos y una sonrisa siniestra de salsa de tomate.

Creación propia.

Lord Domo

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1 comentario

me gusto
sabes? yo tube un tio gato y se ceno a mi hermano q era un raton jejeje me gusto mucho la historia rara y todo pero de eso se trata 😉

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