quiero un vaso de agua

Son casi las 03:00 de la mañana, pero estas despierto, algo interrumpió tu sueño. Te quedaste dormido con la boca abierta, eso seco tu garganta.

Te sacas las sabanas de encima y te sientas al borde de la cama por un minuto. Sigues medio dormido no puedes pensar bien, excepto en una cosa “quiero un vaso de agua”. Caminas fuera de tu habitación hasta el oscuro pasillo principal. No escuchas ningún sonido, todos están durmiendo.

mientras bajas la escaleras algo surge dentro de ti, algo que te resulta familiar. Es tu viejo amigo de la infancia, ese miedo infantil que le tenías a la oscuridad, pero claro ya eres grande e intentas ignorarlo. Cuando llegas a la sala notas que todo parece más oscuro que en una noche normal. Caminas hacia la cocina mientras sientes una extraña presencia a tu alrededor. Miras hacia las ventanas esperando encontrar alguna cara diabólica o la imagen de un asesino, igual que en esa película que viste la noche anterior.

Andas muy despacio y ligero, aunque en tu interior seas un manojo de nervios. Llegas a la cocina y buscas a tientas un vaso en la larga repisa junto al horno. Lo tomas y lo llenas de agua fría, en ese momento tu mente comienza a divagar con ideas espeluznantes, tu cerebro te está jugando una mala pasada.

Dejas el vaso en la mesa después de un largo trago. No haces nada, te quedas parado por unos minutos. Sin pensar en absolutamente nada echas a correr, como si algo viniera detrás de ti para llevarte a la oscuridad infinita. Llegas a las escaleras; falta muy poco. Cruzas el oscuro pasillo y llegas a tu habitación. Una vez adentro sierras con llave y pegas un salto hacia tu cama. Por fin estas a salvo fajo tus sabanas.

Te dispones a dormir cuando algo que era inevitable pasa. Tus ojos se abren como platos y tu mente repite una y otra vez “tengo que ir al baño»